Muchos padres se presentan para juntas escolares, educación en el hogar e incluso presionan por una represión legislativa para defender a sus hijos de los activistas transgénero, queer y otros activistas sexuales en el aula.
Pero algunos, particularmente las madres, parecen estar abrazando con fuerza la idea de que sus hijos son completamente capaces de decidir de qué sexo son, e incluso fomentan tal comportamiento, como lo demuestran algunas noticias recientes.
En junio, el Today Show publicó una historia sobre un niño de nueve años que cree que es una niña. Se puede ver a su madre diciendo las palabras con la boca al mismo tiempo que su hijo cuando éste respondía a las preguntas del periodista, como si supiera lo que iba a decir de antemano.
Mother mouths the words of 'transgender child'. pic.twitter.com/hMlcy2XSw9
— Diogo (@DiogodaCruz12) June 23, 2022
La madre del niño, Beth Clawson, le dijo a CBS News en julio que su hijo se había empezado a interesar en política y que incluso había escrito una carta a legisladores de Indiana sobre un proyecto de ley que prohibiría a los niños practicar deportes en equipos de niñas.
«Ha escuchado todo lo que los senadores y representantes han dicho sobre ella, positivo y negativo», dijo Clawson, esencialmente admitiendo que expone a su hijo a la política transgénero. «Creo que ella es más fuerte que nosotros».
Otra historia se volvió viral la semana pasada, en la que a una madre y una abuela ayudan a un niño de cuatro años a hacer una «revelación de género» en el Desfile del Orgullo de Vancouver en Canadá.
A 4-year-old had a gender reveal and came out as transgender at a pride event. pic.twitter.com/cX4Ll4uS1Z
— Libs of TikTok (@libsoftiktok) August 9, 2022
La madre de la niña, Alaina Boural, le dijo a South West News Service que su hija comenzó a exhibir un comportamiento de niño a la edad de dos años:
«Se negaba a comprar en la sección de niñas, pero estaba demasiado nervioso para comprar en la de niños», dijo. «Después de expresar mucho sus sentimientos y emociones conmigo, decidió que quería un nuevo vestuario, así que nos propusimos encontrar nuestro nuevo estilo».
…
«Pedimos una cita con Lia en Big Bros Barbershop, una peluquería en East Vancouver, cuyo dueño es trans», dijo su madre. «Al salir de la peluquería aquella tarde, Charlie era un niño completamente nuevo».
Esas historias recientes de los medios podrían ser ejemplos de lo que algunos llaman «transhausen por poderes», dijo a Breitbart News Candice Jackson, ex subsecretaria interina de la Oficina de Derechos Civiles (OCR) del Departamento de Educación. La frase es un juego de palabras de un trastorno llamado síndrome de Munchausen por poderes (MSP, en sus siglas en inglés), que la Clínica Cleveland define como una «enfermedad mental en la que una persona actúa como si el individuo que está cuidando tuviera una enfermedad física o mental cuando dicho individuo no está realmente enfermo».
«El término ‘transhausen por poderes’ se está utilizando para describir a las madres que parecen extremadamente interesadas en ‘transicionar’ a sus hijos. Creo que la tendencia es más compleja que todo eso, pero en el fondo hay un deseo paradójico de tener un hijo muy ‘especial’, pero dentro de un marco extremadamente regresivo: si mi hijo es un niño que ‘actúa’ como una niña, entonces mi hijo es en realidad mi hija «, dijo Jackson.
«Luego se aseguran de que el mundo valide lo que se ha convertido para ellas en una cruzada de mamá-oso (se llama así a las madres protectoras, que pueden ser cariñosas, pero al mismo tiempo feroces cuando se trata de defender a sus hijos) por la que esas madres van a luchar en la escuela, en los medios de comunicación, en el campo de la medicina», agregó.
Jonathan Uhler, terapeuta con licencia para ejercer en dos estados y que ha trabajado con jóvenes con problemas, así como con víctimas de abuso sexual y delincuentes sexuales, amplió el análisis de Jackson:
«Clínicamente hablando, estas madres tienen, como mínimo, lo que técnicamente se llama trastorno facticio impuesto a otro (FDIA en sus siglas en inglés), anteriormente síndrome de Munchausen por poderes (MSP)», dijo Uhler a Breitbart News. «En la mayoría de los casos, es probable que sea una madre la que cumpla con los criterios del trastorno narcisista de la personalidad. Además, en mi estimación clínica, cuanto más joven sea el menor «transicionado», mayor la evidencia de trastorno narcisista de la personalidad en el progenitor».
