Hace cuatro días una señora nos contaba en la BBC que la leche inducida en hombres que alegan ser mujeres tiene mayor valor nutricional, si no superior, al de la leche producida por madres lactantes.

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— Cath Leng (@leng_cath) February 19, 2024

Pues he encontrado ese estudio, del 2023 (Weimer), que concluye que la leche inducida a un hombre de 46 años es de “excelente calidad nutricional”. ¿Es esto cierto? Pues vamos a verlo, pero primero una declaración de principios (míos):

Me parece aberrante que cualquier hombre quiera “dar el pecho”, ya sea para sentir validado su delirio de creerse mujer o porque quiere ser parte activa de la lactancia. En los dos casos lo hace por puro egoísmo y satisfacción personal y/o sexual: es ABUSO INFANTIL.

Si compasivamente crees que hay escalas de grises y que puede haber un hombre que sienta este deseo para el bien de su bebé: NO. Que crezcan de una vez, no nació para ser prota de todo. No somos el apuntalamiento de su importancia. Nos deben un respeto como seres humanos.

Me trae al pairo que los hombres puedan producir leche, aunque fuese de mejor calidad, Estamos en el 2024 y las mujeres aún no podemos alimentar a nuestros bebés tranquilas, sin renuncias, sin acosos, sin juicios, sin que nos pornifiquen a nosotras y nuestras crías.

Si quieren, que solucionen el hambre del mundo con su galactorrea* y nos dejen en paz. – Uso palabras que describen la realidad material: los machos humanos NO amamantan a sus crías, y las crías humanas NO confunden el olor de su madre o de otra mujer con el de un hombre.

Y ya empiezo. Con *galactorrea: la producción de leche de las mamas en mujeres que no han gestado y en hombres se llama galactorrea y no lactancia. En concreto, la galactorrea en hombres, menos en casos transitorios en la pubertad, es el 100% de las veces patológica.

En mujeres existe prueba anecdótica (que no se ha estudiado) abundante de que puede producirse en respuesta a las necesidades de un bebé.

Pues el estudio al que se hace referencia en la BBC es de un único caso, uno de los tres que se han estudiado formalmente, de hombres que se han inducido galactorrea y han forzado a sus bebés a que les chuparan los pezones y bebieran esa leche.

El estudio concluye que la leche producida es de excelente valor nutricional, pero que sólo se han analizado los macronutrientes, dejando fuera “otras características importantes en la leche humana, incluyendo micronutrientes y factores bioactivos que no han sido evaluados”.

El resultado de este estudio de un único caso se centra en analizar contenido proteínico, grasas, lactosa y calorías. Cuando la señora “estudiante” de asesoría en lactancia dice que la leche de galactorrea masculina está por encima de la leche materna en calidad, se refiere a que la primera tiene más proteínas, más grasas y más calorías, como veis aquí:

Lo que no dice es que en la leche de galactorrea la lactosa y la grasa tienen valores similares, mientras que en la leche materna la lactosa casi dobla en valor a la grasa.

Ni que la grasa de la galactorrea casi dobla a la de la leche materna. Más no significa mejor ni superior.

Tampoco los oligosacáridos. Ni las vitaminas, ni los minerales. Pero más importante, tampoco se analizan en este estudio, que dice que la leche de galactorrea es superior a la materna, las hormonas y factores de crecimiento, ni el microbioma, que asiste con la población de la microbiota en el intestino del bebé ni, por último, microARNs, que median en el desarrollo, diferenciación, proliferación y metabolismo de células y tejidos y se sabe que contribuye enormemente al desarrollo del sistema inmunológico del bebé. Es decir, Weimer ha medido literalmente cuatro cosillas de la leche ignorando el resto, le ha salido valores altos (no necesariamente más aptos para bebés) y se ha aplaudido diciendo “¡Excelente! Esta leche es mejor que la de la lactancia materna”. Para más inri, en conflicto de intereses, añade que la autora es la médica que estaba tratando al participante de este estudio. Así también sé sentar cátedra yo.

Por cierto, la producción de leche de galactorrea en ese caso era de un máximo de 150 ml al día. Un bebé necesita entre 450 ml y 1200 ml al día hasta los 5 meses. Pero los 150 ml del fetichista nutridor de turno son mejores…

Valga que, más allá del insulto y la ofensa colectiva, nadie se cree eso de que la leche producto de galactorrea masculina tenga un valor nutricional igual o superior al de la leche materna, ¿no?

Porque piensan, oiga usted, que una señora amamantando no puede tomarse ni una aspirina y este pavo se atiborra de hormonas. He ahondado un poquito más y me he encontrado con este artículo estupendo que defiende la galactorrea en hombres que alegan ser mujeres (para que sus bebés se la succionen de los pezones) abogando por la aceptación de que la leche materna “pura” no existe y que las madres también toman hormonas en forma de contraceptivos y no pasa nada. Ergo, la de los tíos también.

Nos cuenta aquí que la leche materna está llena de factores bioactivos y que esta bioactividad es principalmente hormonal. También informa de que muchas mujeres que dan el pecho toman anticonceptivos, siendo el más recetado progesterona, y esto no supone un riesgo para el bebé

Creo que convenientemente se le olvida mencionar que las hormonas de la leche materna no son sintéticas ni exógenas, sino de producción natural y con una función específica y endógenas. En cuando a la progesterona, la dosis para contracepción es de 75 microgramos al día.

El sujeto del estudio de Weimer llevaba un régimen de 100 miligramos de progesterona al día, es decir, 100.000 microgramos. No sé, así a bote pronto, a mí me parece una diferencia de cantidades a tener en cuenta.

El artículo continúa presentando una serie de afirmaciones capciosas o artesanalmente tergiversadas, como que en general la mayoría de fármacos son seguros para la lactancia o que en mujeres con tratamiento de mantenimiento de opiáceos también se aconseja amamantar (aquí la fuente original).

Ergo, las hormonas con que se atiborre un hombre para inducir la galactorrea tampoco van a afectar al bebé. De química voy mal, pero estoy segura de que no todas las sustancias se comportan igual.

También tomaba este señor galactorreante una dosis de 25 microgramos de estradiol (estrógeno). Es poquito, pero ya son 25 mcg más que la señora que amamanta. Lo dicho, que de química sé de poco a nada, pero me pregunto cómo es que esto no llama la atención cuando la presencia de estrógenos en la leche y productos lácteos procedentes de ganado que tomamos las personas adultas se lleva estudiando muchos años por sus efectos adversos en la salud.

Hilo original de @EnMantis