Dicen que la razón por la que no está bien no es la testosterona o la mastectomía, sino porque no me estoy esforzando lo suficiente para tener una mejor relación con ella.
Ya no sé lo que eso significa. Decidió hace 2 años que yo era malvada. Ahora, todo lo que digo, todo lo que hago, cualquier texto que envío, cualquier pregunta, cualquier emoji, no hace más que confirmar que estoy siendo «manipuladora». La refuerza en la idea de que sus amigos en línea y en la vida real tienen razón cuando le dicen que no confíe en mí y que, si estoy «siendo amable», es porque estoy tratando de hacer que cambie.
Ella cree esas cosas. Pero también tiene que estar confundida. Tiene que haber alguna disonancia interna entre estas creencias y los 18 años que pasamos juntas. Estábamos unidas y un día, de repente, dijo, «me vas a echar de casa si te digo una cosa», seguido de, «soy trans». Así es como sucedió. Y así fue como las falsas creencias de los demás la apartaron de mí. Todo lo que dijese no haría más que confirmar que no se podía confiar en mí. Todo lo que yo decía se convirtió en una amenaza.
Así que, haga lo que haga, estoy maldita. Puedo seguir con mi vida, tratar de salvar lo que queda, aferrarme a mi otra hija, o puedo fingir y fingir y darle «me gusta» falsos a las fotos de sus cicatrices, como las madres de purpurina. Podría pretender sentir orgullo y felicidad con la autolesión médicamente facilitada de mi hija. Podría tratar de recuperarla actuando como si todo estuviera bien. Aparentemente.
Así que quieren que finja. Que use pronombres masculinos, incluso cuando ella no está, incluso con mi pareja. Ha sido reclutado; ella ha reclutado aliados dentro de la familia, como la Stasi, la policía del pensamiento. A pesar de decir que no está de acuerdo con todo esto, él se cree que aún depende de mí. Que podía arreglar esto, que podía evitar que se hiciera cortes en los brazos y en la cara, que podía convertirla en una persona más feliz si simplemente lo aceptase, si me rindiese.
Por supuesto, ninguna madre se rinde. Esa es una verdad fundamental. Sólo mi cadáver es capaz de rendirse. Entonces, ¿me quieren todos muerta? Quizás.
Traté de rendirme una vez, hace mucho tiempo. Le dije que me alegraba de que se sintiese mejor (que es lo que ella decía, después de comenzar a tomar testosterona). Luego me dijo que si por cualquier cosa no podía someterse a una mastectomía, se suicidaría. (¿Qué cirujano en este planeta usa eso como una indicación para cirugía?)
En el fondo, sé que no importa cuánto lo intente, no importa lo que haga, las mentiras no mejorarán nuestra relación. Ella está tomando hormonas masculinas y otros medicamentos psiquiátricos. Se ha cerrado emocionalmente, se ha escapado usando herramientas farmacéuticas. Es una batalla perdida tratar de «ganar» su aprobación, tratar de hacer que admita ante los demás que no soy malvada. Porque eso desmoronaría todo. Haría que el mundo que ella conoce dejara de tener sentido. Me acusaría de fingir. Haría el papel de la policía del pensamiento. Ella necesita que yo sea el enemigo.
Entiendo todo eso. Podría soportar todo eso. Lo que no puedo soportar es que OTRAS PERSONAS, como médicos y terapeutas y mi esposo me digan que no me estoy esforzando lo suficiente para ser su madre y esa es la raíz de todos nuestros problemas. Todo acaba en la madre, siempre.
Debe haber un guion en algún lugar para todos ellos con todas las reglas y frases hechas. Y soy la única que se niega a leerlo o que es incapaz de memorizar las líneas.
Me despierto cada mañana enferma, con el corazón acelerado, preguntándome cómo superar otro día de fracaso como madre. Ese es mi papel. Esa es el único que no puedo fingir.