El debate en torno a la bandera del orgullo arcoíris y sus cada vez más numerosos colores, franjas y símbolos parece reavivarse en las redes sociales cada pocos meses. Lo que solía ser un simple diseño de seis franjas es ahora una monstruosidad y una sombra de su significado original.
El debate más reciente fue provocado por un tuit de Transgender Europe (TGEU), una organización de defensa de los «derechos trans». En el tuit, la organización presentaba una nueva bandera del orgullo progresista que sobrecargaba la bandera con más elementos que nunca: rayas negras y marrones para las «personas de color» LGBT, las rayas azules, blancas y rosas de la bandera trans, la bandera intersexual y, la última incorporación, un paraguas rojo para incluir a las «trabajadoras sexuales».
La bandera fue merecidamente ridiculizada, y muchos comentarios señalaban que la bandera del orgullo parecía ahora dar prioridad a todo el mundo, menos a las personas atraídas por el mismo sexo. Irónicamente, los colores del arco iris de la bandera original pretendían originalmente reflejar la diversidad de la comunidad gay, haciéndola ya lo más inclusiva posible.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Démonos una vuelta por la historia.
La primera bandera arco iris fue diseñada por el activista por los derechos de los homosexuales Gilbert Baker en 1978, a instancias de Harvey Milk. Presentaba ocho franjas y pretendía reemplazar al triángulo rosa, que hasta entonces se había utilizado como símbolo de la comunidad gay.
La bandera fue ganando popularidad, pero la franja rosa desapareció rápidamente por falta de tela de ese color. La franja turquesa también se eliminó para mantener la simetría. La versión de seis franjas que todo el mundo conoce hoy se finalizó en 1979.
Durante las cuatro décadas siguientes, esta bandera arco iris fue el símbolo mundialmente reconocido del orgullo gay y del amor entre personas del mismo sexo. También existían variaciones, por supuesto. Por ejemplo, durante la epidemia de SIDA, se agregó una franja negra en la parte inferior. En 2002, se creó una versión con un cantón azul y estrellas blancas a imitación de la bandera estadounidense para apoyar la lucha por el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, estas variaciones ni buscaban ni pretendían substituir el diseño principal.
Esto comenzó a cambiar en 2017 cuando la empresa de marketing Tierney agregó franjas negras y marrones a la parte superior de la bandera para la Oficina de Asuntos LGBT de Filadelfia. En 2018, el artista Daniel Quasar (cuya página de Wikipedia dice que es «no binario y usa pronombres xe/xem o elle/elles») creó la llamada «Bandera del Progreso», que también incorporó los colores de la bandera del orgullo trans.
Hay que tener en cuenta que la bandera del orgullo trans ya se utilizaba desde 1999 (y fue creada por un hombre que obligaba a su esposa a participar en su fetiche de travestismo (artículo en español)). La bandera del orgullo trans también sigue utilizándose hoy en día en su forma inalterada, pero, después de que se añadiera a la bandera del orgullo arcoíris, es cada vez más raro ver una bandera del arco iris sin la intrusión trans.
La bandera del progreso se ha convertido en un símbolo de la relación abusiva entre las personas atraídas por el mismo sexo y la «comunidad queer» en su conjunto. Ya no se nos permite definirnos sobre la base de nuestra sexualidad, sino que debemos marchar al mismo paso de la política de los activistas de la justicia social. Ser gay ya no se trata de a quien amas, sino de si tu política es lo suficientemente pura.
Recuperar el arco iris original parece en este momento una batalla cuesta arriba, ya que se ha convertido en el símbolo de todo el movimiento queer. Sin embargo, una versión modificada está comenzando a circular en los grupos que rechazan la ideología queer y trans.
En la manifestación Standing for Women celebrada en Brighton en septiembre del año pasado, la activista lesbiana Jo Campbell decidió cortar el triángulo intrusivo de la bandera del orgullo. Ella y Helen Joyce sostuvieron juntas la bandera y posaron para una foto preciosa.
Desde entonces, esta nueva versión de la bandera ha empezado a ponerse de moda, funcionando como un símbolo práctico del orgullo gay liberado de los elementos de justicia social que habían tratado de sofocarlo.
El pionero de los derechos de los homosexuales, Fred Sargeant, incluso encargó una gorra con el diseño actualizado para usarla en futuras manifestaciones.
Tal vez, algún día, sea posible volver a ondear la bandera original del arco iris sin dar por sentado que apoyar el amor entre personas del mismo sexo también significa apoyar la autoidentificación de género, apoyar la transición (es decir, la esterilización) de los niños y negar el dimorfismo sexual humano.
Hasta entonces, la bandera del orgullo liberada será útil como una forma de diferenciarnos y evitar que las personas atraídas por el mismo sexo se vean obligadas a unirse al movimiento queer totalizador que amenaza con acabar con todos nosotros.