
Las «respuestas malintencionadas» a la encuesta incluían identificarse como «analfabeto» y como «helicóptero de ataque».
Investigadores académicos condenaron las respuestas irreverentes y ofensivas de los estudiantes a una encuesta LGBTQ, afirmando que el rechazo indica que hay «ideólogos fascistas» «viviendo ‘dentro de la casa’ de la ingeniería y la informática».
En un artículo publicado en el Bulletin of Applied Transgender Studies (Boletín de Estudios Transgénero Aplicados), los académicos de la Universidad Estatal de Oregón contaron el estupor que sintieron por el sarcasmo y las burlas que recibieron como respuesta a su investigación sobre los estudiantes LGBTQ que cursan estudios universitarios en campos STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en sus siglas en inglés).
El equipo afirmó que 50 de las 349 respuestas a su cuestionario sobre el tema contenían «insultos, incitación al odio o ataques directos al equipo de investigación». Calificándolas de «encuestados malintencionados», adaptaron su proyecto para examinar cómo las respuestas de broma «se relacionan con la cultura de la ingeniería enmarcándolas en contextos sociales más amplios, a saber, el auge del fascismo en línea».
El resultado fue el artículo titulado «Attack Helicopters and White Supremacy: Interpreting Malicious Responses to an Online Questionnaire about Transgénero Undergraduate Engineering and Computer Science Student Experiences» (Helicópteros de Ataque y Supremacía Blanca: Interpretación de las Respuestas Malintencionadas a un Cuestionario en Línea sobre las Experiencias de Estudiantes Transgénero de Ingeniería e Informática).
El documento desglosaba las respuestas en temas como demografía, diversidad, equidad e inclusión (DEI), género, «anti-trans, anti-queer», racismo, antisemitismo y «referencias a subculturas de odio online». Varias respuestas contenían blasfemias y otro lenguaje ofensivo y obsceno, y muchas hacían referencia a memes.
Según el artículo, cuando se pidió a los sujetos «malintencionados» que rellenaran los datos demográficos, «12 encuestados (24%) indicaron que su género estaba relacionado con un helicóptero o aeronave», desde un «helicóptero de ataque Apache» a un «V22 osprey» (una aeronave de rotores basculantes). En la sección en la que se declaran las propias discapacidades, las respuestas iban desde afirmar ser «analfabeto» a lamentarse de que «mi país está gobernado por comunistas», o incluso declarar que identificarse como transgénero es una discapacidad en sí misma debido a «la incapacidad de aceptar la realidad biológica».
Uno de los encuestados afirmó identificarse con el género de una tarjeta regalo. En la casilla de identidades raciales y étnicas, dijeron: «Soy una tarjeta regalo étnica», y en cuanto a la discapacidad, la respuesta fue: «No tengo suficientes tarjetas regalo».
Otras respuestas a las preguntas sobre la identidad rechazaron por completo el proyecto de los investigadores, con respuestas como «El color de mi piel no es importante», «Venga, tío, estas preguntas son estúpidas. Todos somos una mezcolanza de genes de todo el mundo» y «¿Qué más quieres saber? Qué he desayunado. Esta pregunta es innecesaria».
Los memes en línea asociados con movimientos nacionalistas blancos y fascistas estaban presentes en todos los datos, junto con memes y contenidos que hacían referencia al gaming y a la cultura «nerd»», afirmaron los investigadores.
El equipo de investigación declaró que las burlas que recibieron «tuvieron un profundo impacto en la moral y en la salud mental», en particular para un investigador transgénero que «ya estaba en terapia por ansiedad y depresión relacionados con la retórica anti-trans en línea». El documento afirmaba que «la gestión de la recogida de datos del estudio causó una angustia personal significativa, y tuvo que tomarse tiempo fuera del proyecto para curarse del daño traumático» de tener que leer las respuestas de los estudiantes en la encuesta.

