Sobre mí
Hace unos años empecé a oír hablar del “transgenerismo” y quise enterarme bien del tema antes de formarme una opinión. Con esa intención abrí mi primera cuenta en Twitter, ahora X, y me dispuse a escuchar a gente muy diversa, desde hombres que se dicen del sexo opuesto hasta mujeres que yo creía feministas.
Pronto me di cuenta de que el discurso imperante se inclinaba peligrosamente hacia el lado trans, hasta el punto de verme casi incapaz de encontrar voces, no ya que lo criticaran, sino que lo cuestionaran y las que encontré, tuiteras y columnistas de todo el mundo, eran tildadas de odiadoras y radicales.
Decidí traducir algunos artículos que consideraba interesantes para las compañeras que no hablaban inglés y que no veía en los medios españoles, pero me lo empecé a tomar más en serio después de encontrarme con el caso de Keira Bell, una mujer inglesa que, en 2020, llevó a los tribunales a la clínica Tavistock, perteneciente al servicio de salud público de Reino Unido, por haberle dado bloqueadores de la pubertad a los 16 años, seguidos de testosterona a los 17 y una doble mastectomía a los 20.
Keira alegaba que a esas edades, los adolescentes no están preparados para dar su consentimiento a cambios que tendrán graves repercusiones durante toda su vida y los convertirán en pacientes crónicos. Ganó el caso y, gracias a ella, los menores británicos tienen que esperar a la mayoría de edad (con excepciones) para poder destrozarse el cuerpo.
Esa era una noticia que iba a tener consecuencias importantísimas para los menores de todo el mundo, pero no pude encontrar nada en las redes sociales o los medios españoles.
Parece que mis traducciones no gustaron en ciertos círculos, porque empezaron a denunciarme la cuenta por incitación al odio, hasta que Twitter acabó por cerrármela definitivamente, desapareciendo así todo mi trabajo.
Y tuve que empezar de nuevo. Tres veces.
Una compañera sugirió que abriera un blog para guardar las traducciones por si volvían a denunciarme y me hice uno que tuvo bastante éxito. Tanto, que se me quedó pequeño, de ahí la necesidad de este nuevo blog.
Con lo que no contaba fue con que iba a soltarme a escribir y ahora, de vez en cuando, también saco artículos que no necesariamente tienen que ver con el feminismo, aunque quiero creer que están escritos desde una perspectiva feminista.
Este blog nació como un proyecto personal y sin ánimo de lucro, como un archivo para guardar mis traducciones, la mayoría relacionadas con el feminismo y el daño que el “transgenerismo” está haciendo a las mujeres y a la infancia.
Gracias a vosotras, acabó siendo bastante más.
Hoy también hay artículos escritos por mí, en la carpeta Mis Artículos, y por varias compañeras, en Colaboraciones. Desde agosto de 2022 colaboro con Reduxx, escribo en la versión inglesa y traduzco los artículos al español. Los míos los encontraréis en la carpeta Reduxx.
Me gusta pensar que, al final, este blog no es solo mío, sino un poco de todas.