El racifeminismo

No por feministas vemos todas la vida exactamente de la misma manera.

Traduje un artículo que contaba que un teatro woke de París invitó a 250 inmigrantes a un espectáculo/conferencia que trataba sobre «reinventar la acogida de refugiados en Francia». Los inmigrantes pusieron la conferencia en práctica y se negaron a abandonar el teatro al final del espectáculo. Parece que siguen allí, 5 semanas después, y ya son 300. El artículo viene con muchas fotos y hay por lo menos un vídeo de sus protestas y reivindicaciones:

Lo que me llamó la atención, además de la jugada maestra, fue que la mayoría eran hombres. Hay una foto de un carrito con bebé, que espero que esté con su madre, pero a ella no se la ve.

Las críticas no tardaron en llegar. Las esperaba, porque me estoy acostumbrando a que se me malinterprete cada vez que traduzco o hablo de una noticia protagonizada por hombres de diferente raza a la mía. Pero esta vez me sorprendió la virulencia.

Intenté explicarlo: «Pues claro que afecta a las mujeres francesas, como afecta a las mujeres irlandesas, por ejemplo, que de repente tienen que ir a buscar a sus hijas al instituto porque fuera están esperando grupos de hombres inmigrantes ilegales desocupados. Que tienen que grabar el acoso, que lo llevan a la policía y que no hace nada porque tienen las manos atadas. Como afecta a todas las mujeres cuyos países reciben de repente miles y miles de hombres en edad militar sin nada que hacer más que andar por las calles. El color de los hombres no es lo que los hace peligrosos, es que ni se mencionó

Hagamos un ejercicio mental: Vamos a imaginarnos que hordas de hombres ingleses llegan a las costas de España en barco. Nadie los llamó, nadie los invitó, pero esperan que el ayuntamiento de Marbella, por poner un ejemplo, les dé alojamiento y comida gratis. Están ociosos, obviamente, así que quedan para intercambiarse recetas de Shepherd’s pie y para discutir los resultados de los últimos partidos de la Premier League. Un día, el Teatro Ciudad de Marbella invita a 250 de ellos a una conferencia titulada El Precio de la Vivienda en la Costa del Sol es Prohibitivo para los Oriundos Debido a la Inmigración Británica y, después de los canapés y los aplausos, se niegan a abandonar el recinto. Cinco semanas más tarde, allí siguen y el Teatro se declara en quiebra.

Vale, ya tenemos el escenario imaginado. Mi punto de vista seguiría siendo el mismo: que tener a un grupo de hombres concentrado en un lugar, sin nada que hacer y de los que desconocemos hasta los antecedentes, es una receta para el desastre. De hecho, no dejaría a mi hija imaginaria que se acercase al lugar, porque no soy imbécil y porque intento aprender de las experiencias de otras mujeres con manadas de hombres.

Llevo años escribiendo en Twitter, algo menos en el blog. Os reto a que encontréis una frase donde achaque el delito de un agresor a su color o raza. No lo encontraréis, porque no lo pienso. El color de nuestra piel es algo sobre lo que no tenemos elección, como el país donde nacimos. Ni yo soy especial por ser blanca, ni lo soy por ser española, como tampoco lo es una mujer negra nacida en el Congo Belga por las mismas razones. Pero espero tener sus mismos derechos si vivo legalmente en su país, como espero que ella los tenga en el mío.

Es por esa razón tan sencilla que pido lo mismo de un hombre blanco que de uno negro.

Blog de Salagre, Vero

Si este ejemplo fuera de un señor de Soria, hubiéramos pensado «a ver si ahora hay que ponerle una medalla por hacer lo correcto». Pero es de Nigeria, asumo que negro, así que sí. Y la medalla es por ser negro.

Lo que sí soy, y podéis ir apuntando, es islamofóbica. De hecho, creo que toda mujer con dos dedos de frente debería serlo. Recordemos que el islam es una religión, no una raza, así que siento que ni aquí me podáis colgar la etiqueta.