Los académicos concluyeron que las «respuestas malintencionadas» indican que el fascismo se ha convertido en una ideología común en el mundo académico de la ingeniería y la informática. Sugirieron que la contra-respuesta debería ser una «educación STEM de justicia social» que incluya «perspectivas sobre la radicalización del odio en línea y que centre la organización solidaria anticolonial e interseccional como su contraposición».
Los investigadores parecían sorprendidos de que sus propias conclusiones hubieran sido «finalmente rechazadas» por muchas revistas académicas, dejándoles con la impresión de que su investigación denunciando el llamado fascismo en el mundo académico es vista por algunos como «irrelevante para la enseñanza de la ingeniería, si no alarmista».
Afirmaron que sus métodos de investigación utilizaban «metodologías antifascistas y trans/queer para transformar los datos en bruto» y «realizar intervenciones y transformaciones efectivas en nuestros programas e instituciones». Describieron el «antifascismo» en particular como un marco que conecta «los movimientos fascistas contemporáneos con la fundación de Estados Unidos como proyecto racial», señalando en otro lugar que la «supremacía blanca» sigue siendo omnipresente en Estados Unidos.
Afirmando que la solución para el auge del fascismo es cambiar la propia educación, el equipo escribió: «La universidad en su forma más ideal puede ser concebida como ‘un lugar central para la lucha revolucionaria, un lugar donde podemos trabajar para educar para la conciencia crítica’ utilizando ‘una pedagogía de la liberación'».
Se sugirió que la difícil situación de los ciudadanos transgénero se utilizara como ejemplo didáctico de «experiencias con el poder y la opresión, y que categorías como raza, género y sexualidad tienen raíces en razonamientos coloniales europeos compartidos por los movimientos fascistas».
La ingeniería en particular, argumentaron, es un campo crucial para enseñar su ideología de extrema izquierda porque estos universitarios «con frecuencia trabajan en campos como los combustibles fósiles, la defensa, la construcción y la tecnología después de graduarse, y se les podría enseñar acerca de las relaciones de estos campos con el capitalismo racial nacional y mundial y el apartheid en curso en Palestina, como un ejemplo».
10 respuestas
Me congratula que sus conclusiones hayan sido rechazadas por numerosas revistas académicas. ¡Queda esperanza!
El problema es que la presión que ejercen con semejantes encuestas y adoctrinamientos en los institutos sí está generando rechazo en el alumnado y, como se han cargado todo lo relacionado con coeducación e igualdad, los más jóvenes están identificando esto con feminismo (no en vano así se autodenominan los activistas transgeneristas que han copado las aulas).
Este desprestigio del feminismo es el que está empujando a la juventud al negacionismo y a acercarse a posturas ultraderechistas.
Lo que dices me hizo pensar en esto que vi por la mañana: un señor con pronombres escribió un ensayo académico sobre duchas anales y cómo lavar las heces antes del sexo queer. No es broma. Nos vamos a la mierda, casualmente.
https://twitter.com/AlessandraAster/status/1682634237164367872
Todo es fascismo, sus conclusiones siempre son las mismas. En España tambien se están boicoteando algunas encuestas de este tipo y no es ese el motivo.
Para la izqueerda woke, todo es fascismo o transfobia.
… declarar que identificarse como transgénero es una discapacidad en sí misma debido a «la incapacidad de aceptar la realidad biológica».
¡Pues descaminados no andan!
Fue lo que yo pensé también. Andan cerquita, cerquita, un día se les iluminará la bombilla…
¿He entendido mal? ¿En la STEM, les acusan a la vez del auge del fascismo y de la extrema izquierda? ¡Ups!
En manos de esa gente estamos. Tengo que admitir que me rei mucho por dentro con este artículo, así de tránsfoba soy.
Me ha hecho reír tela, genial lo de la tarjeta regalo!! 🔝
A mí me daría vergüenza dar a conocer esos datos, es que tienen que se el hazmerreir del mundo académico ahora mismo, por favorrrr