Mario Alcalde, un madrileño de 31 años, que trabaja en el aeropuerto de Barajas cargando y descargando aviones, sale del armario como el primer matador pansexual de la historia LGBTI.
Según la RAE, un pansexual siente atracción sexual hacia cualquier individuo u objeto.
En declaraciones a El Mundo, Alcalde explica “Me enamoro del interior, no me importa el género. Soy pansexual. Me siento identificado con la bandera LGTBI”.
En abril de 2023 debutó en Las Ventas, la plaza más importante del mundo, y su debut acabó en una fractura de clavícula y una luxación de hombro. Pasó su recuperación en el hospital envuelto en una bandera arcoíris que tenía el lema Peña Taurina LGBTI Mario Alcalde.
Sus lesiones no le impidieron volar a Nepal para pasar una semana en el monasterio budista de Ko Jopan. “Viajé con el capote. Conocí a un maestro budista con el que compartí ideas. Al verme torear con el capote dijo que los movimientos parecían una danza ritual”.
Alcalde no quiere contar qué hizo en Nepal: “Digamos que no puede decirse. Estuve buscándome. Me cambió como persona. Pasaron cosas que sólo las conocen quienes tienen más confianza conmigo. Cuando llegué a Katmandú, mi intención era dejar el toreo”.
Lo publica el Mundo. Un asesino de toros woke. Otra prueba más de la diversidad disidente transgresora rebelde way. 🏳️🌈🏳️⚧️ https://t.co/hvH0xEpgzB
— Janice Greer (@JaniceGreerRad) January 21, 2024
Alcalde tomó la alternativa en Las Ventas, en septiembre del 2023. Encargó unas banderillas con los colores de la bandera LGBTI, pero en el último momento decidió no usarlas. “Habrá que ponerlas algún día. Me apetece hacerlo. No hay ninguna idea detrás ni estrategia. Las tengo preparadas para cuando me apetezca”. “El siguiente paso es ponerlas. Pero para ponerlas hay que torear”. Y no lo ve muy claro: Busca una oportunidad, pero presiente que no estará en los carteles: “Es muy triste que para poner a un torero, y además de Madrid, te pidan más papeles que para solicitar una hipoteca”.
Alcalde quiere organizar una peña taurina en un bar de Chueca, un barrio muy popular con la comunidad LGBTI++. “La verdad es que todos los gais son antitaurinos. Pero qué bonito es cuando confiesas quién eres y, después de conocerte, lo ven de una manera diferente. “Soy matador de toros”, les digo, y cambian su opinión”.
Por el momento, no quiere llamar la atención sobre el bar. “Tengo que hacer cosas para que ellos empiecen a hacer cosas. Irán a verme torear. Al principio, son personas supercerradas. Hay demasiada incultura. No se sabe qué es el toreo”.
Los toreros son conocidos por sus supersticiones, pero él dice no tener muchas. “Hay gente que no me transmite buenas sensaciones. El aura, no sé, la cara, sus vibraciones. Alguna vez, en el hotel, antes de vestirme de torero, le he pedido a alguien que se marchara”. Añade: “El toro me da mucha energía. Es mi dios. Mi religión”.
En cuanto tiene unos días libres, se va a una casa en la Sierra de Gredos. “Allí, rodeado de hippies, me paso el día toreando, nadando o paseando”, cuenta.
No quiere hablar de sus gustos políticos: “Los artistas no deben hablar de política. No tenemos ninguna necesidad”.
Afirma ser diferente al estereotipo de los toreros, ya que él se considera “un torero que va a su aire”. Le gusta “la vida normal, los cigarrillos de liar y unas deportivas cómodas”.
Acerca de su pansexualidad, dice: “No sé cómo reaccionarán las plazas. No creo que me rechacen. En realidad, los aficionados somos liberales. Yo voy a mi aire. Me da igual lo que piensen los demás. Para eso trabajo en el aeropuerto. Por tener más seguridad en mi independencia”.
A Alcalde le gustaría vivir del toreo, pero hoy todavía no puede. Además de cargar y descargar aviones, ayuda a su padre en la empresa familiar. Vive con sus padres en un barrio de Madrid. “No vivo de nadie”, insiste.
Aunque legal en la mayor parte de España (excepto en las Islas Canarias), muchas ciudades a lo largo y ancho del país han prohibido esta práctica salvaje. Según una encuesta de 2016, sólo el 19% de los ciudadanos españoles están a favor del toreo.
Una versión más corta de este artículo fue publicada en inglés en The Publica