Como ya dije la última vez que se me tachó de racista, los problemas de los hombres sólo me interesan en la medida en que afectan a las mujeres. Para mí un violador es un violador es un violador, y sus circunstancias me son indiferentes. A mí quien me preocupa es su víctima, sea ella europea o de su misma cultura, y dejo el estudio de las causas del delito a las analistas y las soluciones a las profesionales. 

Cada vez que saco el tema de violaciones perpetradas por hombres de otra raza diferente a la mía, salen los «siperistas». Sí, pero, también violan los españoles en Sudamérica; sí, pero, no dices nada de los suizos que van a Tailandia. Es como si sólo se pudiera hablar de los abusos en función de quién los hace y quién los sufre, y se me juzga por hablar de algunos determinados. Está claro que no hemos aprendido nada de Rotherham.

Así que voy a seguir denunciando los abusos que sufren las mujeres, todas las mujeres, por parte de los hombres, todos los hombres. Que se me acuse de ser de extrema derecha o de racista por ello no es original ni novedoso. Por si no quedó claro, seguiré traduciendo lo que me dé la gana.

Tratar a los hombres de forma diferente dependiendo del color de su piel, es racista. Por lo tanto, esconder los delitos cuando los perpetran unos y señalar solamente los que cometen otros, es racista.

A ver si va a ser que las racistas sois vosotras.

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29 respuestas

  1. Cuando hablamos las feministas abolicionistas dicen que el debate está polarizado porque el discurso correcto es el otro, cuando se explican diciendo que el asterisco en la palabra mujer es porque la que pone sin asterisco es conservadora, de derechas. La izquierda ha instalado el buenismo y un buen rollete que si quiero decir que esos individuos que atemorizan por estar todo el día sin nada que hacer más que mirar y controlar a las tías y a todo el que pasa por delante y que ya no me atrevo a aparcar en el parking de toda la vida porque violaron la noche pasada a una mujer, se te echan encima diciendo a ver si los blancos no violan, a un paso de llamarme xenófoba, lo mismo con los trans, a un paso de gritarme tránsfoba e islamófoba en cuanto hablas del burka o de la vida de las mujeres musulmanas. Es la censura posmoderna, de quienes se sienten guais, instalados en una pseudoizquierda, como una forma de vida, instalados en esa pseudo dónde no queda nada que reivindicar.
    Te digo que estoy contigo, cuando has escrito sobre los franceses del teatro o las violaciones en UK por parte de los paquistaníes ha sido aire fresco ante esta censura vergonzante, descalificando y mandándote al rincón. Estoy contigo, en que cada cual escriba lo que le dé la gana con la mayor claridad y respeto a las personas. Agradezco tu valentía y tu criterio a la hora de sacar a la luz temas que todo el mundo políticamente correcto mira de lado.

    1. ¿Sabes lo que más me enfurece? Que tratan nuestras preocupaciones como si no fueran legítimas, como si nuestras vivencias no tuvieran importancia en comparación con la opresión del varón desfavorecido. Yo, por lo menos, tengo un medio donde expresarlo, pero ¿y los miles y miles de mujeres a las que hacen sentir culpables por sentir lo que sienten, basado en sus experiencias? Es injusto, es censura, es acoso, pero están tan enamoradas de la opinión que tienen de sí mismas que ni se dan cuenta.
      Agradezco tanto tu comentario, Ana, no tienes ni idea.

      1. Con tu permiso, dejo estos enlaces sobre las «creencias de lujo»

        https://ethic.es/2021/09/las-elites-y-las-nuevas-creencias-de-lujo/

        https://letraslibres.com/politica/las-creencias-de-lujo-son-reales/01/08/2024/

        Es que estás definiendo a los imbéciles que defienden sus creencias de lujo contra los demás para sentirse moralmente superiores: «hay una clase especial de malas ideas y políticas que proliferan en buena parte porque quienes las sostienen, al estar aislados de sus efectos, nunca han pensado seriamente en las consecuencias que se derivarían de su aplicación… estas creencias son un lujo no porque sean costosas de adquirir o sirvan predominantemente para acumular estatus social, sino porque quienes las sostienen se permiten el lujo de adoptarlas sin exponerse a sus consecuencias en la vida real.»
        Transgenerismo, multiculturalismo, abolición de la policía, y otro montón de ideas buenrrollistas que mucha gente aplaude. Sin embargo habría que mirar a los que te atacan por un agujerito a ver cómo viven y si son tan consecuentes como predican o son mas bien de haz lo que yo digo, no lo que hago.

