Cómo el experimento holandés con bloqueadores de la pubertad se volvió tóxico

Los Países Bajos fueron pioneros en el tratamiento de afirmación de género para menores, pero las recientes dudas podrían tener enormes implicaciones para el NHS.

Las deliberaciones del Parlamento neerlandés no suelen tener repercusión en el Reino Unido, pero una moción aprobada por sus diputados la semana pasada puede tener un profundo efecto en la forma en que el Servicio Nacional de Salud (NHS) trata a los menores que desean cambiar de sexo.

En resumen, se ha pedido al gobierno neerlandés que investigue los resultados en la salud física y mental de los menores que recibieron bloqueadores de la pubertad, que suelen ser el primer paso en el camino hacia el cambio de género. El tratamiento hormonal y la cirugía a menudo vienen detrás.

La razón por la que esto es tan importante es que los Países Bajos fueron pioneros en el uso de bloqueadores de la pubertad, utilizando directrices conocidas como el Protocolo Holandés, que ha sido copiado en el Reino Unido y en todo el mundo desde que una clínica de Ámsterdam lo publicó en 1998.

El hecho de que los neerlandeses tengan ahora dudas sobre una práctica que ellos, de hecho, exportaron al resto del mundo tiene implicaciones obvias, sobre todo para el NHS.

Durante los últimos 10 años, el polémico Servicio de Desarrollo de la Identidad de Género (GIDS) de la Tavistock and Portman NHS Foundation Trust (artículo en español), que está a punto de cerrar tras un informe independiente condenatorio sobre su tratamiento de menores y jóvenes, se ha buscado la controversia con el sorprendente número de recomendaciones que ha hecho para los bloqueadores de la pubertad.

La clínica Tavistock será sustituida por dos centros regionales, y es probable que la investigación neerlandesa pendiente repercuta en su enfoque hacia los menores que se quejan de estar en el cuerpo «equivocado».

Los activistas contra el uso de bloqueadores de la pubertad creen que la decisión del Parlamento neerlandés de ordenar una investigación sobre estos podría representar un importante punto de inflexión en lo que denominan el «Salvaje Oeste» del tratamiento de la disforia de género.

«El castillo de naipes ha empezado a derrumbarse», afirma Stephanie Davies-Arai, directora de Transgender Trend, una organización británica que reclama una atención basada en pruebas para las criaturas con disforia de género. «Se ha examinado todo este ámbito de la asistencia sanitaria país por país y se ha descubierto que es deficiente».

«Es muy importante para el Reino Unido porque el Protocolo Holandés se utilizó como modelo para todos los demás».

«Cuando se abran los nuevos centros que sustituirán a la clínica Tavistock, el NHS tendrá que tener criterios muy estrictos para acceder a un ensayo de bloqueadores de la pubertad».

El NHS tendrá que tener unos «criterios muy estrictos» para los bloqueadores de la pubertad en el futuro, dice la directora de Transgender Trend, Stephanie Davies-Arai CREDIT: PA Images/Alamy Stock Photo

Los detractores del Protocolo Holandés llevan tiempo denunciando que se basa en investigaciones erróneas, que los médicos prescriben los bloqueadores como una forma de pausar la pubertad cuando en realidad provocan cambios físicos irreversibles, y que los datos sobre sus efectos a largo plazo son, en el mejor de los casos, irregulares y, en el peor, muestran que causan más problemas de los que resuelven, como la reducción de la densidad ósea.

Cuando se pidió a la pediatra Hilary Cass que llevara a cabo una revisión independiente del GIDS, ésta afirmó en un informe provisional publicado en 2022 que el «incuestionable enfoque afirmativo» hacia las criaturas que no estaban seguras de su género eclipsaba la necesidad de estudiar las comorbilidades, como la mala salud mental.

En otras palabras, criaturas que pueden estar luchando con cambios físicos en sus cuerpos por todo tipo de razones están recibiendo tratamientos médicos irreversibles cuando en muchos casos la causa real de su insatisfacción puede estar relacionada con el autismo, la depresión, el TDAH, la ansiedad o el abuso.

Cass también señaló que el NHS había aplicado el Protocolo Holandés de forma mucho más laxa de lo que sus autores pretendían.

Observó que, en los Países Bajos, las criaturas que presentan disforia de género reciben de forma rutinaria apoyo terapéutico antes -o, en algunos casos, en lugar- de los bloqueadores de la pubertad, pero «los criterios para acceder al apoyo terapéutico antes de iniciar el tratamiento de bloqueo hormonal no parecen formar parte del proceso actual del NHS».

Además, el Protocolo Holandés especificaba que los bloqueadores de la pubertad sólo debían administrarse a criaturas que hubieran manifestado «incongruencia de género» desde la primera infancia y que no padecieran comorbilidades psiquiátricas significativas.

El NHS también se apartó de estos criterios. En 2011-2012, hubo menos de 250 derivaciones al GIDS, la mayoría de las cuales eran niños. Una década más tarde, había más de 5.000 derivaciones, dos tercios de las cuales eran niñas que no comenzaron a expresar angustia relacionada con el género hasta la adolescencia.

