Llevan la Dama de Shalott al almacén y meten a BLM en la nueva exposición «inclusiva» de la Tate Britain.
La galería retira obras clásicas en favor de otras más contemporáneas y actualiza las etiquetas para destacar el papel de la esclavitud, el colonialismo y el racismo.

Sale la Dama de Shalott y entra Black Lives Matter. La nueva instalación de la Tate Britain ha sacado algunos de sus cuadros más populares para dar cabida a obras contemporáneas sobre política, colonialismo y desastres medioambientales.
En una «visión inclusiva de la historia del arte», en palabras del director de la galería, las obras expuestas irán acompañadas de etiquetas actualizadas para ofrecer un contexto histórico.
Junto al refinado retrato de Joseph Van Aken de una familia tomando el té en 1720, el texto explica: «El té era una bebida amarga, endulzada con azúcar producido en las colonias británicas del Caribe con el trabajo de africanos esclavizados«.
En Rule Britannia, de Spencer Gore, que recoge una representación de Our Flag, el popular ballet patriótico, en Leicester Square en 1909, aparece la bailarina danesa Britta Petersen en el papel de «Inglaterra». El texto señala: «Sin embargo, el ballet ignora la controvertida y a menudo violenta historia del control colonial de Inglaterra sobre las Islas Británicas».
Forman parte del nuevo montaje unas 200 obras adquiridas desde el cambio de milenio. Para hacerles sitio, muchas de las antiguas han sido enviadas al almacén. Entre ellas figuran Lady of Shalott, de John William Waterhouse, una de las pinturas más populares de la Tate Britain, y la escultura pionera Early One Morning, de Sir Anthony Caro, que la Tate exhibe desde 1965.
Las salas que exploran el arte de la Inglaterra victoriana advierten a los visitantes que los artistas de la época «a menudo pasan por alto, caricaturizan o idealizan las experiencias de las mujeres, la gente de color, los trabajadores o los que viven en la pobreza».
Las pinturas de escenas multitudinarias «reflejan las perspectivas y los prejuicios de los espectadores de clase media» de la época.
La obra de Benjamin Robert Haydon Punch or May Day, de 1829, en la que sale un hombre negro en una escena multitudinaria, debe abordarse sabiendo que «Haydon tenía ideas racistas».
En algunas salas se han instalado piezas contemporáneas que dialogan con las obras que las rodean. Una escultura de una silla de estilo georgiano rota, obra de la artista Sonia E Barrett, se encuentra en el centro de una sala repleta de arte georgiano. El texto dice: «Los muebles ingleses del siglo XVIII se fabricaban a menudo con caoba producida por gente esclavizada del Caribe».
Una sala dedicada a las puestas de sol de JMW Turner alberga la instalación de [puestas de] sol de Yuri Pattison, en la que las imágenes de una pantalla son generadas en tiempo real por una máquina que controla los niveles de dióxido de carbono y partículas contaminantes de la sala.
La presencia de artistas inmigrantes y refugiados en la Gran Bretaña de los Tudor se refleja en una escultura contemporánea de Mona Hatoum.
Las mujeres artistas ocupan un lugar más destacado que en años anteriores, como Annie Swynnerton, que pintó un retrato de la sufragista Dame Millicent Fawcett; Emily Sargent, la hermana de John Singer Sargent; y Pauline Boty, la artista pop.
La Tate, que presenta al público su nueva instalación el martes, afirma que la exposición refleja «la creciente diversidad de la colección de la Tate».
Alex Farquharson, director de la Tate Britain, dijo: «Queremos demostrar que el arte no se produce en un vacío: está hecho por personas reales que viven en el mundo real. Explorando las conexiones entre los artistas y la época en la que viven, podemos arrojar nueva luz sobre las mejores obras de arte británicas y mostrar una gama más amplia de perspectivas e ideas».
2 respuestas
«Los muebles ingleses del siglo XVIII se fabricaban a menudo con caoba producida por gente esclavizada del Caribe»…
¿Y con qué se fabrican los paneles, pantallas, ordenadores, cables, chips, etc de sus «obras»?
Lo importante no es ser «bueno», sino parecerlo, y eso lo hacen muy bien, viven de apariencias.