El estigma de la menstruación se presenta de las maneras más extrañas. Aquí en el sur de Asia, cuando compras productos menstruales, hay pequeñas bolsas de papel marrón al lado del pasillo, donde puedes poner tu producto. Porque dios no lo quiera (literalmente) que alguien sepa que estás menstruando, ¿no es verdad??
Por supuesto, no necesitas una bolsa de papel para esconder el papel higiénico, así que claramente no hay ningún problema en que todos sepan que cagas y meas. Pero cuando se trata de las mujeres y nuestros ciclos hormonales, que son la razón por la que EXISTIMOS TODOS LOS HUMANOS, “¡puajj!”. El patriarcado quiere que lo ocultemos. Cúbrelo. *Avergüénzate.*
Ah, por cierto, la bolsa de papel no es realmente opcional. Cada vez que voy a comprar productos menstruales, un *hombre* me ofrece una bolsa de papel. Si digo que no, se queda estupefacto, tal vez incluso asqueado. Al final, el cajero *varón* lo acaba poniendo en una bolsa de papel, le diga lo que le diga.
El resultado es que todos saben lo que hay en la bolsa de papel. SOLO HAY UNA COSA QUE VA EN ESA BOLSA DE PAPEL. Así que, ¿de qué sirve todo esto? ¿Aparte de dejarnos CLARO a las mujeres que el tema debe ocultarse a la sociedad, al igual que nuestro cuerpo, al igual que nosotras mismas?
¿Qué me dices? Oh, ¿que es sólo para que las mujeres se sientan cómodas comprando productos menstruales y les da privacidad? Te pregunto otra vez, ¿necesitas privacidad para comprar papel higiénico para que nadie sepa que evacúas tus intestinos? No. Pues eso.
No se trata de privacidad o de dar espacio a las mujeres. Se trata de avergonzar y controlar a las mujeres. Se trata del patriarcado tratando a las mujeres como lo *otro*.
Pero no hay nada vergonzoso o repugnante acerca de la regla. LA MITAD DE LA POBLACIÓN LA TIENE. Y tratamos de contrarrestar eso en los miembros más jóvenes de nuestra familia tanto como podemos.
Cada vez que mi joven sobrina susurra que necesita compresas, su madre y yo decimos en un tono un poco más alto de lo normal, «oh, ¿quieres compresas?» Porque no queremos que se avergüence ni piense que tiene que esconder algo tan normal.
Pero ella está creciendo en una sociedad que le señala constantemente: avergüénzate, eres lo otro, eres inferior. Es difícil contrarrestarlo, pero su madre hace un gran trabajo. No hay nada como ver el cambio generacional enfrente de tus ojos.
¡Aquí la bolsa, en todo su esplendor!