        Un saludo.

      2. Muy interesantes ambos artículos, y sí, definen perfectamente y con las palabras adecuadas lo que quise decir.
        Un saludo.

  2. Mucho ánimo. Creo que pedir un debate en el que se respeten las formas es lo mínimo, pero cuando los y las que te acosan se dedican a defender sus posturas con argumentos tan pobres como un equivalente al #not all men, pero en inmigrantes, o el » y los blancos más «, etc (que me imagino que por ahí van los tiros) y que se rebaten solos, pues ya al final no les queda otra (dicho con ironía) que pasar al ataque personal o a decir imbecilidades, directamente.

    La verdad es que la respuesta del feminismo radical , en España, a este asunto me ha decepcionado bastante. Silencio, no se debe hablar del tema no vayamos a socavar uno de los pilares de la izquierda. Al final siempre los hombres por delante.

    1. Es exactamente como te imaginas, un siperismo elevado a una potencia que ya da risa.
      Y lamentablemente estoy de acuerdo en la respuesta del feminismo radical español.
      Te mando un saludo cariñoso.

  3. No tengo redes sociales y por ello no sé el impacto que ha tenido entre las feministas radicales la noticia de las agresiones a las niñas de UK.
    Sigo dos canales feministas radicales en Telegram y apenas han publicado nada, en comparación con otras noticias que me parecen de mucho menos alcance.
    También escucho el podcast de Barbijaputa: abordó el tema en el episodio 234, pero me decepcionó bastante el enfoque que le dió; dijo que lo había sacado Musk para desestabilizar el gobierno laborista de UK y soliviantar a la opinión pública para que vote extrema derecha, que ya hubo las condenas pertinentes, que es criminalizar a los inmigrantes… Es decir, que lo que importa es quien denuncia, no las víctimas. Si la izquierda denuncia los abusos en la iglesia o en el opus, bien, es correcto, no se quiere desestabilizar la opinión pública; pero si la denuncia viene de la (extrema) derecha ya es otro cantar aunque sea algo verificado.
    Mi pregunta para ti, Nuria, es si esto que comento, que hasta el propio feminismo radical quiere tapar el tema, está pasando o solo soy yo que lo veo todo turbio.
    Ayer de casualidad vi un reportaje con una señora mayor que hablaba sobre los abusos que sufrió se niña a manos de un cura. A cualquier persona no sectarizada por la iglesia le parece pertinente que se hable del tema, por más que en el caso de esta mujer hayan pasado 40 o 50 años. Entonces, me pregunto por qué esta señora sale ahora en los medios y a casi nadie le parece mal pero las ahora mujeres que sufrieron los abusos pederastas en UK no parecen tener el mismo derecho de que se hable de su caso, hayan pasado 1 o 20 años… ni siquiera a ojos del feminismo, o de una parte de él.

    1. Me estoy dando cuenta, muy a mi pesar, que hay muchas feministas que ponen la ideología política por encima de las mujeres. Estoy sufriendo un acoso bastante fuerte de feministas para las que siempre un hombre desfavorecido será más importante que las mujeres. Sobre todo, si esa mujer es blanca, eso es lo último.
      Desde que empecé a hablar contra el islamismo y a traducir sobre las bandas de captación británicas, los insultos han sido constantes. Así que, contestando a tu pregunta, creo que unas quieren tapar el tema porque su ideología política es más importante que su feminismo y están cogidas en una espiral de pureza que no pueden dejar, porque destrozaría la opinión que tienen de sí mismas. Y otras porque tienen miedo de sacar el tema, visto el acoso.
      Yo soy de la opinión de que debemos poder hablar de todo lo que nos preocupa, a ser posible, sin perder las formas.

