
Trece mujeres filipinas han sido condenadas en Camboya por tráfico de seres humanos por pretender vender los bebés que gestaban como madres de alquiler.
Fueron condenadas a cuatro años de prisión, pero con dos años suspendidos, informó el Tribunal Provincial de Kandal.
El tribunal declaró que tenía pruebas sólidas que demostraban que las mujeres pretendían dar a luz a los bebés «para venderlos a una tercera persona a cambio de dinero, lo que constituye un acto de trata de seres humanos».
No se espera que las mujeres cumplan ninguna pena de cárcel hasta que den a luz, y el tribunal no dijo qué ocurrirá con los bebés cuando nazcan.
La maternidad subrogada es ilegal en Camboya, pero hay agencias que siguen ofreciendo este servicio.
Este caso es inusual porque normalmente las madres de alquiler se contratan en sus propios países, no son trasladadas a otros lugares.
La policía descubrió a las mujeres cuando allanó un chalet cerca de la capital, Phnom Penh, el 23 de septiembre.
Tras su detención, Nicholas Felix Ty, subsecretario del Departamento de Justicia de Filipinas, declaró que eran las propias mujeres las «víctimas de trata de seres humanos».
Pero la ministra del Interior camboyana, Chou Bun Eng, rechazó la idea y dijo que consideraba responsables a las mujeres.
También fueron detenidas cuatro mujeres vietnamitas y otras siete filipinas, pero no estaban embarazadas, por lo que han sido deportadas, dijo Bun Eng.
Una mujer camboyana fue condenada a dos meses y un día de cárcel por actuar como cómplice cocinando comidas para las madres, según el tribunal.
Los países en vías de desarrollo son muy populares para la gestación subrogada porque los costes son mucho más bajos.
La industria camboyana de gestación subrogada comercial comenzó a experimentar un auge en 2016, después de que la práctica fuera declarada ilegal en la vecina Tailandia.
Aunque el gobierno camboyano la prohibió ese mismo año, siguió prosperando.
La agencia de noticias AFP informó que parejas de China pueden llegar a pagar a las agencias entre 40.000 dólares (37.880 euros) y 100,000 dólares (94.700 euros) para conseguir que una mujer camboyana dé a luz a su criatura.
En 2017, una enfermera australiana que dirigía una clínica de gestación subrogada fue condenada a 18 meses de cárcel en Camboya.
Al año siguiente, 32 madres de alquiler acusadas de trata de personas en Camboya fueron puestas en libertad con la condición de que criaran ellas mismas a sus criaturas.