
Cómo hemos llegado al transgenerismo en Estados Unidos. Un hilo:
Todos los días, en mi trabajo, hablamos de cómo necesitamos más opciones a largo plazo para los centros psiquiátricos.
John F. Kennedy inició el giro hacia la atención basada en la comunidad y Ronald Reagan lo terminó, así que hay mucha culpa que repartir.
Si alguna vez has estado en Traverse City, Michigan, échale un vistazo a los Grand Traverse Pavilions. Fueron un proyecto conjunto estatal y privado, financiado en parte por Kellogg y Post Cereals, en una zona muy hermosa del estado, justo a la orilla de la playa del lago Michigan.
Estos grandes edificios de piedra arenisca amarilla fueron antes el hospital psiquiátrico del estado. Las personas que fundaron, promovieron y construyeron este centro creían en los poderes curativos de la naturaleza, así como en el hecho de que la belleza hace que merezca la pena vivir y la arquitectura es importante.
Esta filosofía se refleja en la ubicación, la construcción y el diseño de estos edificios. El personal médico y de enfermería que trabajaba allí estaba bien pagado, y a menudo vivía in situ en habitaciones muy confortables y privadas, con acceso a los servicios cercanos de la ciudad, a los bosques y al agua.
Todos los días, en mi trabajo, mis colegas y yo hablábamos de la necesidad de más opciones psiquiátricas a largo plazo. Ahora estoy en Wisconsin y, aparte de los hogares grupales, sólo conozco dos centros psiquiátricos de larga estancia en el estado. No creo que exista ninguno en Michigan en 2024.
La mayor parte de mi trabajo consiste en mantener a salvo a la gente. Las personas que son un peligro para sí mismas o para los demás vienen y se quedan con nosotros, pero somos un centro de cuidados intensivos y la estancia media es de 4 días. La lógica detrás de los cuidados intensivos es que sólo estamos ahí para las crisis inmediatas.
El problema obvio de esta hipótesis subyacente es que las urgencias prolongadas existen. Hay muchas personas que simplemente no pueden valerse por sí mismas, así como personas que no pueden valerse por sí mismas y además son un perjuicio para la sociedad. No podemos resolver esto en 4 días.
Hemos visto cómo la falta de vivienda se convertía en un problema crónico aparentemente irresoluble desde que se cerraron los centros psiquiátricos de larga estancia. Absolutamente nadie que haya trabajado en una unidad psiquiátrica cerrada cree que estos dos fenómenos no estén relacionados.
El sinhogarismo no es ni mucho menos sólo un problema de finanzas, es también un problema de relaciones y comportamiento. La mayoría de la gente puede encontrar un sofá donde dormir mientras rehace su vida. Si has quemado todos tus puentes, es indicativo de que tu comportamiento es un problema.
Está claro que hay excepciones, pero estas personas no suelen ser indigentes extremos.
Los enfermos mentales, por razones que no comprendemos del todo, son extremadamente susceptibles a la adicción.
Las personas con trastornos de personalidad también lo son, por razones que se comprenden algo mejor.
El sintecho adicto, loco y criminal es un estereotipo por una buena razón.
La idea de que debemos endilgar esta gente a las fuerzas del orden es injusta para las fuerzas del orden, los servicios de urgencias, las personas sin hogar y, lo que es más importante, para la sociedad en general. Todos sufrimos por esto.
No creo que los contribuyentes ahorren dinero con el complejo industrial de los sin techo. Soy de la opinión de que, al igual que todos sufrimos esta falta de sistema, también todos pagamos por ello.
¿Qué tiene que ver esto con el transgenerismo?
Para conseguir ayuda en salud mental, debido a que no tenemos opciones a largo plazo y a que estamos desbordados de pacientes sin hogar, muchas personas que necesitan ayuda tienen que esperar hasta el punto de tener que tener tendencias suicidas para conseguirla.
Este incentivo perverso es evidente e incluso las y los menores se dan cuenta de ello muy rápidamente.
«¡Para conseguir lo que quiero, tengo que amenazar con suicidarme!».
Se trata de un rasgo de personalidad del grupo B mediado y transmitido socialmente, es una inadaptación y una disfunción y está en todas partes.
Cuando teníamos una ética médica más razonable en este país, los médicos no cortaban tejidos sanos. Los médicos sólo prescribían medicamentos que tenían consecuencias a largo plazo a menores en situaciones como un diagnóstico de cáncer pediátrico.
Siempre hemos tenido adolescentes infelices. Es una parte desafortunada pero normal de la experiencia humana. Los Estados solían tener centros para adolescentes con problemas. Con frecuencia, las criaturas procedentes de hogares abusivos terminaban allí, y eran sometidas a más abusos en esas instituciones.