      1. Esto que cuentas es muy triste. Siento que estés sufriendo ataques.
        No lo entiendo. Pienso que anteponer la ideología política o lo que creemos que debe ir asociado a ella, que esa es otra, puede provocar que las mujeres no avancemos en derechos y en nuestra emancipación; que de eso trata el feminismo. Supeditar nuestra defensa y nuestras denuncias de agresiones, a la defensa de otros, supuestamente más desprotegidos o a otras causas ajenas, es un error y nos perjudica a todas. Un abrazo.

      2. Si,Nuria. Es aquello de la Revolución primero. Pero, queridas, qué Revolucion?
        Cuando la REVOLUCION la estamos haciendo las FEMINISTAS.
        Valentía la tuya, Nuria. No pares, muchas estamos con tu posición política feminista. Un Abrazisimo

      3. Muchísimas gracias, Lola. Vete preparándote para el abrazo que te voy a dar en Marzo, avisada quedas.

  4. Es curioso que cuando se habla del problema del Islam, siempre salgan con el racismo, para acallar el debate.

    Es obvio que la cantidad de melanina que una persona tenga en la piel no afecta su comportamiento, su cultura sí.

    Cuando comento estos temas, siempre hablo de que es un problema cultural, no de raza. Los que corren a llamarnos racistas se suelen quedar sin respuesta.

    1. Se debería de poder hablar de todo lo que nos preocupa, parece que es sólo legítimo preocuparse de cosas según la ideología política.
      Estoy cansada de gritar que no es el color el que delinque. Pero si al delincuente se le da trato de favor por su color, eso es racismo.

    2. O dale con que «el cristianismo tal y cual», «Pero señora, no discutimos el cristianismo, hablamos del Islam, es más yo soy atea así que todo lo que dice del cristianismo estoy de acuerdo pero hablamos del Islam.» Y así.

  5. De acuerdo contigo, pero tengo un par de cosas que puntualizar. Como dice Sara, el poner las mismas expectativas en el hombre de muestra cultura que en el otro, (digámoslo así),.además de engañoso, es muy peligroso.
    Esos hombres se han atrincherado en el teatro como protesta, y en Francia de eso saben mucho, así que creo que están haciendo lo que saben que funciona en ese país, por experiencia de los propios franceses.
    No hay mujeres, no. En el Islam, patético y aberrante, el hombre es el centro en todos los sentidos, y en la protesta también, aunque lo que pidan sea vivienda para ellos y sus mujeres.
    Con todo esto no estoy, por supuesto, justificando el Islam. Solo creo que el análisis crítico siempre será lo que nos lleve a mejorar.
    Tu ejemplo con británicos creo que no es el correcto, porque eso pasa todos los veranos en nuestras costas, con la diferencia de que esos señores pagan esos días, y en algunos casos, pagan por violar.
    Los hombres islámicos son un peligro enorme sobre todo para sus mujeres.
    Los inmigrantes lo son para nosotras, pero, siendo feministas, tenemos que admitir que no aprenden nada bueno del hombre occidental.
    Ya sabes que España es el paraíso de la prostitución y el porno. Todos los días hombres asesinan a mujeres, además de todas las maltratadas.
    Lo único que hace la cultura occidental es mostrar la sexualizaxión de la mujer y cómo se enriquecen los hombres con ella. No les enseña respeto hacia la mujer.
    Ellos solo siguen teniendo a «su» mujer bajo mano de hierro, y a la occidental la toman, pero sin pagar porque no tienen dinero.
    Solo las mujeres occidentales, las feministas, son las que claman la libertad y el respeto por las mujeres del Islam y por nosotras mismas.

      1. Espero poder seguir teniéndola así, como las suelo tener con la mayoría de las compañeras. Sobre todo, porque la reflexión crítica y la discusión siempre nos debe llevar a mejorar y a avanzar desde el punto en que partimos cada una.
        Todo lo demás sobra. (Ya sabes a qué me refiero).
        Muchas gracias, compañera.

