Anoche estuve en un espacio en X que parece que venía, en parte, a cuento de un artículo que escribí con mis impresiones acerca de los refugiados y solicitantes de asilo en Suiza, donde vivo desde hace ya 20 años. Me perdí la primera media hora, así que no sé cómo empezó, pero cuando me conecté, estaban hablando de inmigración y racismo, por lo que me di un poco por aludida.
Escuchar a las mujeres es fascinante. Partiendo de un tema determinado, cada una lo va a ver de una forma diferente, dependiendo de sus vivencias y creencias, y nunca sabes qué enfoque le van a dar. Supongo que eso les pasa también a los hombres, pero hace tiempo que no los escucho mucho, para compensar siglos de historia.
Todas tenemos una habilidad especial para algo. Las hay que tienen una mente preclara para ver la historia de los países y conectarla con su realidad actual. Las hay que tienen una empatía especial y son capaces de entender por lo que están pasando ciertos colectivos. Otras pueden explicar todo eso de una forma perfectamente inteligible. Mi habilidad es quitar la paja e ir al grano. O eso quiero creer.
Voy a intentar dejar clara mi postura, para evitar malentendidos y para que me llaméis racista con conocimiento de causa: los problemas de los hombres sólo me interesan en la medida en que afectan a las mujeres. Y aquí incluyo a todos los hombres, incluso los procedentes de ciertos países, de ciertas culturas y de ciertas religiones. Podemos decir que soy muy inclusiva en mi racismo.
No recuerdo que hubierais puesto el grito en el cielo cuando publiqué un hilo en X explicando por qué pienso que Alemania es una ciénaga para las mujeres y la infancia, por ejemplo. Si pretendéis que filtre mis impresiones acerca de los violadores de otras culturas, para no ofender vuestras sensibilidades woke, os voy a tener que defraudar, porque para mí un violador es un violador es un violador, y sus circunstancias me son indiferentes. A mí quien me preocupa es su víctima, sea ella europea o de su misma cultura, y dejo el estudio de las causas del delito a las analistas y las soluciones a las profesionales. Yo lo que hago es darle visibilidad al problema, y el insinuar que soy racista por hacerlo me suena a un intento de hacerme callar porque los datos no se ajustan a vuestra visión del mundo o a la opinión que tenéis de vosotros.
Estoy en contra de la costumbre anglosajona y de la mayor parte de Europa de marcar a las mujeres con el nombre del marido tan pronto como se casan.
Estoy en contra del matrimonio infantil. A escala mundial, una de cada cinco niñas se casa o vive en una unión libre antes de cumplir 18 años. Según la Unicef, una de cada tres o más comenzó una unión marital antes de los 15 años, y estos son los países con más incidencia, por orden: Níger (76%), República Centroafricana (68%), Chad (68%) y Mali (55%). ¿Es racista observar que son africanos?
Estoy en contra de la mutilación genital femenina. Más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia. ¿Debemos ocultar dónde se practica?
Estoy a favor de la educación de las mujeres. ¿Qué hago con la información de que en Afganistán menos de 3 de cada 10 mujeres mayores de 15 años saben leer y escribir?
Estoy en contra de la prueba del pañuelo. ¿Pretendemos que no es la etnia gitana quien la practica?
Especial mención a las bandas de pederastas británico-paquistaníes que, durante más de dos décadas, hicieron grooming, violaron, explotaron y prostituyeron a por lo menos 1.400 niñas de entre 10 y 16 años en Inglaterra. Tanto la policía como los políticos lo sabían, pero no hicieron nada por temor a acusaciones de racismo.
Europa está llena de violadores y puteros, que son también violadores (no nos olvidemos nunca de las menores tuteladas en centros de acogida en España que fueron prostituidas ante la indiferencia de las autoridades), pero eso no quiere decir que no podamos hablar también de los que son de otros países y otras culturas. De hecho, racismo me parecería no hacerlo, porque la mayoría de sus víctimas son sus compatriotas.
El encabezamiento de mi hilo sobre Alemania era «Razones por las que Alemania no debería estar permitida». No sólo nadie me llamó racista por ello, sino que muchos lo compartisteis y os mostrasteis de acuerdo conmigo. No seré yo quien os llame hipócritas, pero me resulta interesante ver las diferentes varas de medir.
Como las mujeres bien sabemos, lo que no se nombra no existe, y me parece cuando menos curioso ser criticada por mujeres por mencionar algo que nos afecta tanto a todas.
