Periodistas y analistas que conocen la política estadounidense en profundidad están escribiendo y hablando en todos los medios sobre los resultados de las elecciones.
Yo, que no soy ni una cosa ni la otra ni sus contrarias, voy a meter la cuchara porque me lo pide el cuerpo.
El triunfo de Trump no me cogió por sorpresa, estaba segura de que iba a ganar, porque veía a la gente básicamente harta de gilipolleces. Harta de pervertidos en womanface en la Casa Blanca, harta de niños en los baños de sus hijas en las escuelas, harta de ver a hombres desplazar, y a veces literalmente dar de hostias, a las mujeres en casi todos los deportes. Y eso sólo en lo que al transgenerismo se refiere.
Veía a gente harta de inmigración ilegal descontrolada, harta de bandas de delincuentes que cruzan la frontera con México y se asientan en EE. UU.
Harta de pagar más por todo: el coste de la vida subió un 20% durante la administración de Biden, y la gente duda de que sólo sea culpa de la pandemia.
En fin, que la gente tenía mucha razones para estar hasta los cojones o los ovarios, según el sexo del hastiado/a en cuestión.
Pero hete aquí que muchos estadounidenses son, como yo misma, votantes de un solo tema: creemos que lo más urgente hoy en día es la aniquilación del transgenerismo. Puesto de otro modo, nos parece que todos los demás problemas palidecen en comparación con la pérdida de derechos de las mujeres y el adoctrinamiento, mutilación y hormonación de por vida de la infancia. El transgenerismo beneficia a hombres adultos, y perjudica al resto de la demografía. Veamos números.
Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, en el momento de escribir esto, hay 337 millones de habitantes en EE. UU.
A efectos de estadísticas, usaremos las del año pasado, porque las de este año no están todavía publicadas por razones obvias. En 2023 había casi 335 millones de habitantes, 206 millones de los cuales eran mujeres y menores de 18 años. Estamos hablando de 206 millones de personas que se ven afectadas por el transgenerismo en los Estados Unidos, TODAS las mujeres y TODOS los y las menores. Los únicos beneficiados son los hombres, 129 millones de ellos. El 38% de la población.
La seguridad, la dignidad y los derechos del 62% de la población me parece un tema muy importante, qué queréis que os diga.
Que Trump la va a cagar en muchos otros temas lo tengo clarísimo, no espero menos de un misógino narcisista con ansias de poder. Pero estoy segura de que es el mal menor para mujeres y menores, que es lo que a mí me interesa y por lo que lucho a mi manera todos los días. No le va a quedar más remedio que hacer algo contra el transgenerismo, aunque sólo sea porque un importantísimo porcentaje del electorado lo votó para eso.
(Vídeo de 1.2.23, de su campaña)
Sea lo que sea, no va a ser peor que Biden, que lo primero que hizo después de jurar su cargo fue acabar con el deporte femenino, al firmar una orden ejecutiva que permitía a varones identificarse como mujeres para acceder a él. Y cuando digo deporte femenino, también me refiero a los baños y vestuarios. Por si no caéis en la cuenta, eso significa que el exhibicionismo, que antes era delito, ahora es un derecho masculino. Y si las niñas se quejan, se quedan sin becas, son amenazadas e incluso denunciadas por transfobia. No sólo se tienen que aguantar, lo tienen que hacer en silencio y con una sonrisa.
Kamala Harris no perdió por ser mujer, ni por ser negra. Perdió por ser vacua, elitista, evasiva y mentalmente dispersa. Por vender a las mujeres y a la infancia, y porque su único as en la manga era NO SER Trump.
¿Me alegro de que Trump sea el presidente número 47 de Estados Unidos? No. Pero me alegra que haya ganado las elecciones, porque la alternativa es mujeres sin derechos y criaturas mutiladas, y no es un precio que esté dispuesta a pagar por políticas medioambientales.
4 respuestas
Muchas gracias. Pienso lo mismo que has expuesto. Yo también quería que ganara Trump, no por sus “méritos” y sí, por la ventana (resquicio) de oportunidad que se pueda abrir para parar esas políticas delirantes “identitarias” que quieren imponerse, no solo en la sociedad de EEUU sino en todo el planeta, y que destruyen, específica y deliberadamente, la protección, la salud y los derechos de mujeres e infancia. Kamala y su partido, era seguro que lo iban a mantener y empeorar, y Trump tiene, al menos por mi parte, el beneficio de la duda.
Gracias, María. Ahora sólo nos queda esperar con los dedos cruzados. En fin, ambos candidatos eran un desastre.
Trump no es el mal menor para las mujeres ni para los menores. Los recortes de ayudas federales afectarán desproporcionadamente a mujeres y a menores. El traspaso de riqueza de los de abajo a los de arriba, que es lo que hará Trump, afectará, nuevamente, a más mujeres que a hombres, y a los hijos de éstas. Cierto, el partido Demócrata ha traicionado a todos sus «constituents»: las mujeres, el movimiento gay, las minorías raciales, cualquier persona que dependa de asistencia estatal (gente con impedimentos físicos o mentales, etc.), no solo con su apoyo incondicional a la industria del género (que es una industria multibillonaria) y a las políticas queer, sino con su incapacidad o falta de voluntad para hacer, ahora y hace décadas, políticas redistributivas reales, políticas sociales transformadoras, una ley federal del aborto, etc. Es una mierda de partido, un asco. Pero Trump no es el mal menor para nadie. Que el partido Demócrata no sepa lo que es una mujer, no hace que el partido Republicano-Maga, que sí sabe lo que es una mujer PORQUE ES ANTI-MUJER, sea mejor para las mujeres… Las clases privilegiadas, mujeres y hombres, se verán protegidos de los efectos devastadores de los recortes que promete Trump. El resto de la sociedad estadounidense tendrá menos protecciones y poco margen para enfrentar cualquier crisis o bajón económico. Y las políticas anti-medioambiente joden a todo el mundo, hombres, mujeres y niñas y niños, como nos ha mostrado la naturaleza hace pocos días en Valencia: si no te tomas en serio los procesos y fuerzas de la naturaleza, la naturaleza se reirá en tu cara de tu soberbia y tu indiferencia. Y morirá gente, cada vez más gente. En ese país, no había una buena opción en la papeleta. Pero el suicidio rápido no es mejor que el lento, porque con el lento quizás te da tiempo para cambiar tu destino.
Los demócratas han tenido tiempo suficiente para arreglar cosas que prometieron hacer (Roe v Wade, por poner un ejemplo, ya que hablas del aborto) y no sólo no han hecho nada, sino que lo han puesto peor para las mujeres y la infancia. Promesas vacías.
Desde luego que Trump es un desastre, pero no puede hacerlo peor que los demócratas en lo que a mí me importa, que son, repito, las mujeres y la infancia.
Veremos.