Los gestores de izquierdas de un teatro de París ocupado por cientos de inmigrantes africanos sin hogar van a abandonar el edificio debido a la violencia sexual.
Dicen que la crisis en la Gaîté Lyrique, uno de los teatros más históricos de la capital francesa, es ahora «tan explosiva» que su única opción es retirarse antes de este viernes.
Unos 200 hombres, en su mayoría jóvenes, se instalaron allí el pasado diciembre (artículo en español) cuando la dirección les dio entradas gratuitas para una conferencia titulada «Los Refugiados son Bienvenidos en Francia».
Pero cuando terminó la conferencia, los inmigrantes, procedentes en su mayoría de las antiguas colonias francesas de África Occidental, se negaron a abandonar el recinto.
Se tuvieron que cancelar las representaciones, lo que supuso una pérdida de miles de euros para el teatro, y se pusieron camas improvisadas por el escenario y el auditorio.
En la actualidad, 446 personas viven ilegalmente en el interior, la mayoría de ellas alegan ser menores de 18 años y merecer un alojamiento permanente.
Pero los funcionarios locales han insistido en que son adultos y que la mayoría son conocidos de las autoridades y habían estado durmiendo en la calle antes de entrar en el teatro.
El Collectif des Jeunes du Parc de Belleville, grupo que organizó la okupación, tachó la prueba de edad de «racista y expeditiva».
Esto ha llevado a una «promiscuidad insostenible» que ha provocado un aumento de la violencia, según la dirección, que se enfrenta a la quiebra.
En un comunicado publicado el jueves se lee: «Si las autoridades no intervienen antes del viernes, la sociedad Gaîté Lyrique y sus equipos se verán obligados a abandonar el edificio».
Además, «suspenderán los contratos de los proveedores de servicios encargados de la protección contra incendios, la seguridad, la higiene y la limpieza, el mantenimiento y la recogida de residuos».
La dirección advierte de una ‘situación explosiva e indigna’ que está ‘aumentando en gravedad’.
Además de peleas por tensiones sexuales, se ha visto a inmigrantes traficando y consumiendo drogas.
El personal ha estado actuando como «guardias de seguridad in situ, a pesar de que no es ni su especialidad ni su trabajo», dice el comunicado.
A pesar de ello, según el comunicado, el personal también ha «acogido y dado refugio a los okupantes».
En diciembre, el ayuntamiento socialista de París, propietario del edificio, afirmó que había buscado alojamiento para los inmigrantes, pero que no había ninguno disponible.
Pidió al gobierno que se ocupara del problema, pero parece que el gabinete centrista del presidente Emmanuel Macron ha ignorado la petición y es reacio a involucrarse en la debacle.
El teatro es propiedad del Ayuntamiento de París, dominado por socialistas y verdes.
Un juez del Tribunal Administrativo de París ordenó la evacuación del edificio el 13 de febrero, pero el ayuntamiento se ha negado a implicar a la policía.
Los inmigrantes cuentan con el apoyo de activistas políticos aún más de izquierdas que la dirección del teatro.
Se autodenominan «Colectivo de Jóvenes del Parque de Belleville» y consideran que la ocupación forma parte de la «lucha antirracista y anticolonial».
Los comercios locales se han quejado de las pérdidas ocasionadas por la okupación.
El bistró situado junto al teatro del siglo XIX, un lugar popular entre los espectadores para comer y beber antes y después de las representaciones, ha informado de que hasta ahora ha perdido 30.000 euros en ingresos.
«Están arruinando mi negocio», declaró a The Times en diciembre Elia, hija de inmigrantes argelinos.
«Se pasan el tiempo enfrente de mi terraza, fumando porros y peleándose entre ellos. No sólo ya no tenemos espectadores porque el teatro está cerrado, sino que tampoco tenemos transeúntes. Todos estos hombres jóvenes los espantan».
El edificio que alberga la actual Gaîté Lyrique, con capacidad para 1.800 espectadores, se construyó en 1862 y se hizo famoso por representar operetas de Jacques Offenbach, compositor francés de origen alemán, en el siglo XIX.
El 1 de noviembre, Francia reforzó sus fronteras con seis de sus vecinos miembros de Schengen -Bélgica, Alemania, Italia, Luxemburgo, España y Suiza- con mayores controles.
Los controles se aplicaron a los viajeros que entraban en Francia por tierra, mar y aire desde las seis naciones y durarán hasta el 1 de abril de 2025, pero las autoridades han dicho que podrían prolongarse más.
En un comunicado, el gobierno francés declaró que los controles se habían introducido debido a «las graves amenazas para el orden público y la seguridad interior que suponen las actividades terroristas de alto nivel, las redes delictivas que facilitan la inmigración irregular y el contrabando, y los flujos migratorios que corren el riesgo de ser infiltrados por personas radicalizadas».
4 respuestas
No se podía saber ( ironía).
La que te cayó en Twitter y a otras feministas por traducir la noticia de diciembre…
Que lamentable la actitud del ayuntamiento, que ni con orden judicial desaloja el local y prohíbe a la policía actuar.
Esta deriva buenista sin ningún control, haciéndose pasar por antiracismo, no hace más que polarizar a la población y crear rechazo.
Gracias Nuria por el seguimiento.
Gracias, Mónica. Quiero pensar que la que se montó en Twitter ayudó al #peakbuenismo de algunas, aunque fue todo bastante desagradable. Todavía estamos muy lejos de poder hablar del tema sin miedo, pero llegaremos, como llegamos a gritar sin complejos que no queremos hombres en nuestros espacios, ¿recuerdas lo difícil que era hace unos años? Un saludo.
Vaya que si lo recuerdo!
Muchas lo gritamos anónimamente en redes sociales porque si nos identifican en nuestro día a día, nos señalan y rechazan.
Son incursiones de la misoginia, intentan someternos de formas diferentes. No podemos bajar la guardia ni un momento, nuestros derechos son el botín de la guerra que libramos todos los días. Es agotador, verdad? Estar siempre alerta, con miedo a ser reconocidas.