En lugar de denegar los bloqueadores de la pubertad a la explosión inexplicable de chicas adolescentes que decían estar en el cuerpo equivocado, como dictaba el Protocolo Holandés de 1998, el GIDS recomendó bloqueadores de la pubertad a alrededor del 20% de sus derivaciones.

Stella O’Malley, psicoterapeuta y fundadora de la organización crítica de género Genspect, afirma: «El Protocolo Holandés se hizo conocido como la mejor práctica internacional, pero no es una atención basada en pruebas, es una atención experimental, y ni siquiera podemos llamarlo experimento porque no hay un grupo de control».

«Creo que todas las clínicas que siguieron el protocolo holandés tendrán que rendir cuentas.»

La psicoterapeuta Stella O’Malley: «Va a haber una muy difícil hora de la verdad» CRÉDITO: Patrick Bolger

Los Países Bajos no es el primer país que empieza a cuestionar el uso de bloqueadores de la pubertad.

Suecia, considerada un ejemplo en materia de derechos LGBT, empezó a restringir la terapia hormonal para menores en 2022, y ahora sólo la sanciona en casos excepcionales.

En Finlandia, una revisión realizada por su servicio de salud sobre el éxito o fracaso del tratamiento de transición de género en menores concluyó que la reasignación de género en criaturas era una «práctica experimental», que era peligroso administrar tratamientos hormonales a jóvenes con enfermedades mentales graves y que no se debería ofrecer la transición de género hasta la edad adulta.

La Dra. Riittakerttu Kaltiala, psiquiatra que supervisaba el servicio de identidad de género para menores en Finlandia, fue una de las que dio la voz de alarma. Ha descrito cómo, cuando la clínica abrió sus puertas en 2011, esperaba ver un pequeño número de niños que llevaban diciendo ser niñas desde la primera infancia, pero en cambio «el 90% de nuestros pacientes eran niñas, principalmente de 15 a 17 años de edad, y en lugar de ser de altamente funcionales, la gran mayoría presentaban condiciones psiquiátricas graves».

En 2015, su clínica observó que grupos de chicas adolescentes de la misma ciudad o incluso del mismo instituto contaban historias muy similares sobre su historial médico, y los médicos se dieron cuenta de que estaban intercambiando información entre ellas en lo que la Dra. Kaltiala describe como «disforia de género vinculada al contagio social».

Las clínicas finlandesas cambiaron rápidamente sus protocolos y empezaron a mandar a los menores a terapia en lugar de a una evaluación de identidad de género si tenían otros problemas psiquiátricos más urgentes.

Zhenya Abbruzzese, consultora sanitaria estadounidense que ayudó a cofundar la Sociedad de Medicina de Género Basada en la Evidencia, escribió el año pasado un artículo en una revista médica sobre el Protocolo Holandés, en el que afirmaba que los estudios en los que se basaba la versión actual del Protocolo «adolecen de limitaciones tan profundas que nunca deberían haberse utilizado como justificación para impulsar estas intervenciones en la práctica médica general».

Dijo que sólo se incluían en los resultados los casos de mayor éxito en cada fase del tratamiento, que no se habían investigado los efectos sobre el desarrollo óseo y cerebral, y que el Protocolo no se aplicaba a la mayoría de los casos que se ven hoy en día, ya que excluía a quienes padecían enfermedades mentales importantes y a quienes no tenían antecedentes de disforia de género antes de la pubertad.

La consultora sanitaria estadounidense Zhenya Abbruzzese afirmó que el Protocolo Holandés adolece de «profundas limitaciones.»

«Esta es una cuestión para la sociedad más que para los médicos», afirma. «La medicina sólo puede decirte cómo puedes hacerlo, no si debes hacerlo. Al igual que el aborto o la eutanasia, la transición de género debe debatirse por motivos éticos, no médicos.»

Se espera que en las próximas semanas se publique la versión completa y definitiva del Informe Cass. Es probable que presione aún más al NHS para que presente pruebas que respalden cualquier intervención médica que los dos nuevos centros que sustituirán al GIDS vayan a brindar a menores.

Bev Jackson, cofundadora de LGB Alliance, que lucha por los derechos de gays y lesbianas, añade: «Me alegro de que el Parlamento neerlandés haya aprobado esta moción, aunque es deprimente comprobar que los cuatro principales partidos de izquierda han votado en contra.

«¿Por qué iba alguien a votar en contra de una investigación sobre los resultados de tratar a menores con bloqueadores de la pubertad? Si estás seguro de que los resultados son buenos, ¿por qué vas a intentar bloquearla?».

Davies-Arai cree que estamos ante el principio del fin del uso generalizado de los bloqueadores de la pubertad.

«Llegará un momento en que miremos atrás y veamos esto con horror, que es lo que hacemos hoy con las lobotomías«, observa. «Puede que lleve mucho tiempo porque esta generación ha sido adoctrinada, pero esperemos que ahora las criaturas más pequeñas se salven».

Artículo original

Versión archivada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Salagre.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Lucushost S.L. que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Otros artículos

Suscríbete a nuestra newsletter


Loading

Buscar en el blog

Buscar
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.    Preferencias y más información.
Privacidad