Y por último, si pensáis que lo que digo es demasiado directo u ofensivo, os doy un minuto para que os pasen las sales, porque lo siguiente os va a gustar aún menos: tengo los hombros lo suficientemente fuertes para aguantar las etiquetas que me queráis poner, y si pensáis que soy racista, esta es mi respuesta: me importa un carallo.
34 respuestas
totalmente de acuerdo con todas vuestras apreciaciones. En el feminismo no todas las compañeras lo tienen claro, sobre todo lo que se exterioriza de las diferentes culturas…
La cultura se rige por normas no escritas y claro está que son identificativas de la diversidad, que es muy importante para los grupos de personas y mantener sus costumbres es importante. Ahora bien, todo lo que dentro de cada cultura sea discriminatorio e injusto para cualquier colectivo ha de ser transformado y no nos engañemos, todas las religiones, que forman parte de las diferentes culturas, siempre han sido y siguen siendo nefastas para con las mujeres; y no debemos seguir consintiéndolo por ninguna razón. Todas nosotras, las mujeres de cualquier cultura, tenemos derecho a la igualdad, que nos lleve a ser totalmente libres de vivir sin coacciones e imposiciones, por parte de ningún hombre, me da igual su raza, su cultura y su lugar de origen…
Exacto, para empezar, todas las religiones nos discriminan. Y si a eso le unes determinadas costumbres de determinadas culturas de las que parece que no debemos hablar, el resultado es un infierno para esas mujeres. Ya está bien de ignorar eso porque no se ajusta a nuestro ideario. Un abrazo, Henar.
Para poder entender la violencia machista y en este caso específicamente la violencia sexual, creo necesario desmembrar cada caso estadísticamente para conocer la casuistica. Para hacer un buen análisis es fundamental conocer factores como edad, nivel formativo y económico, país de origen, etnia, ámbito rural/urbano/periférico,céntrico,… de víctima y agresor, familiaridad entre ambos, lugares donde se perpetra el delito, etc. Querer obviar datos, que las estadísticas demuestren que tienen mucho peso, es no querer coger el toro por los cuernos , y flaco favor hacemos a las víctimas
Muchas gracias por tu artículo Nuria.
Justo lo que quería decir, pero tú te has expresado mucho mejor. ¿Cómo podemos intentar poner freno a los abusos cuando no nos dejan decir de dónde vienen y contra quienes se perpetran? Me parece algo tan básico que no entiendo que haya levantado tantas ampollas.
Muchas gracias, Eva, un abrazo.
Huelga decir que estoy de acuerdo con tu texto en cada palabra. Voy a darte abono para tu huerta, lo siento, pero acá me quieren linchar cuando lo digo. Aunque igual lo digo. En América Latina tenemos un problema de racismo a la inversa con las llamadas minorías étnicas, particularmente con los pueblos originarios. En Ecuador (de donde soy y vivo actualmente) los aborígenes son el 7% de la población. Una minoría violenta y resentida. Tú dices a uno de estos «buenos días», y te responde con un «racista». (Los negros igual. La ley prohíbe llamar negro a un negro, por cierto). Su dirigencia está compuesta por delincuentes millonarios que sortean la cárcel por arreglos políticos y extorsiones violentas. Las tradiciones indígenas consisten, mayormente, en violencia física, psicológica y sexual contra mujeres, niñas y niños. La mayoría de las mujeres indígenas son violadas en la niñez. Los hombres de estas etnias violan en orden jerárquico: primero el abuelo, sigue el padre, el tío, los hermanos, los primos… y los demás. Es una sagrada tradición indígena, hay que respetarla o eres racista. La jerarquía es una obsesiòn para estas culturas. Pero no se puede decir lo que hacen mal, hay que loarlos todo el día o eres racista. Es racista llamar violador pederasta y violador a un indígena que lo es. Ellos en cambio, nos odian y nos lo dicen a la cara, y les tenemos que tratar con amabilidad y ternura para no ser tachadas de racistas. Nos queman las ciudades y nos acosan en las urbanizaciones privadas porque odian la prosperidad, además de a los mestizos y a las mujeres. Mucho maricón acomplejado hay en estas etnias. La dirigencia indígena es millonaria porque son narcos y mineros, y el populacho aborigen es más pobre que en Los miserables. Lo cierto es que el pueblo indígena tiene menos inteligencia que las cabras que pastorean, lo que tiene mucho es odio por la población mestiza (el 77% del censo nacional), por las mujeres con dedicación especial. Pero es racista decirlo. Es racista hasta respirar fuerte al lado de un aborigen o un negro.
