La policía interroga a defensoras de los derechos de las mujeres, como Kellie-Jay Keen, por ofender a trans-activistas.
La delincuencia debe de haber desaparecido de las calles de Brighton, y los abusos domésticos y los atracos deben ser felizmente cosas del pasado. Porque no puede haber otra explicación racional de por qué los agentes de policía de Sussex hicieron un viaje de ida y vuelta de 300 millas (483 kms) desde la costa sur de Inglaterra hasta la ciudad rural de Trowbridge, en Wiltshire, la semana pasada.
La razón del viaje era investigar unas palabras aparentemente hirientes pronunciadas por Kellie-Jay Keen, defensora de los derechos de las mujeres y fundadora de Standing for Women (SfW). (Para que quede constancia, Keen y yo somos amigas).
El foco de la campaña de SfW es recordar a la gente que la definición de «mujer» en el diccionario es «hembra humana adulta». Esta afirmación biológica ofende profundamente a esos hombres a los que les gusta hacerse pasar por mujeres y a sus fanáticas palmeras.
La presunta ofensa tuvo lugar el 18 de septiembre del año pasado en un mitin de SfW en Brighton. Se desconoce la identidad de la delicada flor que denunció a Keen. Pero al parecer se sintió ofendida por las palabras de Keen, pronunciadas en público ante decenas de policías en uniforme, ninguno de los cuales consideró necesario intervenir en aquel momento.
Una semana después de la manifestación, un agente informó a Keen que «alguien había presentado una denuncia… sobre un delito de odio». El agente dejó claro que si Keen no acudía a una entrevista voluntaria en comisaría, sería detenida. Ante la amenaza de que la sacaran esposada de su casa, Keen accedió a ser interrogada bajo caución.
Y así, el viernes de la semana pasada, la policía entrevistó a Keen en la comisaría de Trowbridge, mientras un grupo de unas cien mujeres sinceramente cabreadas (y un puñado de hombres igualmente enfadados) se congregaba fuera. Cantaron, sostuvieron pancartas y pronunciaron discursos para expresar su apoyo a Keen y su furia por las descabelladas prioridades y las inquietantes extralimitaciones de la policía.
When a 📸 says it all. pic.twitter.com/R22gn2NDWO
— Standing For Women #AdultHumanFemale (@StandingforXX) February 25, 2023
Una de las oradoras, llamada DJ Lippy, señaló que, aunque el índice de condenas por violación en Sussex ha descendido al 3%, la policía ha «aumentado en 19 puntos su posición en el programa de Defensores de la Diversidad de Stonewall». Otras hicieron declaraciones supuestamente hirientes y «transfóbicas», como «las mujeres no tienen pene». Cabe destacar que algunas de las presentes, entre ellas la abogada Sarah Phillimore y la activista Jennifer Swayne, ya habían tenido encontronazos con la policía. Ambas fueron detenidas para ser interrogadas en incidentes separados, tras atreverse a expresar opiniones «críticas de género»; en otras palabras, dijeron que el sexo biológico era real.
La fecha elegida para la entrevista de Keen fue casi exactamente cinco años después de su primer roce con las leyes de incitación al odio. Ya en 2018, fue interrogada por la policía sobre el contenido de ocho tuits. Uno de ellos se centraba en Susie Green, la entonces directora ejecutiva de la polémica organización benéfica para niños trans Mermaids. En él se refería a la cirugía de reasignación de sexo a la que se sometió el hijo de 16 años de Green en Tailandia como una castración.
Según Keen, a Green le ofendió la palabra «castrado», a pesar de haber hecho pública su decisión de llevar a su hijo a someterse a una operación de reasignación de sexo. Obviamente, esta operación implica la extirpación de los testículos. Los agentes de policía viajaron 500 millas (805 kms) ida y vuelta desde West Yorkshire, para entrevistarla por estos tuits. La Fiscalía de la Corona optó por no seguir adelante con el caso.
Es justo decir que la policía parece ligeramente obsesionada con Keen, cuando la persiguen de condado en condado para investigar sus comentarios. Este constante interrogatorio parece un intento de intimidarla para que guarde silencio, de hacer un ejemplo de ella y de enviar una advertencia a cualquiera que se atreva a decir que «las mujeres transexuales son hombres».
Está claro que a la policía de Sussex le importa más no molestar a los trans-ayatolás que velar por su propia reputación. De hecho, poco después de la manifestación de SfW en Brighton, la misma fuerza policial hizo el ridículo más absoluto al referirse a un pederasta varón que se dice trans como mujer en las redes sociales. Cuando los usuarios de Twitter respondieron señalando su sexo, la policía replicó: «La policía de Sussex no tolera ningún comentario odiante hacia la identidad de género [de nadie], independientemente de los delitos cometidos».
It is not hate to recognise reality.
‘At the time of the offences, Dixon was John Stephen Dixon’
Do you really think going in to bat for a paedophile is a good look, Sussex Police? https://t.co/zyJU4aUsw7 pic.twitter.com/w9rJIsYPLR
— Julie Scott 🍒 (@judgejules75) September 27, 2022
Si la policía no quiere que su reputación siga cayendo en picado, quizá debería volver a ocuparse de delitos reales, en lugar de intentar complacer a los trans-activistas.