A una reclusa se le revocó la libertad condicional tras criticar una ley que permite alojar a delincuentes varones en cárceles de mujeres, lo que la deja entre rejas otros cinco años.
En 2022, Cathleen Quinn, reclusa del Centro Penitenciario para Mujeres de California Central (CCWF), veía por fin la luz al final del túnel. Encarcelada durante casi 20 años con una condena de 15 años a cadena perpetua por asesinato en segundo grado, Quinn había sido considerada apta para la libertad condicional. Pero a tres semanas de la libertad, el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR) revocó su libertad condicional, dejándola entre rejas otros cinco años.
Su transgresión, según Quinn, fue atreverse a hablar en contra de la SB 132, una ley de California que permite a delincuentes varones «autoidentificarse» como mujeres para poder ser alojados en cárceles femeninas. Y es que en febrero de 2022, tras denunciar a un varón que fue internado en su centro -y que supuestamente la espió dos veces en el baño de mujeres-, Quinn fue condenada por «mala conducta institucional» y perdió su oportunidad de salir.
LA OFENSA
El primer recluso identificado como trans con el que Quinn entró en contacto fue Eva Reeves, un recluso varón antes conocido como Michael «Oso» Contreras, quien, como IW Features ha informado anteriormente, se cree que es responsable de al menos 13 asesinatos.
En enero de 2022, Quinn dijo que estaba usando el baño cuando se dio cuenta de que una persona se acercaba al cristal esmerilado de la puerta y se quedaba allí de pie. Sentada en el retrete, Quinn gritó para decirle a la persona que reconoció como Reeves que se largara. Él se quedó al otro lado de la puerta.
Quinn dijo que le había dicho a su amiga que la situación le parecía «realmente inquietante», pero al final decidió no darle importancia, con la esperanza de que se tratara de un accidente aislado. Pero no lo fue.
Tras un par de semanas de «una tensión muy incómoda» entre ella y Reeves, éste volvió a hacerlo, esta vez durante más tiempo.
Preocupada por su intimidad y su seguridad, Quinn le dijo a Reeves que parara. Sin embargo, siguió molesta por la situación. En primer lugar, ¿por qué se había permitido a un preso varón entrar al centro de mujeres?
Así que Quinn presentó una queja ante el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California contra la SB 132, la política que abrió la puerta a que hombres como Reeves fueran trasladados a la cárcel de mujeres.
En su queja, Quinn acusaba a Reeves de espiarla intencionadamente en dos ocasiones para que los funcionarios de prisiones pudieran documentar los incidentes en sus libros de registro y tener constancia en caso de que ocurriera algo más. Quinn decidió intencionadamente no presentar una denuncia conforme a la Ley de Eliminación de Violaciones en Prisión (PREA), ya que no alegaba agresión sexual. Si lo hubiera hecho, Quinn podría haber estado expuesta a segregación administrativa y a largas investigaciones, lo que también podría haber afectado a su capacidad para optar a la libertad condicional.
Tras documentar los incidentes, la capitana del patio vino y entrevistó a Quinn, preguntándole si temía por su seguridad.
Según Quinn, ella expresó lo siguiente: «No. La única razón por la que presenté esta queja fue porque creo que la SB 132 es una mala política. Creo que los hombres no operados, que aún tienen sus genitales, no deberían ser alojados aquí con mujeres. No estoy de acuerdo. Y sólo quiero que conste que, debido a la situación que me ha ocurrido dos veces, me siento muy incómoda y creo que esta política es mala».
Un par de días después, Quinn dijo que la capitana le comunicó que el caso estaba cerrado. Pero el 30 de marzo, la junta de libertad condicional consideró a Cathleen apta para la libertad condicional, tras un periodo de revisión de 150 días en el que debía permanecer libre de expedientes disciplinarios.
Pero sólo unos meses después, en junio, la prisión emitió un informe contra Cathleen, afirmando que sus quejas en relación con los incidentes del mirón ocurridos a principios de año eran «denuncias falsas de conducta delictiva» y acoso al agresor por su «condición de transgénero».
Aunque el informe aún no se había resuelto, el estado anuló la concesión de la libertad condicional a Cathleen. A pesar de ser declarada posteriormente «no culpable» de las acusaciones detalladas en el informe, Cathleen perdió la oportunidad de obtener la libertad condicional.
