Un hombre ha muerto tras recibir una brutal paliza a manos de migrantes norteafricanos en una pequeña localidad española. Al parecer, el ataque fue una represalia de los migrantes contra David Lledó, de 39 años, por defender a una menor del acoso sexual al que la sometían.
Los hechos ocurrieron el 22 de junio en la pequeña localidad costera de Gata de Gorgos, en Alicante. La comunidad tiene una población de apenas 6.000 habitantes. Según los testigos, la agresión a Lledó se produjo de forma muy rápida y sin mediar discusión, sin que el hombre tuviera tiempo siquiera de intentar escapar o defenderse.
Los agentes de la Policía Local encontraron a la víctima «en parada cardiorrespiratoria con diversos traumatismos en tronco, cara y cuello». Según Levante, la primera en atender a la víctima fue la médica del pueblo, que vive en la misma calle donde se produjo la agresión.
Los equipos médicos de emergencia continuaron intentando reanimar a Lledó, pero no lo consiguieron.
Tras la agresión, la Guardia Civil detuvo a tres hombres de nacionalidad marroquí, de los que sólo uno ha ingresado en prisión. Otro está en libertad con medidas cautelares de retirada de pasaporte y comparecencia periódica ante el juzgado, y el tercero ha sido puesto en libertad sin medidas cautelares.
El hombre acusado de dar el golpe que asesinó a Lledó sólo ha sido identificado en los medios de comunicación como Mohamed, y se confirma que era conocido por la policía como un delincuente reincidente que ya había pasado varios meses en prisión en Cataluña.
Al parecer, Mohamed había protagonizado numerosos altercados por Alicante, y algunas víctimas se negaban a presentar denuncias por miedo a represalias. El hombre iba siempre acompañado de varios inmigrantes más, y el grupo consiguió sembrar un considerable malestar en el municipio al poco tiempo de su llegada.
Al parecer, incluso la comunidad islámica local estaba al tanto de la existencia de Mohamed y su banda magrebí, y había advertido a las autoridades de que «unas personas muy peligrosas habían entrado en el pueblo».
Hasta hace poco, los habitantes de la pequeña comunidad consideraban la zona tan segura que era poco habitual que los residentes cerraran con llave las puertas de sus casas. Todo eso cambió con la llegada de estos inmigrantes norteafricanos.
En el momento del ataque, los agresores okupaban un lujoso chalet de dos plantas con piscina en una urbanización cercana. Los hombres destrozaron el nuevo chalet, rompiendo ventanas y dejando basura por todas partes.
En declaraciones a los medios de comunicación españoles, un joven del pueblo dijo que el ataque era inevitable, y que todos en la comunidad habían previsto que algo así ocurriría.
«Lo peor de todo es que se veía venir desde hace semanas», dijo el vecino. «Tenían conductas agresivas, perseguían a niñas y había peleas todos los días».
El asesinato se ha relacionado con el acoso sexual de los inmigrantes a varias mujeres y niñas de la comunidad. Según la compañera de Lledó, éste había recriminado a Mohamed y a sus acompañantes el haber acosado e intimidado a una chica de 15 años. La intervención de Lledó había permitido a la joven escapar sana y salva.
Días después, Mohamed atacó a Lledó con un bate de béisbol cuando estaba de espaldas.
A pesar del horrendo crimen, la familia de Lledó ha emitido declaraciones desmarcándose completamente de cualquier sentimiento racista hacia los inmigrantes, e incluso condenó una concentración local en memoria de Lledó durante la cual algunos residentes criticaron el plan migratorio que había permitido a los marroquíes entrar en la comunidad.
El Ayuntamiento de Gata, liderado por Compromís, un partido que se identifica como izquierda ecologista, declaró tres días de luto oficial, en los que han sido suspendidos “todos los actos públicos y festivos convocados”, y se han cerrado las instalaciones deportivas y espacios municipales.
Artículo publicado en inglés en The Publica
4 respuestas
«The murder has been tied to the migrants sexually harassing several women and girls in the community. According to Lledó’s partner, he had attempted to confront Mohamed and his compatriots for cat calling and intimidating a 15-year-old girl. Lledó’s intervention had allowed the young girl to escape safely».
Fuente: una cuenta de Twitter propagandista de la unidad de España y más fronteras.
Si el asesino hubiera sido español la noticia no habría sido publicada en medios ingleses.
No hay ninguna niña de 15 años ni una banda. Tampoco tiene mucho que ver con la nacionalidad ni la religión.
¿Habéis leído «A sangre fría»? Lo han matado porque sí y han tenido suerte de que el plan de ir a por él cobardemente a pillarlo desprevenido les salió bien, porque habrían podido ser ellos quienes acabaran con los sesos en el asfalto de la calle. Y no se perdería nada ni nadie los lloraría, pero esa no es la cuestión.
El artículo lo escribí yo. Te aseguro que leí todo lo que encontré publicado y que escuché horas de entrevistas. De hecho, alguna me pareció sospechosa, intenté contrastar y pasé de publicarla porque no me sonó creíble. Jugosa, pero no creíble.
El que no creas que no tiene que ver con la nacionalidad o la religión no quiere decir que no tenga, de hecho, que ver con la cultura.
Muy triste, y estos delincuentes hacen un flaco favor a su comunidad. Es un tema espinoso, donde hay un falso buenismo y miedo a decir la verdad. El problema no es que vengan, que tienen todo el derecho a buscar una vida mejor, sino el que, si delinquen reiteradamente, no pase nada. Un delincuente, español o marciano, debería ser tratado como tal. He rebuscado mucho las palabras, no soy tan valiente como realmente debería ser.
Es de verdad un tema espinoso, y la gente no se atreve a hablar de él. Inmigración la hubo y la habrá siempre, el problema es qué clase de inmigración acogemos. Un delincuente es un delincuente, venga de Marruecos o de Suiza.
Lo que sí sé, es que hay ciertas culturas con propensión a cometer delitos contra las mujeres y la infancia, y si todas somos honestas con nosotras mismas, creo que la mayoría también lo sabemos.