
La industria de la fertilidad está entregando bebés de diseño a hombres sin ningún tipo de investigación o escrutinio de su aptitud mental o antecedentes penales.
La subrogación es arriesgada para los bebés. No sólo el riesgo de una herida primaria por la separación intencionada de la madre biológica. No sólo el riesgo de problemas de identidad si su madre genética es comprada por catálogo. No sólo el riesgo de hambre-de-madre si se crían en un hogar sin amor materno.
La subrogación expone a las criaturas a los peores tipos de abusos.
Esto quedó patente el mes pasado cuando los YouTubers Shane Dawson y Ryan Adams anunciaron el nacimiento de gemelos. El largo historial de Dawson de sexualización de criaturas es bien conocido y está bien documentado. La revista Evie detalló incidentes preocupantes, como que Dawson fingiera masturbarse mientras veía el vídeo musical de Willow Smith, de 11 años, que se refiriera a una seguidora de 6 años como «bastante sexy», que justificara la pedofilia como un mero «fetiche», que escribiera «bebé desnudo» en una búsqueda de pornografía infantil y comentara que los resultados eran «sexis», y que proclamara: «Os violaría a todas» al ver una serie de fotos en las que aparecían niñas vistiendo sus productos.
En un programa, ordenó a un niño de 12 años que se comiera un «cocktail weenie» (una salchicha muy pequeña, weenie es también una forma de referirse al pene), sabiendo que los pederastas constituyen una parte importante de su audiencia. Dawson y Adam tienen otros 10 embriones congelados por si deciden traer más criaturas a casa.
Esperamos que los niños a los que Dawson y Adams han concedido la patria potestad (mediante un contrato de gestación subrogada) no sufran ningún daño. Pero otras criaturas nacidas por gestación subrogada no fueron tan afortunadas.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, la gestación subrogada no va sólo de ayudar a las parejas estériles a tener hijos. Cuando nos fijamos en cómo se practica y promueve la maternidad subrogada, vemos que no se trata de bebés, sino de bebés de diseño a la carta enviados a todo el planeta. Y a veces, esos bebés se envían directamente a pederastas.
No conocemos las cifras en bruto porque, a diferencia de la donación de órganos, el brazo médico de #BigFertility no exige ningún seguimiento de quienes recurren a sus servicios. (Parece ser que preocupa más la supervivencia de un riñón que la de un niño). Y, a diferencia de la adopción, en la que se investiga a los futuros padres y se hace un seguimiento de la criatura después de su acogida, los trabajadores sociales no conocen a las criaturas nacidas de vientres de alquiler y a menudo desaparecen a través de las fronteras internacionales.
Incluso cuando existen salvaguardias, los depredadores hacen todo lo posible por conseguir menores de los que abusar. En 2022, el país se horrorizó con la historia de una red de pedofilia suburbana creada por dos hombres casados que violaban y prostituían a sus hijos adoptivos.
No debería sorprender a nadie que las criaturas creadas por una industria de la fertilidad sin ningún mecanismo (ni deseo) de examinar a los futuros padres en busca de aspectos como la aptitud mental, los antecedentes penales o el historial depredador acaben en hogares de adultos peligrosos.
En ausencia de ningún tipo de registro o seguimiento de estos bebés, aquellos de nosotros que rechazamos la maternidad subrogada por considerar que viola los derechos de las criaturas, debemos unir los riesgos cuando surgen historias de victimización infantil.
Estos 5 pederastas pidieron bebés por correo
El psiquiatra Jo Erik Brøyn ocupó un alto cargo en los servicios sociales noruegos responsables de la protección de menores y estuvo implicado en varios casos sonados de retirada de menores (de los hogares de sus progenitores). También adquirió dos niños a través de una madre subrogada de la India. En 2018, la policía descubrió en su poder pornografía infantil reunida a lo largo de 20 años -más de 20.000 imágenes y 4. 000 horas de videos- que mostraban abuso sexual infantil, incluidos «niños masturbándose entre sí, violencia fija/sexualizada contra menores, sexo anal de hombres con niños o sexo oral de niños (incluidos niños muy pequeños) a hombres adultos.» Fue condenado a menos de dos años de prisión. Algunas fuentes informan que los niños han sido devueltos a su cuidado.
