ADVERTENCIA: Esta historia contiene detalles de abusos sexuales que pueden resultar perturbadores.
Un pederasta diagnosticado que se exhibió ante una niña de 6 años cumplirá su condena en una casa con dos niñas pequeñas.
A pesar de que Correccionales Comunitarios (un programa que supervisa delincuentes fuera del sistema de prisiones) se opuso a la decisión, el juez Duncan Harvey condenó al hombre a dos años de supervisión intensiva que deberá cumplir en casa de las niñas.
El joven de 23 años compareció la semana pasada ante el Tribunal de Distrito de Queenstown tras declararse culpable de cometer un acto indecente.
El juez Harvey concedió al hombre su petición de permanecer en el anonimato, aunque no dio razones para ello en su decisión escrita.
El 21 de abril del año pasado, el acusado estaba cuidando a la víctima antes de llevarla al colegio.
Los dos estaban jugando al «mostrar y contar» (una actividad en la que los participantes presentan un objeto personal al resto del grupo y cuentan la importancia y estrecha relación que poseen con el mismo) y la niña le había enseñado un libro al acusado.
Cuando llegó su turno, él se bajó los pantalones y se exhibió ante ella con la esperanza de que la niña hiciera lo mismo.
La niña le advirtió que su madre se enfadaría mucho cuando se enterara.
Al ser interrogado, el hombre admitió haber cometido el delito y admitió así mismo que esperaba que la niña también se exhibiera.
Más tarde confesó que podría haber ido más allá si la víctima no se opusiera.
Según un informe previo a la sentencia, el acusado presentaba un riesgo moderado de reincidencia y un riesgo de moderado a alto de causar daños a terceros.
En las razones escritas de lo que motivó al juez Harvey a imponer esa sentencia, se detallaban los antecedentes del hombre y sus impulsos sexuales distorsionados.
Cuando el hombre tenía entre 10 y 11 años, intentó seducir a una niña con síndrome de Down para que tuviera un comportamiento sexual.
Por la misma época, el acusado confesó que llevaba dos meses abusando sexualmente de su hermanastra.
Mientras asistía a un programa especializado para delincuentes sexuales, el hombre «tuvo algunas recaídas con criaturas más pequeñas» e «hizo mucho exhibicionismo [de sí mismo] a otros», rezaba la decisión del juez.
No se presentaron cargos en relación con esos incidentes.
El acusado declaró a un psicólogo que la víctima le había puesto difícil el controlar sus retorcidos deseos sexuales.
«Tenía 5 años».
«Me preocupa que usted fuera incapaz de controlar sus impulsos cuando una niña pequeña simplemente actuaba según su edad», dijo el juez.
El psicólogo le diagnosticó un trastorno pedófilo.
El informe previo a la sentencia no apoyaba que el hombre cumpliera su condena en una casa con dos niñas pequeñas.
A pesar de ello, el padre de las niñas se pronunció a favor de que el acusado viviera allí.
Dijo que el acusado tenía «una historia enormemente traumática» y que contaba con poco apoyo de otras personas.
Ya había ayudado al hombre a completar un programa de rehabilitación sexual y quería que estuviera en un entorno seguro y afectuoso para continuar su progreso.
«Está claro que la … familia sabe todo sobre su pasado y son conscientes de los hechos que rodean este delito actual».
«A pesar de ello, confían en que pueda vivir con seguridad en la casa y no suponga ningún peligro para sus hijas», dijo el juez Harvey.
«No sería apropiado que yo lo mandara a prisión (…) dados sus antecedentes, dados los abusos que ha sufrido y dado el trabajo de rehabilitación que se está llevando a cabo».
El juez le inscribió en el registro de delincuentes sexuales infantiles.