Tenemos un patrón en el sistema médico de este país en el que sustituimos un problema por nada en absoluto. Cuando se retiraron del mercado los inhibidores de la COX 2, se sustituyeron por opiáceos, lo que condujo a la epidemia de opiáceos y a sus daños subsiguientes.
Además de que el resultado final de esto es el empoderamiento de los cárteles, ahora tenemos una situación en la que el dolor se está tratando con nada en absoluto.
Hicimos algo malo, así que ahora no hacemos nada para cambiarlo, pero el problema persiste.
Ahora tenemos adolescentes y adultos infelices, a menudo con trastornos de personalidad, que se aprovechan de los aspectos médicos y psiquiátricos de la asistencia sanitaria para conseguir lo que creen que quieren en el momento. Se trata de comportamientos inadaptados que lleva tiempo corregir.
El cambio de comportamiento es posible, pero es una propuesta a largo plazo, no aguda.
Llamamos a los manicomios por una razón.
La gente necesita un lugar seguro donde replantearse y reajustarse.
Para ello, necesitan más de 4 días.
La gente con tendencias suicidas necesita un entorno similar a una institución que la mantenga a salvo. A menudo en el trabajo, los pacientes ven esto como una crueldad, pero es simplemente la realidad de tratar con comportamientos suicidas. En medicina, la comodidad siempre debe ir por detrás de la seguridad.
Los pacientes nos han llamado abusivos por no permitirles tener su vaporizador, por no dejarles que cierren las puertas, por exigir que haya dos miembros del personal en todo momento durante las interacciones con los pacientes, pero se trata de personas que, por definición, no están en sus cabales.
No quiero decir que todas las denuncias de malos tratos sean infundadas: yo misma he denunciado a miembros del personal que se comportaba de forma abusiva. Lo que digo es que nadie quiere sentirse incómodo durante mucho tiempo, especialmente cuando no se siente feliz.
Por desgracia, la incomodidad es clave para crecer. Es clave para lograr un objetivo o establecer nuevos hábitos. Es clave para el cambio de comportamiento.
Siempre habrá personas que se sientan incómodas viviendo dentro.
Siempre habrá adolescentes que se enfaden cuando se les digan lo que tienen que hacer.
Lo que estamos haciendo al priorizar su comodidad y sus deseos inmediatos sobre su beneficio a largo plazo es destruirlos.
Si afirmas que te vas a suicidar si no consigues lo que quieres, la respuesta es internarte en un centro seguro hasta que estés mejor.
Esto suele llevar más de 4 días.
Nadie quiere admitir que hay que recuperar los manicomios.
La alternativa es dar autoridad y poder a los adictos que amenazan con suicidarse, y ver cómo queman la civilización hasta los cimientos.
2 respuestas
Muchísimas gracias por traer este tema a tu blog. Cuando leí la novela «Alguien voló sobre el nido del cuco» me quedé con la sensación de que algo me chirriaba. Y ahora ya, años más tarde, viendo la promoción “fashion” que se hace desde la política “progre” y la academia del “orgullo loco”, como otra forma de “disidencia”, de “diversidad”, mezclándolo todo con las “teorías queer y crip”, pues ya me cuadra.
Descubrí que esa obra, intencionado o no, formaba parte de otra corriente ideológica, disfrazada una vez más de derechos humanos y comenzada esta vez, en los países nórdicos. Que la comprara rápidamente USA y propagara a todo el planeta, da pistas de que formaría parte de la misma agenda neoliberal.
Consecuencias de cerrar “sanatorios mentales” (psiquiátricos) son que se eliminaron tanto los centros con “tratamientos y experimentos”, denunciables por ser torturas, como aquellos que protegían a personas muy vulnerables (o incluso peligrosas para sí y otros), que se vieron empujadas a sobrevivir en la calle o a volver con sus familias, es decir, a entornos sin recursos para atenderlos, contenerlos o ayudarlos. En el caso de USA la desaparición de estos sanatorios y la población que albergaba parece estar relacionada con el importante incremento de población carcelaria y con la alta mortalidad por sobredosis que tienen, especialmente en hombres.
La realidad es que en España también los cuidados de personas enfermas mentales graves, con grandes discapacidades, recaen en las familias, más en concreto en las madres o hermanas (desamparadas, no hay más que leer las noticias) o bien, malviven en la calle. Hay falta de recursos especializados y de larga duración. Con el añadido de que ampliar y promocionar, como se está haciendo, el marco de salud mental a todo tipo malestares o “gestiones emocionales” (el manual DMS cada vez es más amplio) hará que falten aún más y que solo se den a personas enfermas graves y sus familias, «soluciones» tarde, mal y de forma puntual.
Muchísimas gracias a ti por tu interesante y muy certero comentario.
Añade a todo lo que dijiste el impulso que se le está dando en los países que mencionas a la «muerte asistida».
Estamos viviendo en un infierno neoliberal, María. Es espeluznante.