Las medidas de acción afirmativa con los indígenas y los negros, por otro lado, son un temazo para tesis o libro, dan para un estudio psiquiátrico. Bueno, si soy honesta, he de reconocer que todo mi país me parece un enorme puto manicomio.
Agur, compañera
Conozco muy poco la situación de tu país en general, me avergüenza admitir, y en lo que se refiere al tema que tocas, mi ignorancia es absoluta. Te agradezco que hayas compartido tu experiencia, a partir de ahora estaré más pendiente en las noticias y en las redes.
Lo que sí puedo decir, en general, es que las leyes deberían ser iguales para todos, sin distinción de raza, religión o cultura. Una violación es una violación, la cometa un blanco o un negro, un católico o un musulmán, un gitano o un payo.
Un abrazo, Maribel.
Totalmente de acuerdo. Vengo observando una extraña tendencia de muchas compañeras feministas a pasarles la mano por el lomo a los hijos sanos del patriarcado si estos provienen de países donde las mujeres ni tienen Derechos Humanos ni se espera que los tengan en algún momento.
Tampoco yo tengo ningún temor en decir bien alto que las conquistas de nuestras antecesoras fueron muy difíciles de conseguir y no vamos a permitir que ningún hombre, ni autóctono ni foráneo, nos intente pasar por encima. Ojalá en cambio una gran alianza feminista internacionalista de mujeres de todos los países del mundo.
Me asombra esa tendencia de la que hablas, no la entiendo. ¿No ven la hipocresía?
Sí, ojalá unirnos todas, aunque, a juzgar por lo que estoy viendo hoy en las redes, no va a pasar en un futuro próximo. No perdamos la esperanza. Un abrazo, Lola.
Otro de vuelta, Nuria. Es de verdad un gusto leerte, y muy inspirador. Se siente una menos sola aunque como dices en las redes a veces se pierde un poco la esperanza. Seguimos 💪🏻
Muchas gracias por el articulo, Nuria.
Un análisis muy certero, que comparto totalmente.
Un abrazo.
Muchas gracias a ti, Marisa, por tu apoyo. Un abrazo cariñoso de vuelta.
otra cosa, me encanta el pie de imagen, quizá porque es muíñico total 😉
¡Lo sabía!! Sabía que lo apreciarías, jaja
no veía el momento de que se despertara paco para enseñárselo!!!! dios, qué hijas de nuestro padre somos!!
jaja, salúdamelo.
cualquier día te cuento cosas de mi alumna kurda gullum, también de la oficina de inmigrantes, o de los muy adinerados alumnos de arabia saudí y las dificultades que, en compostela, tenían para respetar ciertas normas de la universidad porque quien les cantaba las cuarenta era yo y ellos, literalmente, argumentaban que «la única mujer que me puede reñir es mi madre, y la escucho aunque no le obedezca, a ti -recuerda, yo era la señora coordinadora académica- ni tengo por qué escucharte»… de los argelinos y las argelinas… en fin, choques culturales les llamamos, pero esa etiqueta es eufemística, y es hipócrita negarlo
Nos estamos poniendo un bozal nosotras mismas, yo lo que quiero es que hablemos del tema sin miedo.
he de reconocer que cuando leí el artículo de marras me dejó un cierto tufillo a racismo, pero realmente todo lo que aquí enumeras es incontestable… me volvió hoy a la cabeza mi alumna mounia, que venía a las clases de español que financiaba el concello para inmigrantes con su precioso hijo ayoub, porque no tenía dónde dejarlo, y su padre, que venía a acompañarlos y básicamente estaba sentado al lado (algunas veces me pregunté por qué no se quedaba el abuelo con el niño). ella era hípertimida, pero un día coincidimos en el baño y ella estaba toda fastididada arreglándose el velo frente al espejo, y ahí me confesó que no soportaba llevarlo pero que su marido le obligaba. yo le dije que por qué cuando no estaba el marido, como por ejemplo en las clases, no se lo quitaba, y me contó que el anciano que se sentaba con ella era su marido, que estaba casado con su hermana, de una edad más aproximada a la de él, pero quedó viudo y la obligaron a reparar esa «injusticia» casándola con él, y que los hermanos de ayoub eran al mismo tiempo sus tíos y eran bastante mayores que la propia mounia… no supe qué decir ni cómo ayudarla, y eso es lo que es imperdonable, que este país en que viven de forma legal (ignoro si nacionalizados, pero obviamente de forma legal cuando son beneficiarios de iniciativas estatales) no preste atención a estas situaciones, o dé herramientas a quien las ve desde fuera para hacer algo. y me acordé de la conferencia de najat de este verano en gijón, y del buenismo de las izquierdas, y de las ganas que dan a veces de hacerse de derechas para poder despotricar con lo evidente: no es racismo, es verdad todo lo que enumeras. gracias como siempre nuiritita
Pues mira el favor que le estamos haciendo a esa mujer el no mencionar el tema por miedo a ser etiquetadas de racistas.
