Una mujer de 25 años fue asesinada en un desfile del Orgullo en Alemania la semana pasada. La mujer, que se identificaba como un hombre transgénero, fue atacada por intervenir en un ataque lesbófobo.
El 27 de agosto, la víctima, que ha sido identificada solo como «Malte C.» por la prensa alemana, fue testigo de cómo un hombre abusaba verbalmente de dos lesbianas y les lanzaba insultos lesbofóbos. Cuando Malte intervino para defender a las mujeres, el sospechoso la golpeó en la cara varias veces, haciéndola caer. Malte fue llevada de urgencia al hospital y puesta en coma inducido médicamente, pero desgraciadamente falleció el 2 de septiembre.
El sospechoso huyó, pero la prensa alemana publicó su descripción: «un hombre delgado, de entre 18 y 20 años, de 5.6 a 5.9 pies de altura (de 1.65 a 1.75 m). Llevaba pantalones vaqueros acampanados, una camiseta y un sombrero de pescador». El 3 de septiembre, un sospechoso fue arrestado en relación con el ataque.
El joven de 20 años fue identificado como Nuradi A., ciudadano ruso y ex campeón infantil de boxeo. A. estaba en Alemania solicitando asilo, pero la solicitud había sido denegada y ya no se le permitía la estancia en el país. Es de destacar que era bien sabido que A. era homosexual.
Miles de personas asistieron a una vigilia el día en que se anunció la muerte de Malte C. Se informa que 6.500 personas participaron en una manifestación denunciando la violencia hacia las personas queer en Münster frente al histórico Ayuntamiento. El alcalde de Münster, Markus Lewe (CDU) (Unión Cristiana Demócrata), anunció que izaría las banderas de los edificios urbanos a media asta y colgaría la bandera de luto en el ayuntamiento. Además, hay un libro de condolencias en el Bürgerhalle (ayuntamiento).
Pero el trágico asesinato se politizó rápidamente cuando los transactivistas corrieron a las redes sociales a culpar de la muerte de C., no al hombre que la mató, sino a la «transfobia» perpetuada por las feministas que afirman que las mujeres tienen derecho a espacios de un solo sexo.
Tras el anuncio de la muerte de C., Frank Laubenburg, director de la publicación LGBT Die Linke.queer (La Izquierda.queer), pareció culpar a cuatro mujeres por el asesinato: la bióloga Marie-Luise Vollbrecht, la feminista Alice Schwarzer y las políticas Alice Weidel y Sahra Wagenknecht.
Marie-Luise Volbrecht es una bióloga a la que le cancelaron su conferencia pública sobre la evolución del sexo binario en la Universidad Humboldt de Berlín debido a las protestas de activistas trans, y Alice Schwarzer es una feminista que ha recibido reacciones violentas de activistas trans por cuestionar las leyes de autoidentificación de género del país.
Alice Weidel es la líder de Alternativa para Alemania, un partido político de derechas. Aunque Weidel es lesbiana y está casada por lo civil, su partido se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo. Sahra Wagenknecht es una política de izquierdas que ha sido llamada «feminista radical trans excluyente» por cuestionar la aceptación de su partido de la política de identidad y el liberalismo en su libro Die Selbstgerechten.
Laubenburg no fue el único periodista en Twitter que culpó a las mujeres del ataque. Annika Brockschmidt también culpó a «periodistas y políticos» que han «vendido el pánico moral anti-trans», siguiendo con una afirmación sin fundamento de que las TERF alemanas estaban «celebrando» el asesinato del individuo transgénero. Brockschmidt acabó su hilo afirmando que la «transfobia» mató a Malte C., y sugiriendo que las TERF eran responsables.
Varios grupos de activistas queer también han aprovechado la oportunidad tras la muerte de Malte para hacer demandas políticas, como pedir mayores penas por los crímenes de odio contra la orientación sexual y la identidad de género.
La retórica antifeminista culminó en un gran cartel que se exhibió en el desfile del orgullo de Dresde el 3 de septiembre, que decía «Las TERFS me pueden chupar mi enorme polla trans».
Esto viene después de una reciente ola de aversión hacia las mujeres críticas de género, particularmente las lesbianas, durante las marchas y eventos del orgullo en Alemania.
En agosto de 2022, las lesbianas fueron recibidas con hostilidad que en una marcha Dyke en Hamburgo, y al menos una mujer fue agredida físicamente por transactivistas por decir que los hombres no pueden identificarse como lesbianas.
Lo mismo ocurrió en julio en un evento del orgullo en Colonia: un grupo de lesbianas compuesto por miembros de la alianza LGB y la rama alemana de Women’s Declaration International fueron atacadas por transactivistas por sostener pancartas con la definición de la palabra lesbiana en ellas.
Hablando con Reduxx, Rona Duwe comentó la politización de la muerte de Malte C. y cómo se culpa a las mujeres por el asesinato, y señaló que desde ese día se ha convertido en blanco de los transactivistas por su postura clara acerca de los derechos sexuales de las mujeres.
Duwe es una defensora alemana de los derechos de las mujeres y autora de Muttermut Mutterwut. Duwe ha ganado un premio por su trabajo en phoenix-frauen.de, que se centra en apoyar a las sobrevivientes de violencia doméstica y en hablar sobre la violencia contra las madres.
«Las feministas han sido consideradas responsables del acto de un hombre de una manera sin precedentes», dice Duwe sobre las secuelas del ataque del desfile del orgullo, «Nadie nombra el verdadero problema: la violencia masculina».
Duwe explica que los medios de comunicación alemanes han convertido a las feministas y las lesbianas en las instigadoras del crimen contra Malte C., y dice que está «muy preocupada de que esto exacerbe la hostilidad hacia las mujeres y las lesbianas» en Alemania.
«De toda la gente a la que pudieron culpar, escogieron a las mujeres, las feministas y las lesbianas, aquellas que luchan por la seguridad de las niñas y las mujeres contra la violencia masculina y arriesgan mucho por ello».
Duwe dice que desde la muerte de Malte C., el comisionado alemán para la aceptación de la diversidad sexual y de género, Sven Lehmann, ha pedido leyes más agresivas para penalizar la hostilidad contra las personas «queer», algo que Duwe dice que inevitablemente resultará en la criminalización de las feministas en Alemania.
«Están sembrando indignación contra las feministas que hablan sobre las leyes de autoidentificación», dice Duwe, «La trágica muerte de Malte fue utilizada como arma de una manera aterradora por los medios de comunicación y los políticos para promover propuestas legislativas que han sido ya criticadas por las feministas».
Como ejemplo de lo que espera, Duwe señala el caso de Christina Ellingsen, una mujer noruega actualmente bajo investigación criminal por decir que los hombres no pueden ser lesbianas. Ellingsen se enfrenta a hasta 3 años de prisión si es declarada culpable.
«Cuando mujeres como Christina Ellingsen se convierten en criminales por nombrar la realidad material y exigir protecciones específicas por sexo para las mujeres, se puede ver que las leyes para criminalizar la ‘hostilidad queer’ tratan únicamente de proteger a los hombres».