Uhler dijo que «aún más preocupantes son los hombres» en la vida de estos niños, «ya que parecen ser extrañamente pasivos o incuestionablemente complacientes, mientras ven a sus hijos avanzando de la mano de sus madres».
Y continuó:
Esto, a mi juicio, plantea preocupaciones adicionales sobre estos padres, ya que meter a un niño en el Movimiento Trans aumenta la probabilidad de que se convierta en presa fácil para depredadores sexuales … dado que el niño habrá visto comprometida su intuición, lo que dificulta discernir cuándo se están cruzando sus límites sexuales en un Movimiento obsesionado con el género y la sexualidad.
Teniendo en cuenta la cantidad de hombres que consume porno hoy en día, no está de más sugerir que algunos de estos padres están obteniendo una satisfacción pervertida influenciada por la pornografía y un beneficio secundario al permitir que sus hijos hagan la transición.
Agregó que en algunos casos, la preocupación debería ser mayor porque podría haber «intentos activos para distorsionar los límites sexuales por parte de los padres o cuidadores que están involucrados en permitir que sus hijos sean utilizados y explotados sexualmente con fines de lucro u otros tipos de beneficios».
«No es raro que estos niños se pongan a disposición de hombres pervertidos sin vínculos familiares , como en el triste caso del joven Amazing Desmond», dijo, refiriéndose a un niño conocido como «Desmond the Amazing» que a la edad de 11 años fue noticia por bailar en el escenario de un bar gay de Nueva York mientras hombres adultos le tiraban billetes.
El impulso para que los padres «afirmen» la «identidad de género» de sus hijos proviene de activistas de extrema izquierda, asociaciones médicas pro-transgénero y, sobre todo, la administración Biden.
La administración Biden, desde su inicio, ha impulsado sin pudor la «atención de afirmación de género» para jóvenes confusos, un eufemismo de extrema izquierda para los bloqueadores de la pubertad, los tratamientos hormonales y las mutilaciones. La administración está apelando actualmente una decisión de un tribunal de distrito para obligar a los médicos a realizar operaciones de transición de género en los niños.
Thank you Dr Belek for giving me the chest I’ve always wanted. I’m almost 30. It’s never too late. #tdov #trans #transdayofvisibility #transpride #topsurgery pic.twitter.com/rohWPBc0RF
— 🦌 Just A Rainbow In The Dark 🦌 (@Jacka_NOPE) March 31, 2022
(Gracias, Dr Belek, por darme el pecho que siempre quise. Tengo casi 30 años, nunca es tarde)
La administración Biden también está trabajando activamente para prohibir la «terapia de conversión«, aunque la definición difiere de sus orígenes históricos y se amplía para incluir la identidad de género. Bajo esa definición, cualquier esfuerzo por parte de los terapeutas para aconsejar a los niños y adolescentes que están preocupados por verse atraídos hacia personas de su mismo sexo o por tener disforia de género podría considerarse «terapia de conversión».
Lo que es más, el presidente Joe Biden ha llegado a decirles a los padres que adopten la ideología de género, y ha dicho sin ninguna evidencia, que «afirmar la pretendida identidad transgénero de su hijo es una de las cosas más poderosas que pueden hacer para mantenerlos seguros y saludables».
Uhler advirtió que «nunca se insistirá lo suficiente en el grave daño mental, emocional y psicológico infligido a estos niños por tales progenitores».
«Una mirada al niño símbolo del Movimiento Trans, Jazz Jennings, y el daño se vuelve inconfundible, ya que es claramente evidente en la obesidad de Jazz y sus graves episodios depresivos», dijo. «Estas madres llevan las cosas a un nivel muy peligroso en términos de dañar la personalidad normal, el desarrollo emocional, psicológico y sexual de un niño, anulando en última instancia la intuición y los límites personales del niño».