Hace 7 años, mi hija de 19 decidió que era trans. Tan pronto como me enteré, empecé a hablar con ella sobre por qué yo NO pensaba que ella era ‘él’. Le dije que como su madre la conocía bastante bien, y lo que veía era una joven confusa tratando de encontrar su camino en el mundo.
Por aquel entonces yo no sabía que también era autista. Sabía que tenía ansiedad social y probablemente TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Oh, y depresión. Definitivamente tenía depresión.
Le pregunté qué planes tenía. Me dijo que ya se había vendado el pecho un par de veces. Le expliqué lo dañino que era eso y me dijo que dejaría de hacerlo por ahora.
Le conté lo que la testosterona podría hacerle a su salud con el paso del tiempo. Por suerte, todavía no había empezado.
Le expliqué que hay muchos tipos de feminidad en las mujeres, lo que no cambia el hecho de que todas SON mujeres. Mientras discutíamos las cosas, poco a poco descubrí que le habían hecho bullying online debido a su altura (mide 1.88) y porque no usa maquillaje ni vestidos.
Hablamos sobre su infancia. Le gustaban los animales y los peluches, ni cosas estereotípicas de niña, pero tampoco de niño. Le dije que el transgenerismo generalizado de las mujeres es un fenómeno relativamente nuevo, principalmente desde que surgieron las redes sociales.
También hablé con ella sobre mi experiencia personal, al haber sufrido una mastectomía doble debido al cáncer hace muchos años. Esto la ayudó a darse cuenta de que incluso sin pechos, ¡su madre sigue siendo una mujer!
Por suerte, después de muchos meses, reconoció que la verdad es que no era trans. No tenía que intentar cambiar su cuerpo para que coincidiera con lo que otros pensaban que debería ser. Y cuando descubrimos que era autista, todo encajó.
El autismo hace que sea difícil para las personas encajar, reconocer y aceptar quiénes son. Hoy se identifica como una mujer bisexual. Y estoy totalmente de acuerdo con ello. Me solidarizo con todos esos padres que están intentando no perder a sus hijas. Si estás en esta posición, no te rindas, quiérela y ayúdala a ver que ELLA es hermosa (y femenina) a su manera.