Un artículo médico de 2016 que documenta la trágica muerte de uno de los participantes en el estudio holandés de referencia en el que se basa todo el experimento de cambio de sexo en la infancia indica que la supresión de la pubertad fue la culpable de la muerte del joven.
Se trata de un varón trans identificado de 18 años cuya pubertad fue bloqueada por los investigadores holandeses (artículo en español) en una fase muy temprana, lo que significa que no había suficiente tejido peniano para que los cirujanos lo pudieran usar para crear una «neovagina». Por lo tanto, fue necesario un procedimiento más arriesgado utilizando una sección del intestino del paciente, lo que provocó una fascitis necrotizante mortal.
El manuscrito, de Negenborn et al., comienza diciendo que la «ausencia de una vagina funcional tiene un efecto negativo en la calidad de vida (sexual) de las mujeres (transgénero)» y explica que se han descrito múltiples procedimientos quirúrgicos para la «reconstrucción» vaginal en estos pacientes.
Se describe al paciente como un joven «sano» de 18 años para el que la cirugía de vaginoplastia estándar era «inviable» debido a que tenía genitales no desarrollados como consecuencia de la supresión precoz de la pubertad.
«Las mujeres transgénero con disforia de género de inicio precoz, tratadas con hormonas supresoras de la pubertad, refieren menos problemas conductuales y emocionales y tienen una mejora del funcionamiento general», se asegura a los lectores en este punto.
A las 24 horas de la intervención comenzaron las graves complicaciones, y en los días siguientes se confirmó la fascitis necrotizante. A pesar de grandes dosis de antibióticos intravenosos y «repetidos desbridamientos quirúrgicos», el paciente, hasta entonces sano, sufrió un fallo multiorgánico y falleció.
Una vez más, tras este desgarrador relato de la muerte innecesaria de un joven, los investigadores aseguran al lector que la «reconstrucción vaginal» tiene una «influencia positiva» en la calidad de vida de las «mujeres transgénero y no transgénero», pero advierten que «médicos y pacientes deben ser conscientes de las graves complicaciones que pueden surgir».
La investigación sobre la muerte del joven reveló que la cepa mortal de E-Coli procedía con toda probabilidad de los propios intestinos del paciente, y no del entorno hospitalario, lo que significa que la cirugía de vaginoplastia, más arriesgada y necesaria debido a la supresión precoz de la pubertad, fue casi con toda seguridad la causa de la muerte.
El Dr. Michael Biggs, sociólogo que desempeñó un papel clave en desenmascarar el escándalo desatado en la clínica de género Tavistock de Londres (artículo en español), y que pronto cerrará sus puertas, habló de este trágico caso en una entrevista reciente en el podcast Wider Lens.
Biggs señaló que, si bien la supresión precoz de la pubertad para los varones que sufren disforia de género de inicio en la infancia tiene la ventaja de crear una apariencia más femenina en la edad adulta, la principal desventaja es que el pene sigue siendo el de un niño pequeño, lo que hace que la vaginoplastia sea mucho más arriesgada.
«En lugar de utilizar el tejido del pene, tienen que utilizar parte del colon», explica Biggs. «Pero claro, eso significa abrirte los intestinos, y eso es obviamente mucho mucho mucho más arriesgado porque entonces tienes un sitio diferente y, por supuesto, los intestinos también son complicados».
Biggs continuó diciendo que el equipo holandés no reconoce que la muerte del joven no se debió a una infección hospitalaria aleatoria, sino que fue una consecuencia indirecta de la supresión de la pubertad.
Jazz Jennings, estrella del programa de telerrealidad I Am Jazz, se enfrentó a un problema similar cuando llegó el momento de operarse los genitales. Jennings era un niño extremadamente disconforme con su género que casi con toda seguridad habría crecido para ser un hombre gay, pero en cambio «transicionó» a una edad muy temprana.
A Jennings también le bloquearon la pubertad muy pronto, por lo que la vaginoplastia estándar no fue posible. Jennings tuvo que someterse a tres intervenciones quirúrgicas correctivas, sigue teniendo problemas para encontrar pareja y nunca ha experimentado un orgasmo.
El Dr. Marci Bowers, cirujano de Jennings y presidente de la Asociación Mundial de Profesionales de la Salud Transgénero (WPATH), ha declarado que todos los varones que sufren un bloqueo puberal precoz nunca experimentan un orgasmo, lo que sin duda pone en duda la conclusión del investigador holandés de que «la reconstrucción vaginal influye positivamente en la calidad de vida de las mujeres (transgénero)».
3 respuestas
Negocio y experimento infinito, totalmente de acuerdo
Y mas que han debido morir y no lo sabemos. Están experimentando con ellos operaciones sin sentido para el cuerpo humano…via libre para ellos y para nuestra desgracia.
El cuerpo humano es un negocio infinito.