
El machismo con faldas sigue siendo machismo.
El 19 de febrero de 2022, el diputado conservador Darren Henry fue grabado mientras un drag queen le hacía un lap dance y simulaba sexo oral en una recaudación de fondos con fines benéficos para jóvenes sin hogar.
Hablando del giro inesperado de la noche, el Sr. Henry dijo: «Me gustó mucho asistir al espectáculo benéfico de drag el sábado, invitado por el alcalde de Broxtowe. El evento recaudó mucho dinero para Broxtowe Youth Homelessness … No tenía ni idea de que me iban a pedir que subiera al escenario», a pesar de ser el diputado del distrito.
El Sr. Henry afirmó estar «un poco alarmado por lo que implicaba, pero, en caso de que tuviera alguna duda, mi encantadora esposa me ha asegurado que eso forma parte de un espectáculo de drag».
Un hombre disfrazado de mujer y haciendo un baile de regazo (lap dance) y actos sexuales simulados en una recaudación de fondos para jóvenes sin hogar es particularmente desagradable, ya que las mujeres sin hogar son increíblemente vulnerables a la explotación sexual y a ser reclutadas para el comercio sexual. En 2017, Crisis, la organización benéfica para personas sin hogar, publicó una investigación que indicaba que casi 1 de cada 4 mujeres que duermen en las calles había sido agredida sexualmente en el último año.
El informe de Porchlight «Seeing the Unseen» (Viendo lo Invisible) descubrió que «el 91 por ciento de las mujeres que experimentaron violencia o abuso sexual mientras dormían a la intemperie no lo denunciaron a la policía, principalmente porque no sentían que las iban a creer o tenían demasiado miedo«. A las mujeres sin techo, pero que duermen en sofás o en habitaciones libres, no les va mejor.
Dirigiéndose a la Cámara de los Lores en enero de 2022, la baronesa Kennedy de Cradley destacó cómo este era un problema generalizado y muy extendido. Citó cómo «en 2016, Shelter descubrió que al 8 por ciento de las mujeres se les había ofrecido un acuerdo sexual. Dos años después, la encuesta estimó que a 250.000 mujeres se les habían pedido favores sexuales a cambio de un alquiler gratuito o un descuento, y su investigación más reciente mostró que a 30.000 mujeres en el Reino Unido se les había propuesto tal acuerdo entre el inicio de la pandemia en marzo de 2020 y enero de 2021″. Por lo tanto, espero que me disculpen si no me parecen graciosos los hombres que simulan actos sexuales para el entretenimiento de otros hombres en una recaudación de fondos para personas sin hogar.
Hasta este año no se había reconocido el «alquiler de sexo» en el Reino Unido como un delito específico. Anteriormente, la víctima tenía que identificarse como prostituta en el juzgado para presentar una denuncia. Lord Ponsonby de Shulbrede, quien presentó la enmienda 104E que prohíbe esta práctica, reconoció que esto disuadía a las víctimas a denunciar.
Argumentó que: «La ley misma ha hecho que sea extremadamente difícil para las víctimas de alquiler-de-sexo buscar justicia. De acuerdo con la ley, las víctimas deben definirse legalmente como prostitutas, lo cual es un elemento disuasorio enorme en su acceso a la justicia«. De hecho, aunque ofrecer alojamiento a cambio de servicios sexuales ha sido ilegal durante más de una década, solo una persona ha sido acusada de este delito.
Este contexto confirma que una noche de drag para recaudar fondos para jóvenes sin hogar es increíblemente inapropiado. El drag es, en esencia, misógino; son hombres que representan a las mujeres como caricaturas sexualmente cosificadas. Los actores de drag con frecuencia reducen a las mujeres a bimbos hipersexualizadas, de pechos grandes y pelucas enormes.
(Enlace en Instagram aquí) (Ant & Dec son probablemente el duo de presentadores de televisión más conocidos del Reino Unido)
Los aclamados hombres en drag tienen nombres que cosifican, sexualizan o se burlan de los problemas de las mujeres. La diputada del SNP Mhairi Black «acompañó a Nathan Mullen, un drag queen que actúa con el nombre de ‘FlowJob’ (Flow es flujo, Job es trabajo, pero blowjob con b quiere decir mamada), a la escuela de primaria Glencoats» para leer a los niños. «Anna Bortion» (pronunciado igual que An Abortion, un aborto) fue nombrado uno de los drag queen más divertidos por Pride junto a «Malestia Child» (suena como molest a child, abusa de un niño). Ginger Minj (suena igual que ginger minge, coño pelirrojo) acabó finalista en Ru Paul’s Drag Race.
O quizá quieras contratar a «Felicity Suxwell» (Suena igual que sucks well, Felicidad Chupabien) que nos dicen que «es un Drag queen de 23 años, parece que tiene 12 y tiene la energía de una niña de 3 años… y está dispuesta a robarte a tu marido, abuelo, papá y todos los Ds de tu vida». Por 250 libras puedes disfrutar de la compañía de «miss Annie Rexic» (que suena igual que anorexic).
El lenguaje del drag a menudo no es mejor, ya que es un género de entretenimiento altamente sexualizado en el que las mujeres son normalmente el blanco de la broma. La Biblioteca Británica promovió un evento con el intérprete de drag infantil Alyssa Van Delle, y describió a Van Delle como un artista «caliente» que «te tendrá al borde de tu asiento y pidiendo más». «Carisma, singularidad, valor y talento» es una frase repetida por RuPaul, simplemente porque las palabras deletrean C.U.N.T. (Coño). O qué tal el término drag «pescado», que se usa para describir a un drag queen muy femenino u hombre que «pasa» por mujer. Es una referencia al supuesto olor de los genitales de las mujeres.
¿En qué otra circunstancia es aceptable chillar y aplaudir cuando un miembro del grupo privilegiado usa el ridículo contra un grupo oprimido? Para más inri, estos hombres construyen sus carreras sobre las herramientas de la opresión femenina (estereotipos de género y cosificación sexual) y las consolidan en actuaciones donde se representan como una broma y unas risas.
El lap dancing, una forma de explotación sexual de las mujeres, es un ejemplo de ello: «La investigación académica ha relacionado el lap dancing con la trata, la prostitución y un aumento de la violencia sexual masculina tanto contra las mujeres que trabajan en los clubes como contra las que viven y trabajan en sus alrededores«. Hablando del tiempo en que trabajó en un club de striptease, Elena describió cómo «me veían como un objeto, no como una persona».
Hacer una broma de las mujeres obligadas por la pobreza a servir sexualmente a los hombres y cosificarse a sí mismas es cruel y cualquier cosa menos desafiar el status quo. ¿No se supone que habíamos acordado como sociedad que las bromas sexistas no se iban a pasar y que la explotación sexual masculina de las mujeres no tenía gracia? Así que, ¿por qué el machismo está bien si va en drag?