  6. Coincido contigo, Nuria. El problema no es el «fenotipo» de los inmigrantes sino los valores «culturales y religiosos» que traen en muchos casos y que colisionan con derechos que hemos conquistado y conseguido en Europa, especialmente las mujeres, y que en sus países no han alcanzado aún.
    Me llama también la atención que cuando se defiende la inmigración se hace en muchos casos desde un enfoque «caritativo» y que nunca se pone el foco en que está ocurriendo en los países de origen, como si se esperara que esos países vayan a ser siempre unos sitios horribles donde vivir. España también fue país de emigrantes (y toda Europa) y en cuanto mejoramos nuestras condiciones políticas, sociales y económicas, dejamos de hacerlo.
    El futuro de sus países de origen quedará comprometido porque todas esas personas que emigran son población joven que ya no va a luchar ni revindicar mejoras políticas, económicas y sociales en sus países, o que no va a tener la posibilidad de reclamar a sus gobiernos que se liberen del yugo de las religiones o del de las ex-colonias que aún les explotan económicamente.
    De hecho, hay gobiernos de esos países que incluso favorecen la salida de sus ciudadanos por ejemplo porque son delincuentes o por el envío de remesas de los que consiguen trabajar en Europa y que pueden alcanzar hasta una 28% del PIB, como es el caso de Gambia (esto lo cuenta un periodista Jaume Portell en un vídeo y en su libro ¿Por qué no se quedan en África?).
    Si esta situación sigue así vamos a perder todos, y especialmente las mujeres, que aquí podemos perder seguridad y derechos o como en el caso de las mujeres que se quedan es esos países emisores, nunca conseguirlos.

    1. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, sólo que a mí, la verdad, no me importan las circunstancias del violador, ni su color, ni su cuenta bancaria, ni lo mal que estaba en su país, ni su pasaporte o falta de él. A mí, y no me canso de repetirlo, quién me importan son sus víctimas, sean ellas de cualquier país o de cualquier color.
      Soy gallega, hemos emigrado mucho, sobre todo el siglo pasado. Grupos de hombres gallegos trabajando en una fábrica en, pongamos, Venezuela, en los 50. Yo pienso en las mujeres y niñas locales, no en los pobres gallegos que tuvieron que emigrar.
      Que otros arreglen la economía o la seguridad del país de origen, a mí me importan las mujeres, que sufren doblemente por los oriundos y ahora por los emigrados.
      Un saludo, María, disfruto mucho de tus comentarios.

  7. ¿Sabes? siempre pensé que no era racista hasta que comencé a trabajar en el barrio donde trabajo. Aquí, la mayoría de los migrantes , y lo son la mayoría de los habitantes del barrio, son musulmanes y mi fobia es hacia ellos. Soy racista selectiva.
    Hombres jóvenes y mayores sin ocupación , todo el día en la calle, mientras sus mujeres se ocupan de la casa y de los hijos, con sus cabezas tapadas. Mujeres veladas haciendo cola en los locales de entrega solidaria de alimentos mientras ellos se sientan al sol, ociosos.
    Y los hijos e hijas de estas personas, perpetuando esos roles ya desde la infancia. Porque el valor de ellos es haber nacido hombre, y la desgracia de ellas es haber nacido mujer. Nada que tenga que ver con su auténtica valía.
    Y eso no es tolerable, no deberíamos consentirlo.
    Así que sí, situaciones como la de tu artículo, tienen consecuencias en las mujeres que corremos el riesgo de que nuestras hijas (y nuestros hijos) tengan que defender las libertades y los derechos mínimos, los que, en Europa, se daban por conquistados.
    Quizá sea racismo, puede ser. Yo le llamo temor a lo que está por venir.

    1. Considero que no es racismo, Sara, al fin y al cabo, el islam no es una raza, sino una serie de leyes misóginas para beneficio de los hombres. Yo creo que es abrir los ojos a lo que ves, permitirte observar sin hacer caso a lo que dicen que debes ver. Ver las cosas por lo que son es una liberación… y puede ser una carga que te traiga problemas. Pero compensa por la libertad que se siente, creo.
      Coincido plenamente contigo, deberíamos tener miedo a lo que está por venir. Un abrazo.

  8. Lo que sucede es que hay concepciones del mundo y de las personas que lo habitamos con frecuencia incompatibles.

    El artículo 14 de nuestra Constitución dice claramente: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Ya sabemos que en realidad, algunas de estas cosas no se cumplen. Pero como marco legal ahí está: para cumplirlo.
    Por otro lado nuestro ordenamiento jurídico condena por delito de violencia de género a los varones que agredan de distintas formas a sus parejas, exparejas, familiares; es la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. etc: https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2004-21760.

