
Ahora que el transgenerismo está pasando de moda y que se está cuestionando el sobrediagnóstico del TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y el autismo, ¿con qué se van a obsesionar ahora las adolescentes infelices y sus madres ansiosas? La naturaleza aborrece el vacío y puede que haya una nueva afección que llene ese hueco: el POTS.
En los últimos dos trimestres, visitando escuelas y centros de educación superior, he observado un número creciente de chicas adolescentes que utilizan bastones. No es raro ver a menores con discapacidades en las escuelas convencionales, generalmente uno o dos en silla de ruedas, y también a un puñado de estudiantes con muletas o botas ortopédicas de plástico. Pero es una imagen nueva, al menos para mí, ver a adolescentes usando bastones. Especialmente a dos chicas en un grupo con bastones decorados con pegatinas.
Cuando tres chicas diferentes me dijeron el mes pasado que sospechaban que tenían o que directamente les habían diagnosticado POTS, recordé el viejo refrán: «Dos es una coincidencia, tres es una tendencia». He aprendido que el síndrome de taquicardia postural (POTS), además de ser un hashtag muy popular en TikTok e Instagram, es la abreviatura de «síndrome de taquicardia ortostática postural» y consiste en sentir mareos al ponerse de pie, de ahí la necesidad de usar bastones. No tiene cura y, según el Servicio Nacional de Salud británico (NHS), el POTS «afecta a cada persona de forma diferente», con síntomas graves como mareos, debilidad o cansancio extremo. #didyouyawn (#hasbostezado) es un hashtag popular entre la creciente comunidad de personas que padecen POTS.
Annie (no es su nombre real), una joven de 17 años a la que recientemente le han diagnosticado POTS, me lo explicó. «Siempre he estado muy cansada y me siento rara cada vez que me levanto. Imprimí la descripción del POTS para mi médico de cabecera, y me envió a un especialista. Tuve que tumbarme en una mesa que se tambaleaba y luego levantarme. Le dije que me sentía mareada, así que me diagnosticaron, lo cual es estupendo». Su plan es hacer un curso de tres meses de técnica de uñas en la universidad local en septiembre, pero añade con tristeza: «Ahora que tengo POTS, no sé si podré soportar el viaje en autobús. Son 80 minutos en cada sentido». Le han aconsejado que se mantenga hidratada y que se asegure de ingerir suficiente sal, pero va a volver a su médico de cabecera para averiguar si hay alguna opción farmacéutica. Ya recibe pagos del PIP (Paga para Independencia Personal) por su ansiedad y se pregunta cómo afectará su nuevo diagnóstico a la revisión de sus prestaciones que tendrá lugar el mes que viene.
Una profesora con 30 años de experiencia me dijo:
Siempre ha habido un grupo de chicas, normalmente a partir de 3.º de ESO (14 y 15 años), que son infelices. Su infelicidad se manifiesta de forma diferente según lo que esté de moda. En los años 80, fíjate qué cosas, era la poesía, luego tuvieron su momento de gloria los goths, el síndrome de fatiga crónica fue popular hasta que los trastornos alimentarios y las autolesiones causaron estragos, el lesbianismo era una opción mucho más suave hasta que pasó de moda y se impusieron el transgenerismo, el TDAH y el autismo.
Un rápido vistazo a los vídeos sobre el síndrome de POTS en TikTok e Instagram parece confirmar esta observación: las chicas que padecen esta afección son de un tipo concreto: hay un montón con el pelo teñido de rosa o azul y una impresionante selección de piercings, además de un número suficiente de guapas como para añadir un nivel de atractivo. Varias celebridades han sido diagnosticadas, entre ellas Solange Knowles y Jameela Jamil.

Los análisis de tendencias de Google muestran un aumento espectacular en las búsquedas de este término entre 2022 y 2025. Aunque el NHS no lleva un registro de las tasas de diagnóstico, a quienes no padecen POTS les puede sorprender que más de 77 millones de personas hayan visto publicaciones sobre #potslife que comparten detalles sobre cómo usar bolsas de hielo y llevar sobrecitos de sal. Además del POTS, las tendencias sociales relacionadas con las enfermedades crónicas incluyen el EDS (síndrome de Ehlers-Danlos) y el MCAS (síndrome de activación mastocitaria), que causan, entre otras cosas, dolor en las articulaciones, inflamación y confusión mental. Annie me explicó que la energía para todas estas enfermedades crónicas se mide en cucharas #spoonenergy.
Nuestra salud colectiva podría estar, de hecho, en un estado de colapso cada vez mayor, lo que explicaría en parte el creciente número de mujeres jóvenes que padecen el síndrome de taquicardia postural, una afección que se diagnostica en la unidad geriátrica de los hospitales. También podría ser que las chicas que utilizan bastones en las escuelas o en los centros de formación profesional y piensan que padecen POTS y otras enfermedades crónicas se sientan desdichadas. Desdichadas porque provienen de hogares rotos, sus familias están en la ruina, los consejos de la élite sobre cómo vivir bien están en contradicción con sus realidades biológicas, sus vidas sociales son casi inexistentes, las escuelas no les han enseñado habilidades o conocimientos suficientemente útiles y pasan horas al día con sus teléfonos en lugar de socializar y trabajar. Cuando estas chicas evalúan sus perspectivas y ven que son sombrías, hay una sabiduría perversa en encontrar un sentido de pertenencia con un grupo de compañeras que sufren de lo mismo en Internet.
Con POTS o sin POTS, es este malestar el que debemos abordar como sociedad. Y rápido, antes de que todos nos volvamos locos.


2 respuestas
en ese escalafón cronológico de tendencias / afecciones adolescentes inventadas, aquí, por lo menos por lo que yo he visto, sigue triunfando el tema autolesiones, práctica que los/as llamados/as orientadores/as que proliferan cual carrachos en los centros de secundaria, llaman «intentos autolíticos».
sin querer quitar importancia a quien en realidad lo pasa tan mal como para decidir que la muerte es mejor salida, el 100% de los perpetradores de «intentos autolíticos» que he visto en mi profesión (excepción hecha, obviously de quien tenga problemas mentales)son chicas que no aceptan su cuerpo o que no se sienten aceptadas por el grupo o que no tienen un espacio en su casa… y he visto casos en que no es por llamar la atención, es que ven un respiro ahí (te acuerdas de «la pianista»?)
es decir, creo que en la mayoría de los problemas de los niños y adolescentes, en mi opinión basada en la observación, lo que más influye es lo que más está pasando en este momento y más pasará: tiene hijos quien no debe. así pues, me quedo a la espera de que vayan apareciendo con muletas.
pd. ahora es cuando pido perdón por no haber visto toda la magnitud del tema trans porque aquí no pasaba y me parecía ciencia ficción, está claro que la idiocia traspasa fronteras.
Me dejas loca con lo de los «intentos autolíticos», hay mucha mierda woke en la enseñanza. Y en la medicina, y en el periodismo, y en la política… Ya que no es realista esperar que paguen por tanto dolor y por tanta mala práctica, sí espero que se les caiga la cara de vergüenza un día, cuando esto pase de moda.
PD: pero acabaste viéndolo, Mili. Muchas aún están no sólo ciegas, sino trabajando duramente para el otro bando. Un abrazo.