Un delincuente sexual infantil convicto está realizando actividades de divulgación comunitaria para una organización que asesora a hombres encarcelados sobre cómo declararse transgénero y cambiar legalmente su identificación.
Xena Grandichelli, nacido Jeffrey Willsea, es un hombre biológico que ahora se identifica como mujer. En 1994, Grandichelli se declaró culpable de 11 cargos de abuso sexual a una niña de 3 años y fue declarado delincuente sexualmente violento. Su ficha de delincuente sexual lo clasifica como un nivel de riesgo 3, lo que indica un mayor riesgo de reincidencia y una amenaza para la seguridad pública. La ley del estado de Nueva York estipula que los delincuentes sexuales de nivel 3 no pueden acercarse a más de 300 metros de una escuela.
Sin embargo, desde su puesta en libertad, Grandichelli se ha convertido en un activista trans de gran prestigio y ha hablado en universidades importantes. En 2017, fue panelista y presentó «las experiencias de encarcelamiento de las mujeres» en la Universidad de Columbia. En 2016, Grandichelli habló en la Universidad de Nueva York sobre el tema del encarcelamiento y el trauma. En el mismo año, dirigió un taller sobre temas trans para la Conferencia Nacional de Salud de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Personas Transgénero de Color.
En particular, también se ha asociado con el Proyecto de Ley Sylvia Rivera (SRLP) y fue designado como miembro del Equipo de Construcción de Movimientos. En una carta publicada en el sitio web de SRLP, Grandichelli describe cómo los miembros del equipo de la organización trabajaron activamente para reclutarlo cuando aún estaba en la cárcel por abusar sexualmente de un menor.
El SRLP es notorio por pasar por alto los crímenes de los hombres violentos que reclaman una condición transgénero. Por ejemplo, en 2014, el SRLP lanzó una petición para presionar al Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria (DOCCS) de Nueva York para que saque al violador y asesino de niños Synthia China Blast de confinamiento solitario.
Blast, cuyo nombre de nacimiento es Luis Morales, violó repetidamente y torturó brutalmente a Ebony Nicole Williams, una niña de 13 años de Harlem. Según la investigadora Diana Shaw, «el Sr. Blast, de 22 años, vestido con una falda, llevó y se deshizo del cuerpo mutilado de la niña en un paso subterráneo del Bronx, y prendió fuego al cuerpo», luego procedió a jactarse del asesinato a sus amigos.
Al abogar en nombre de Blast, el SRLP declaró: «[Él] quiere prepararse para [su] audiencia de libertad condicional en cuatro años al obtener [su] GED (diploma que reciben los estudiantes al acabar el instituto) y completar otros programas que lo ayudarán a curarse el trauma de [su] infancia y [su] tiempo en prisión». El actor que se dice trans Laverne Cox, que habla como representante del SRLP, publicó un video en el que leyó en voz alta una carta de Blast que lo describía bajo una luz favorable.
Al enterarse de la naturaleza brutal de los crímenes de Blast, Cox respondió:«No estaba al tanto de los cargos por los que [él] fue condenado. Si hubiera estado al tanto de esos cargos, nunca habría aceptado leer la carta». Sin embargo, la información relacionada con los crímenes de Blast no hubiera estado fácilmente disponible, debido a su cambio de nombre, ya que los informes de los medios y los documentos judiciales de la época se referían a él como Luis Morales.
A pesar de esto, los recursos incluidos en el sitio web de SRLP proporcionan orientación explícita sobre el proceso de cambiar el nombre legal y la identificación: «Acerca de los motivos de tu solicitud, di lo que quieras que el juez sepa sobre por qué deseas un cambio de nombre. No tienes que compartirlo todo… Bajo la ley, las personas trans no están obligadas a mostrar evidencia médica de nuestras transiciones para cambiar nuestros nombres. La mayoría de las veces, los jueces siguen correctamente la ley».
Al igual que con Synthia China Blast, el crimen del representante de SRLP Grandichelli ha sido tapado por su autoproclamado estado transgénero. Al reclamar una identidad femenina, a Grandichelli se le ha prestado el podio de dos de las universidades más prestigiosas de la nación, y en 2017, recibió un premio al Héroe de la Comunidad por parte del Proyecto Antiviolencia.
En 2021, el Women & Justice Project, una organización que presiona por los derechos de las mujeres encarceladas, presentó una cita de Grandichelli en su sitio web: «[Yo] rompo a llorar cuando trato de explicarle a alguien lo que es estar en una prisión estatal o en Rikers Island y ser golpeado físicamente hasta acabar medio muerto y violado, y misgenerizado y abusado tanto que quieres quitarte la vida».
El Proyecto Mujeres y Justicia presenta unas estadísticas espeluznantes junto con las palabras de Grandichelli, y dice que las personas trans en prisión son agredidas sexualmente diez veces más a menudo que la población carcelaria general. La cifra de agresión sexual entre la población carcelaria general presentada para la comparación proviene de una de las estimaciones más bajas disponibles, y no tiene en cuenta el abuso sexual denunciado por las reclusas.
Las cifras exactas rara vez se comprueban, y las mujeres que son violadas o abusadas por funcionarios de prisiones masculinos a menudo no denuncian la agresión por temor a su seguridad. Sin embargo, algunas estimaciones sugieren que hasta una de cada cuatro mujeres estadounidenses experimenta violencia sexual cuando está encarcelada. Los hombres son los agresores en el 98% de las agresiones sexuales cometidas por el personal de la cárcel sobre las reclusas.
Un comentario
Con los antecedentes de estas personas, no sé como nadie querría tenerlos luchando en su causa… Y por lo visto, con su nueva identidad les sobra para tener atención, reconocimiento, trabajo y dinero… vergonzoso que después de violar a menores este se al premio…