    Sin embargo, en la ley islámica basada en El Corán (ojo, El Corán no es únicamente un libro religioso; para ellos es la LEY), en la sura 34:4 se dice claramente que A) el varón es superior a la mujer y B) que si la mujer es díscola o desobedece o lo que sea que importune al varón, entra en la competencia de ese hombre el propinarle golpes.

    Ambas perspectivas sobre estos dos asuntos concretos son absolutamente irreconciliables y nuestras sociedades no pueden doblegarse ante semejante barbaridad fascista. Y las mujeres menos aun.

    1. Completamente irreconciliables. El islam es la misoginia más salvaje hecha ley, cuánto antes lo reconozcamos, mejor para las mujeres, TODAS LAS MUJERES.

  9. Estoy de acuerdo contigo en casi todo, entiendo y respeto tu posición, pero creo que es errado tener las mismas expectativas de un hombre que de otro. A ver si me explico bien, está la decencia básica y humanidad y considerar a las mujeres personas con dignidad y no objetos que es una expectativa que hay que tener del 100% de los hombres. Punto. Pero me refiero a esperar el mismo comportamiento social de un europeo medio cómodo en su casa que de un migrante pasando frío y hambre en europa teniendo en cuenta que el motivo de no estar en su casa radica en la explotación europea. No voy a defender el comportamiento incívico de nadie, puedo analizarlo y entenderlo y encontrar soluciones si puedo (es parte de mi trabajo), pero no lo excuso. Pero creo que poner el mismo baremo de expectativa ni es justo ni soluciona nada, es más, resulta en unos quedándose supercómodos en el «podía ser peor, confórmate» y otros «pues como ya soy la mierda y parece que no puedo mejorar, voy a ser peor». Muy resumido, muy sin profundizar nada. Y en constancia de que en mi línea de trabajo veo mucho del lado iscuro del mundo, más para mujeres siempre, pero también mucho para hombres.

    1. Estoy bastante de acuerdo contigo: si yo, por las circunstancias de la vida, me veo en una situación en la que tengo (y digo tengo) que emigrar a otro país, antes me uno a los okupas del teatro que congelarme en las calles de París.
      Lo que no podemos hacer es disculpar comportamientos antisociales gratuitos porque son de otra cultura. Sin meterme en cosas gordas: si veo que los del país no se pelean a gritos por la calle, intento hacer lo mismo. Si veo que no se cuelan en la parada del bus, lo mismo.

      1. Recuerdo que leí hace tiempo que antaño los inmigrantes que llegaban a EEUU estaban deseosos de integrarse, de ser iguales a los que vivían allí, seguir las mismas costumbres y tal, pero que de un tiempo a esta parte ese orgullo de querer pertenecer al país que te acoge se ha ido erosionando. Ya es mucho más común la exigencia de que se tiene que respetar la diferencia de costumbres, incluso aunque implique que no se respeten los derechos de mujeres y niños en la comunidad inmigrante. No sé el porqué de este cambio. Me parece además de caraduras: me voy de mi país porque no tengo trabajo o porvenir o me persiguen, pero ojito en Occidente exijo no integrarme y que las costumbres que traigo de fuera y chocan con las leyes de aquí me las respeten.
        Obviamente no pasa así en la mayoría de los casos, pero parece que el fenómeno va creciendo.
        Tampoco quiero excusar a nadie:en Occidente se han cometido delitos terribles contra minorías que ya vivían en el territorio o que han venido después en pro de una mal llamada «integración», las cosas como son. Pero lo curioso es que los que más protestan contra los «blancos» y su racismo son los nietos de los primeros inmigrantes, los que nunca han conocido los países de origen de sus abuelos más que de vacaciones (o aún ni eso) y que disfrutan de los sistemas de protección social que sus abuelos inmigrantes ni soñaron.

      2. Justo lo hablaba hoy con una amiga, hija de inmigrantes, y es exactamente como dices. Antes había una intención de integrarse, de adaptarse.

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