La Universidad Queen’s de Belfast ha endurecido su código de conducta para que negarse a reconocer el género autodeclarado de alguien sea ahora un asunto disciplinario de «tolerancia cero».
En concreto, el nuevo código de la universidad exige que tanto el personal como los estudiantes utilicen el nombre y los pronombres que cualquier persona solicite.
El incumplimiento de la orden se considerará intimidación o acoso.
También se aplica a cualquiera que haga bromas «despectivas» sobre el transgenerismo.
Este nuevo código incluye no sólo al personal y a los estudiantes, sino a cualquiera que ponga un pie en el campus, incluso los empleados externos como limpiadores, servicios de catering y proveedores, y cualquier persona contratada por ellos.
Esto significa que si se contrata a una empresa de construcción para hacer reparaciones en Queen’s, y ésta luego contrata a un subcontratista que suministre los andamios, ese subcontratista también estaría sujeto al mismo código de conducta.
Si, por ejemplo, este hipotético andamiero se encontrara con un estudiante de 7 pies de altura (2’14 m), calvo y con barba, que exigiera que se refiriera a él como mujer, el andamiero en cuestión estaría obligado a aceptar la identidad de género declarada por esa persona sin cuestionarla, a pesar de ni siquiera haber firmado un contrato con Queen’s.
News Letter se enteró hace poco de que la universidad había actualizado su código de conducta en materia trans en enero de este año, sustituyendo al antiguo, que llevaba en vigor desde 2016.
En un principio, la universidad se negó a facilitar a News Letter una copia del antiguo código de conducta para poder compararlo con el nuevo.
News Letter respondió que, en virtud de las leyes sobre libertad de información, los organismos públicos como Queen’s no pueden negarse a acatar tal solicitud.
Su oficina de prensa exigió entonces, injustificadamente, que se enviara una solicitud especial de libertad de información a un departamento diferente, que la estudiaría durante un mes antes de decidir si podía divulgar dicha información.
Finalmente, dos semanas después de la solicitud de News Letter, la oficina de prensa cedió y envió el antiguo código de conducta.
La comparación entre el antiguo y el nuevo muestra un endurecimiento significativo del lenguaje utilizado por la universidad a la hora de regular lo que la gente puede y no puede decir.
ANTIGUO CÓDIGO
La antigua política contenía una sección titulada «Directrices de respeto trans».
Se trataba de «directrices informales sobre cómo tratar a las personas en proceso de transición».
Incluían:
– «Piensa en la persona como si fuera del sexo que quiere que pienses de ella».
– «Utiliza el nombre y el pronombre que la persona te pida… Si cometes un error con los pronombres, corrígelo y sigue adelante. No le des mucha importancia».
– «Respeta la intimidad de las personas. No preguntes cuál es su nombre ‘real’ o ‘de nacimiento'».
El antiguo código volvía a insistir en lo mismo: «Una vez que una persona trans ha dado a conocer su nombre preferido, éste debe utilizarse en todas las circunstancias, en lugar de su nombre o nombres de nacimiento».
«Asimismo, se debe referir a una persona que se identifique con un género determinado, se haya sometido o no a cirugía, utilizando el pronombre que prefiera (puede ser ‘él’, ‘ella’ o ‘elle’)».
NUEVO CÓDIGO
La redacción del nuevo código es bastante diferente.
Por un lado, se ha ampliado para incluir las «identidades no binarias», no sólo las transgénero.
Mientras que transgénero se refiere generalmente a las personas que cambian de hombre y mujer (o viceversa), no binario se refiere a una amplia gama de nuevos géneros que no son ni masculino ni femenino, como la gente que dice ser «genderqueer», «genderfluid», «pangender», «two-spirit» y «neutrois» (de género queer, de género fluido, pangénero, dos espíritus y neutrés).
A veces tienen sus propios pronombres, como xe/xer.
El nuevo código subraya que la universidad tiene un «enfoque de tolerancia cero frente a todo tipo de acoso e intimidación».
«El abuso transfóbico, el acoso o la intimidación (incluidos los insultos, las bromas despectivas y el uso repetido o intencionado de pronombres o nombres incorrectos) serán tratados bajo la Política de Intimidación y Acoso, que establece que la Universidad no tolerará este tipo de comportamiento», dice el nuevo código (énfasis de News Letter).
«Será tratado por la Universidad como una falta disciplinaria».
Tanto el antiguo como el nuevo código establecen que las personas que han nacido varones, pero ahora se identifican como mujeres, deben poder acceder a los vestuarios y aseos femeninos, y el nuevo dice que «las personas trans y no binarias deben tener acceso a las instalaciones que les resulten más cómodas».
El nuevo código establece además que «la Universidad apoyará la elección de vestimenta de las personas en relación con su identidad y expresión de género».
Mientras que el antiguo código era ambiguo sobre si se aplicaba tanto al personal como a los estudiantes, el nuevo deja claro que se aplica al personal, a los estudiantes, a los solicitantes de empleo y a los futuros estudiantes, así como a «todos los visitantes y a cualquier persona que preste servicios o esté contratada para trabajar en la Universidad, incluidos los subcontratistas».
La universidad declaró a News Letter que el nuevo código entró en vigor «tras una nueva evaluación de igualdad».
En cuanto a quién se encarga de su aplicación y cumplimiento, Queen’s declaró que «los asuntos disciplinarios son implementados por el personal directivo».
Más información aquí: Transgenerismo: La política de igualdad de la Queen’s University está «abierta al abuso por parte de quienes quieren silenciar a los demás».
2 respuestas
Pues Escocia no les pilla tan lejos…a ver alguien viaja y toma nota.
A ver si lo de Escocia funciona, porque tienen un gobierno muy misógino, y Stonewall tiene allí mucha influencia, estoy menos optimista que tú en materia escocesa, Sol. Ojalá.
Feliz año, reina.