Un pederasta alemán anónimo contrató por 60.000 euros a una madre subrogada de Rusia, que dio a luz al bebé en Grecia. Luego llevó al bebé en avión de vuelta a Alemania. En 2020, un tribunal regional lo declaró culpable de abuso de menores y de producción y posesión de pornografía infantil. Su hijo fue el objeto de 16 de esos casos, cuando tenía entre 2 y 3 años, y el acusado estaba en posesión de 175.000 imágenes de pornografía infantil. Fue condenado a cinco años de prisión. El niño fue retirado de su custodia.
En 2013, Mark Newton y Peter Truong fueron condenados por someter a su hijo, nacido de un vientre de alquiler, a «una de las peores redes [de pedofilia]… si no la peor red de la que he oído hablar», según un investigador. Tras pagar a una madre de alquiler rusa 8.000 dólares por gestar al niño, la pareja comenzó a violarlo cuando era un recién nacido.
«Los abusos comenzaron a los pocos días de nacer y durante seis años la pareja viajó por todo el mundo, ofreciéndolo para sexo con al menos ocho hombres, grabando los abusos y subiendo las imágenes a un sindicato internacional conocido como Boy Lovers Network (Red de Amantes de Niños)». La policía cree que la pareja creó al niño mediante gestación subrogada «con el único fin de explotarlo». El niño fue retirado de su custodia, y los hombres cumplen condenas de varias décadas.
En pleno auge de la gestación subrogada en la India, se reveló que un delincuente sexual israelí había conseguido una niña mediante gestación subrogada. Si #BigFertility hubiera contado con algún tipo de investigación de antecedentes o hubiera exigido la toma de huellas dactilares o simplemente referencias de carácter, probablemente se hubiera descubierto que el hombre había pasado 18 meses en la cárcel por abusar sexualmente de criaturas muy pequeñas bajo su supervisión. El descubrimiento conmocionó a las autoridades tanto de India como de Israel, pero como no podían demostrar que se hubieran producido abusos, no había motivos para retirarle la custodia de la niña. Sin embargo, validó la decisión de la India de prohibir el acceso al mercado indio de vientres de alquiler a hombres solteros y parejas homosexuales, que constituían entre el 30 y el 50 por ciento de los padres de intención.
En 2014, Wendy y David Farnell, progenitores de intención, encargaron la gestación subrogada de gemelos en Tailandia, entonces un punto caliente mundial para la gestación subrogada. La niña, Pipah, estaba sana, pero el niño, Gammy, tenía graves problemas médicos, además de síndrome de Down. Se armó un escándalo cuando la pareja se llevó a la niña a Australia, pero abandonó a Gammy para que lo criara la madre de alquiler tailandesa.
Se descubrió entonces que David había sido encarcelado a finales de los 90 por abusar sexualmente de dos niñas menores de 10 años, y fue acusado, condenado y sentenciado de nuevo en 1998 por seis cargos de trato indecente con una menor de 13 años. Cuando se revelaron e investigaron sus antecedentes penales, un juez determinó que existía «un bajo riesgo de daño si Pipah permanece en ese hogar», y la dejó al cuidado de Wendy y David hasta la muerte de éste en 2020. El caso de «Baby Gammy» fue uno de varios escándalos que llevaron al gobierno tailandés a prohibir totalmente la maternidad subrogada comercial.
Muchos de estos casos son antiguos, resultado de contratos que se redactaron cuando la maternidad subrogada era menos común. Desde entonces, la industria de los vientres de alquiler ha crecido exponencialmente, con un aumento previsto del 1.000% para 2032. Además, hay organizaciones enteras dedicadas a entregar bebés por encargo a hombres, ninguno de los cuales tendrá que someterse a controles de antecedentes ni a la toma de huellas dactilares. Por tanto, en los próximos años habrá más casos de explotación de criaturas nacidas de vientres de alquiler.
Tanto si el bebé acaba sufriendo abusos como si no, tanto si es remunerada como altruista, tanto si es tradicional como gestacional, e independientemente de la composición del hogar de los padres de intención, la maternidad subrogada siempre viola los derechos del menor. No es un problema que pueda resolverse mediante la regulación. La única forma de proteger a la infancia es prohibir los vientres de alquiler en todo el mundo.