La ropa nunca es «sólo ropa».

«No soy más que un tío hetero y felizmente casado al que le encanta ponerse zapatos de tacón».

Cada cierto tiempo veo un tuit de alguna mujer que se dice crítica de género elogiando a un hombre vestido con ropa estereotípicamente femenina con frases como «ohhh, eso está genial, es llevar la inconformidad de género a otro nivel (babeo, babeo)», o «¡¡¡así sí!!! Un hombre que sabe que es un hombre y que se viste cómo quiere (ojos en blanco, desmayo inminente) o incluso la típica «¡¡¡tiene mejores piernas que yo!!! (mírame a mí, escógeme a mí, necesito aprobación masculina YA).

Luego están aquellas que usan el manido truco de la falsa equivalencia: si nosotras nos ponemos pantalones, ¿por qué ellos no se pueden poner falda? Pues porque no es lo mismo, porque las intenciones no son las mismas y porque no partimos de la misma base.

La ropa estereotípicamente femenina nos sexualiza y nos oprime. Pensad en la movilidad restringida, pensad en la cantidad de tiempo que perdemos cada día en acicalarnos. Cuando las mujeres empezamos a usar ropa «masculina», lo hicimos por comodidad y por rebeldía.

Cuando los hombres usan ropa «femenina», lo hacen  para masturbarse.

A estas alturas del terferío, me imagino que todas sabemos ya qué es la autoginefilia, «la tendencia parafílica de un hombre que se excita sexualmente con la idea o imagen de sí mismo como mujer». Uno de sus máximos exponentes es David Hayton («Debbie», para algunas), profesor inglés que pasea su fetiche por las escuelas del Reino Unido y que cuenta con muchas fans en nuestro país porque «sabe que es un hombre». Está casado y tiene 3 hijos.

El señor de la foto del principio es un ingeniero de robótica, casado y padre de familia que vive en Alemania, y que se hizo famoso por empezar hace unos años a llevar al trabajo minifaldas y tacones de aguja combinados con camisa y corbata. O, dicho de otra forma, por sacar su parafilia a la luz y obligar al resto del mundo a formar parte de ella.

Hablando de hombres casados (con mujeres) y que frecuentemente tienen hijos, cómo olvidarnos de Bruce Jenner («Caitlyn»), que reconoció haber robado las bragas de su hija de 10 años. La niña pensaba que era su hermana la que le andaba en los cajones e instaló una cámara oculta para pillarla in fraganti. Imaginaos su sorpresa cuando…

Y cómo no mencionar a Eddie Izzard, el de la famosa frase «no es ropa de mujer, es mía» que soltaba cuando hacía comedia en drag. Eddie, al que sólo se le han conocido novias, hoy dice ser mujer (o no, depende del día, a veces está en «modo chica» y a veces en «modo chico», según se levante o se le levante) y se acaba de cambiar el nombre a Suzy. Quiero aquí añadir el interesante detalle de que tuvo una novia que se llamaba Susie que murió en 2016… Esto me recuerda a esos hombres que se autodeclaran mujeres tan pronto como se les muere la señora y corren a usar su ropa. Pero esa es otra (asquerosa) historia.

Tenemos varios ejemplos patrios, Edu Ruiz entre ellos, un hombre que se identificaba como «cómico» sin mucho éxito y que decidió empezar a contar sus chistes misóginos en womanface, para admiración del progrerío nacional.

Debido al tiempo que paso (¿pierdo?) en internet, tengo la desgracia de estar mínimamente al corriente de lo que es el porno sissy. «La «sissificación» (sissy quiere decir nenaza, mariquita) es una práctica de las subculturas de dominación y sumisión o kink, que consiste en invertir los roles de género y hacer que un hombre sumiso adopte un papel femenino, lo que incluye el travestismo. Los sumisos que la practican suelen ser hombres heterosexuales. Ahora volved atrás y decidme a quién creéis que se le puede aplicar.

Si veis a un hombre vestido con los instrumentos de nuestra opresión y todavía pensáis que no tiene nada que ver con sus fetiches sexuales, yo ya no sé qué decir.

Os dejo con el «archivo pajero«, que consiste en el material, las imágenes, los recuerdos, que los hombres se guardan en la memoria para utilizarlos luego como ayuda para masturbarse.

 

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12 respuestas

  1. Pues yo no pensé en ningún momento que fuese una traducción. Escribes muy bien, por favor, no hagas solo traducciones, me encantan tus escritos originales.

    1. Ay, te lo agradezco un montón, pero no es lo mío. A veces necesito contar algo, o me enfado, y entonces sale como sale, pero soy incapaz de planear ponerme a escribir de algo. Se nota quién es profesional y quién no, jeje. Pero muchas gracias, la verdad que le estoy perdiendo un poco el miedo. Un abrazo!

  2. Muchísimas gracias por esta traducción y traer a colación un artículo tan importante. Estoy harta, HARTA de leer a compañeras ¿radfem? aplaudir lo que este señor hace, es como “mira dentro de tu propia casa y dime si a tu mamá le aplauden miles de personas en internet por tener que ir diario así al trabajo porque es parte de su ‘uniforme’”

    1. Esta vez no es una traducción, lo escribí yo porque me cansé de ver a compañeras hacer justo lo que dices. Intentaba argumentar con traducciones de compañeras que escriben mucho mejor, pero veía que caía en saco roto y me enfadé. A ver si le abre los ojos a alguna. Un abrazo.

      1. Yo también pensaba que es una traducción, aunque es verdad que tiene tus típicos toques de humor maligno jijij

  3. Muy interesante! Casualmente ninguno de esos hombres se viste como una mujer que se viste para estar cómoda. Y hasta las narices de que el imaginario colectivo asocie la ropa de mujer a los tacones y las faldas apretadas, que por lo menos donde yo vivo estadísticamente son inapreciables.

    1. E imagínate ir a la oficina con esos tacones… siendo mujer. Hoy en día, si veo de refilón una cara pintada como una puerta o una silueta en tacones de aguja y ropa muy ceñida, asumo que es hombre con una parafilia, esa representación súper estereotipada de la feminidad no la asocio con las mujeres ya.

  4. La ‘famosa’ frase de Eddie Izzard no es suya, se la copió a David Bowie, quien la usó en una entrevista hablando de sus zapatos durante los años sesenta. L

  5. Brillante análisis, as usual. Gracias por invertir -digo, invertir- esas horas para pasarlas por tu cabeza y darnos la pensada hecha, Nuria. Muchas gracias. No es ironía, aclaro.

    1. Es que parece algo cíclico, nada durante meses, y de repente alguna mujer elogiando a un hombre en womanface. Cada vez que pasa me deja con mal cuerpo, es que no hemos aprendido nada? Ayer me enfadé y salió esto. Es tan obvio que me parece increíble tener que explicarlo una y otra vez. Gracias por tus palabras.

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