LAS CONSECUENCIAS
Quinn dijo que fue a hablar con el director de cumplimiento PREA de CCWF, el capitán Alonzo Padilla, para averiguar lo que estaba pasando, y él supuestamente le dijo: «La conclusión es que vosotras [las reclusas] siempre vais a perder porque sus abogados [los reclusos que se identifican como transgénero] son mejores que los vuestros».
Es más, Quinn alegó que el comisario de la junta de libertad condicional fue «terriblemente maleducado» en sus procedimientos con ella. Según una transcripción de la vista revisada por IW Features, en un momento dado, el comisario le dijo a Quinn que estaba «decepcionado con ella» porque «ya es bastante difícil conseguir que te declaren apta [para la libertad condicional]» y que «una vez que te declaran apta, tía, más te vale ser perfecta».
Y añadió: «Yo no iba a estar ahí, ya sabes, intentando cambiar la ley».
En opinión de Quinn, lo que quería decir era muy claro: si se hubiera callado que había un varón alojado en su centro, lo más probable es que hubiera salido.
IW Features se puso en contacto con CCWF y con el comisario de la Junta de Libertad Condicional del CDCR que aparece en la transcripción. Ni él ni CCWF respondieron a nuestra solicitud de comentarios.
Fue un golpe devastador para Quinn. «Me acababan de decir que podía volver a casa después de 17 o 18 años. Me quedé destrozada», dijo Quinn. «Estaba a tres semanas de salir en libertad condicional cuando me quitaron la fecha. Es decir, mi familia ya había hecho los preparativos para que viniera. La gente me estaba esperando».
Quinn se sintió castigada por pedir ayuda y por defenderse.
Por ejemplo, cuando le levantaron el acta, Quinn dijo que le preguntó al director qué había hecho para que mereciera un acta, cuando lo único que había hecho era expresar su opinión sobre la SB 132 y documentar un incidente incómodo con un recluso.
Parafraseando, dijo: «Sus palabras fueron las siguientes: “Si no has hecho nada malo, agacha la cabeza, estate callada y deja que se desarrolle el proceso”», dijo Quinn.
A pesar de su retraso en la libertad condicional, Quinn intenta mantener una actitud positiva y una mentalidad productiva. Dice que otras mujeres del centro, incluido el personal, le han preguntado cómo puede seguir caminando con una sonrisa en la cara después de todo lo ocurrido.
«Incluso el personal me ha dicho: ‘Cath, te han jodido. Lo sabes, ¿verdad?».
Pero Quinn también cree que algo bueno saldrá de sus dificultades.
EL REGRESO
En 2021, el Frente de Liberación de la Mujer (WoLF) demandó al estado de California, con el objetivo de anular la ley SB 132. En su demanda, WoLF argumentaba que alojar a mujeres encarceladas con delincuentes varones infringe sus derechos constitucionales, citando la Primera, Octava y Decimocuarta Enmienda.
En mayo de 2022, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) y otras organizaciones de defensa solicitaron unirse al caso, buscando representar a reclusos varones que deseaban ser alojados en prisiones de mujeres. California y la ACLU colaboraron para que se desestimara el caso.
En mayo de 2024, el Tribunal del Distrito Este de California concedió la desestimación por motivos de procedimiento.
Sin inmutarse, WoLF presentó una demanda enmendada el 19 de julio de 2024, que se encuentra actualmente ante el tribunal, a la espera de una respuesta del estado y de la ACLU. Esta demanda modificada añadió dos nuevos demandantes, una de las cuales es Quinn.
«El coraje es contagioso», dijo Quinn sobre su decisión de presentar la querella original contra la SB 132 y de participar ahora en la demanda de WoLF. «Si una persona puede dar un paso adelante y ven que esa persona puede, entonces otras podrían sentir el valor de hacerlo también».
Producido por: Kelsey Bolar y Andrea Mew
Escrito por: Andrea Mew
2 respuestas
Realmente devastador el poder de esta gentuza para destrozar la vida de cualquiera que se ponga a sus delirios
Esa mujer está viviendo una de mis peores pesadillas.