
El sexólogo que inventó el término «cis» también dijo que «no hay nada malo con la pederastia».
El término «cisgénero» ha ganado una gran popularidad en los últimos años, en gran parte debido al impulso de los transactivistas que definen la palabra como lo opuesto a «transgénero». Sin embargo, pocos de los que usan el término saben que su origen viene de un sexólogo alemán que también cree que la pederastia es una sexualidad.
La publicación de 1991 de Volkmar Sigusch, titulada Transsexuals and our Nosomorphic View, fue el primer ejemplo publicado del término «cisgénero» como antónimo de transgénero.
Sigusch es un sexólogo, médico y sociólogo alemán que se desempeñó el cargo de director del Institut für Sexualwissenschaft (Instituto de Ciencias Sexuales) en la clínica de la Universidad Goethe, Frankfurt am Main, de 1973 a 2006.
«Cisgénero» ahora se usa extensamente para referirse a las personas que se dice que tienen una «identidad de género» que coincide con su sexo. Sin embargo, la traducción más precisa de la invención alemana de Sigusch «zissexuell» es «cissexual», aunque ahora «sexo», refiriéndose a los órganos sexuales o la sexualidad, ha sido reemplazado por el término impreciso y subjetivo «género».
«La característica genuinamente neológica del transexualismo es que arroja lo que he denominado cissexualismo, que sería su lógica contrapartida, bajo una luz sumamente ambigua. Porque si hay un trans, un más allá (género físico), también debe haber un cis, un en este-lado-de», escribió Sigusch en 1998, refiriéndose a su artículo de 1991.
Los puntos de vista del sexólogo también incluyen opiniones controvertidas sobre la pederastia. Sigusch distingue entre pederastas que abusan de menores y «pedosexuales», que tienen los mismos impulsos, pero no los siguen.
En una entrevista de 2011 con Spiegel, Sigusch declaró que el problema con los «pedosexuales» no es su deseo de abusar de menores, sino el actuar sobre ese impulso. Propuso que el mejor resultado para tratar a los pederastas no es la pérdida de su deseo, sino evitar que tengan «contacto» con los niños.
Las afirmaciones de Sigusch se asemejan a la retórica moderna en torno a los «pederastas virtuosos», o «MAP» (personas atraídas por menores), que priorizan los sentimientos y las necesidades de los hombres que se sienten atraídos por los niños, en lugar de centrarse en la protección de la infancia.
Al observar la historia de las políticas y actitudes a favor de la pederastia en Alemania durante los años 60 y 80, está claro que Sigusch está lejos de ser un defensor aislado, y que simplemente estaba tratando de popularizar ideas que ya existían.
Una figura clave detrás de una aceptación cultural abierta de la pederastia en Alemania fue un contemporáneo de Volkmar Sigusch, el sexólogo con sede en Berlín, Helmut Kentler. Kentler envió a niños adoptivos a hogares de pederastas desde 1969 con el propósito de facilitar el abuso sexual infantil, un proyecto más tarde conocido como el «Experimento Kentler» o el «Proyecto Kentler» (artículo en español).
Este experimento fue autorizado y subvencionado por el Senado de Berlín. En 1988, casi dos décadas después, Kentler describió el proyecto como un «éxito completo» en un informe que presentó al Senado.
El Dr. Joachim Häberlen de la Universidad de Warwick, en su artículo, «Feeling Like a Child: Dreams and Practices of Sexuality in the West German Alternative Left during the Long 1970s», (Sentirse como una criatura: sueños y prácticas sexuales en la alternativa de la izquierda de la República Federal de Alemania durante los largos años 70) dice:
«En 1970, los miembros del parlamento alemán encargados de reformar el derecho penal incluso escucharon al erudito en educación radical Helmut Kentler, al sexólogo Volkmar Sigusch y a otros sociólogos y psicólogos, quienes declararon que los menores no sufrirían por tener relaciones sexuales con adultos y que esas relaciones no deberían ser castigadas, porque son un ‘crimen sin víctima'».
En 1972, el activista holandés pro-pederastia Dr. Frits Bernard publicó un artículo titulado, «Pederastia – ¿una enfermedad?» que concluyó que «Los contactos pedófilos no dañan el desarrollo psíquico de un niño». Según la Dra. Sonja Levsen, en su ensayo,«El apologismo pederasta en la década de 1970», Volkmar Sigusch fue uno de los «científicos asesores» en la investigación de Bernard.
Según Dagmar Herzog, autora de Sex after Fascism: Memory and Morality in Twentieth-Century Germany, (El sexo después del fascismo: memoria y moralidad en la Alemania del siglo XX) Volkmar Sigusch y su colega Gunter Schmidt, con quien publicó sus investigaciones sobre la sexualidad infantil en los años 70, también argumentaron que exponer a los niños a la pornografía -una conocida táctica de grooming de pederastas- era completamente inofensivo.
Volkmar Sigusch y Gunter Schmidt argumentaron provocativamente que la representación del sexo, per se, no hace daño a la juventud o los niños, y que el tipo de pornografía en la que el sexo ‘se representa sin prejuicios como una actividad social llena de placer … es exactamente el tipo de pornografía que se podría compartir sin preocupaciones con los niños y adolescentes», escribió Herzog.
En 2010, Sigusch publicó «tesis de sexología acerca del debate sobre el abuso» en las que elogió el «paraíso de la infancia» y afirmó que «agregar tabúes al erotismo infantil crea lo que todos queremos prevenir: la violencia sexual».
«No hay nada malo con la pederastia en el sentido de la palabra, es decir, en cuanto a gustar, incluso amar, a la infancia», escribió Sigusch. «La sensualidad que se despliega espontáneamente entre una criatura y un adulto es algo maravilloso. Nada nos puede recordar más intensamente a los paraísos de la infancia. Nada es más puro e inofensivo que este erotismo del cuerpo y del corazón. El erotismo infantil no sólo está lleno de delicias, también es necesario».
2 respuestas
Muchas gracias, Nuria, por tu investigación recabando datos, informaciones… limpiando relatos aparentemente inofensivos… Había tenido alguna noticia del proyecto Kentler, pero me había parecido dudoso (cómo tal nivel de perversión y abuso organizado y consentido por representantes del pueblo???). Toda está información a las claras y conectada entre sí, me quita las dudas. Aún así, me sigue costando entenderlo; debo tener una cabeza pequeña para que me coja tanta atrocidad intencionada y consciente. Estoy convencida de que todo pederasta sabe que agrede y abusa.
Es una traducción, pero gracias igualmente. Entiendo lo que dices, este artículo sobre el Proyecto Kentler fue una de las traducciones que más me impactó, no consigo quitármelo de la cabeza, y saber que pasó tan solo hace unas décadas es muy difícil de digerir: https://salagre.com/el-oscuro-legado-de-la-liberacion-sexual-en-alemania/
Estoy contigo, los pederastas saben perfectamente lo que hacen.
Un saludo, Marta.