Un abrazo, y feliz año (en general y tuyo propio)
Más claro el agua.
Gracias por leerlo.
Das en el clavo. Quien quiera no verlo o darle la vuelta, tiene un problema, no tú.
Gracias, Begoña. Por lo menos, deberíamos hablar del tema.
Por completo de acuerdo, Nuria. Hace tiempo que aprendimos el internacionalismo de la agenda feminista, si bien cada región, país, lo que corresponda en cada caso se abre en una página distinta determinando prioridades. Los cambios se observan en los avances en la igualdad formal, y real, entre mujeres y hombres. Y esto se da en las democracias avanzadas.
En estos avances hay que apoyarse para exigir a todos los ciudadanos y ciudadanas, independientemente de procedencia, cultura, grupo étnico de referencia, etc., que los cumplan. No hacerlo es depreciar los derechos tan duramente conseguidos, limitando su aplicación, a todas, ansolutamente todas las niñas y las mujeres.
Exacto! y además me parece racismo a la inversa no obligarles a cumplir las mismas leyes que al resto de la ciudadanía, es paternalista y a quien hace daño, siempre, es a las mujeres.
Gracias, Sol.
Siempre a ti, Nuria.
Abrazo enorme!
Desde luego necesitamos conocer a los perpetradores, todos hombres pero cada uno de su padre y de su madre. En nombre del multiculturalismo se permite el racismo (ciudadanas árabes siendo oprimidas no nos importan) y la misoginia (respetamos que nos denigren porque es su cultura). Se puede escuchar una grabación del espacio que comentas?
No, no se grabó. La anfitriona está considerando empezar a hacerlo, a ver qué se decide. Un saludo!
Hay culturas más machistas. Negarlo es absurdo.
El islam es una cultura machista . Una religión muy manipulada por los hombres entre otras cosas por tener el control total sobre las mujeres. En Europa occidental siguen casando niñas de 13 y 14 para convertirlas en siervas de los maridos. Y esto pasa aquí. A otras muchas las casan sin su consentimiento con un primo para darle los papeles.
Conocí a una chica en aeropuerto de BCN ,era de origen magrebí pero se había mudado a España con 3 años. Tenía 19 años y estaba en una casa de acogida desde los 16 por las palizas de su padre y hermano por no quererse poner velo.
Su novio ( nacido aquí pero de origen magrebí) le decía lo que podía o no hacer porque era “ el hombre” .
A mi esto me preocupa. Siguen viviendo como si estuvieran en Marruecos. Intentando seguir las mismas costumbres. Najat es una excepción.
El conflicto que hay ahora en oriente medio ha hecho salir a manifestarse muchos orientales Curiosamente mayoría hombres.
Es muy difícil integrar si las personas que vienen no quieren integrarse.
Y este es un problema que se va a ir agravando. Quizá Houellebecq en Sumisión no está del todo desacertado.
Veremos.
Estaban hablando de volver a hacer otro espacio sobre el mismo tema, porque hay mucho de lo que hablar. Te recomiendo que vayas, si puedes, hubo aportaciones interesantísimas, y alguna mencionó casos como los que dices.
Yo no creo que esto salga bien, pero, como bien dices, veremos. Un abrazo, Mireya.
Totalmente de acuerdo, la realidad es racista….
Y esconderla nos mata.
Gracias por tu artículo, la documentación que aportas y tu valentía. Tengo la experiencia de ver mujeres magrebíes que llegan con ganas de aires de apertura pero son controladas por su comunidad, aquí mismo. Mujeres que en Marruecos no usaban el pañuelo se lo ponen aquí. Los hombres de su familia les controlan pero toda la comunidad actúa de guardiana de algo más que la cultura que traían. Opino que los imanes tienen mucho que ver en todo esto.
Te sigo Nuria, me gusta mucho tu blog.
Gracias a ti por leerlo. Te recomiendo, si no te parece mucho atrevimiento, El Lunes Nos Querrán, de Najat El Hachmi, a lo mejor ya lo has leído?
Acerca de lo que dices, es que se me parte el alma, las estamos fallando, cuando podíamos ser la oportunidad perfecta para que ellas fueran libres. Permitir eso aquí sí que me parece racismo.
Muchas gracias, Ana, te mando un abrazo.