Me senté a escribir algo sobre mi experiencia en FiliA y me di cuenta de que no tengo ni idea de la cronología de los hechos, ni muchas veces de quién estaba en los hechos. Como reportera, soy un fracaso. Me recuerda al 8M en Madrid, que sólo saqué una vez el teléfono para hacer un selfi con Mariana. Luego lo volví al bolsillo y me dediqué a vivir en el momento (y a buscar a mi hermana, que tiende a la dispersión geográfica).

Así que, que salga lo que sea y en cualquier orden, viva el batiburrillo y el desorden mental. Lo que sí anticipo es dejar caer muchos nombres, os aviso de antemano, porque esto va de mujeres.

Comienzo

El día antes de coger el avión a Glasgow, Zoom de emergencia: los transos se habían chivado a Platform, el espacio para eventos que estaba contratado desde hace casi un año, de que éramos unas tránsfobas, y el local había cancelado la conferencia 12 horas antes de que fuéramos a montarla. Imaginaos, casi 1.500 mujeres con las entradas compradas, hoteles reservados y billetes de avión no reembolsables. Mujeres que venían de países tan remotos como Congo, Irán o Afganistán. O exóticos, como Suiza.

Pusieron el asunto en manos de los abogados y yo cogí el avión al día siguiente sin saber si la conferencia iba a tener lugar o no, pero pensando, si no se hace, pasar cuatro días en Glasgow es un buen plan B. Me enteré al llegar, el mediodía del jueves, de que la presión de los abogados había surtido efecto y sí se iba a celebrar. El problema ahora era el grado de furia trans que Team Mermados™️ iba a mostrar en la protesta que habían convocado por Instagram.

Reflexionemos un momento sobre el hecho de que FiliA no pudo revelar el sitio exacto de la conferencia hasta el último momento posible por razones de seguridad.

Yo estaba en el equipo de Inscripción: el mostrador justo a la entrada y por el que tienen que pasar todas para que podamos inscribirlas y darles los pases. El viernes por la mañana abrimos las puertas un poco preocupadas por la que nos iba a caer: Escocia es conocida por cumplir todos los caprichos de los transos, así que no sabíamos qué esperar de la policía, completamente capturada por el culto trans.

Alrededor de las 8 de la mañana empezó a aparecer gente con banderitas, pancartas y algunos con falta de ducha. Pero el plato fuerte fue un drag queen, cabaretero y sireno al que ya hemos dedicado palabras de reconocimiento en Reduxx, que empezó a gritar “que os den por culo” a las mujeres que hacían cola para entrar. La reacción de las asistentes fue variada: algunas se rieron, muchas nos hicimos selfis y el grupo de nigerianas del equipo de seguridad salió a bailar al son de la música que salía de sus altavoces.

He de decir que nunca más supimos de ellos. Hasta el Primer Queerministro de Escocia les tiró de las orejas. No por su misoginia, entendámonos, sino porque quedaba mal ver a hombres gritar improperios delante de las cámaras a mujeres que han sufrido abusos sexuales, violencia machista y mutilación genital femenina.

Dentro, el ambiente era bullicioso y expectante. Muchas ya se conocían en persona, otras sólo por las redes sociales, había presentaciones, abrazos y risas. Mujeres solas y en grupos. Asociaciones feministas. El local era muy especial, como calles subterráneas, con unos arcos de ladrillo gigantes separando espacios. Quizá no el más adecuado en lo que a la acústica se refiere, porque el sonido del arco principal impedía oír las ponentes en los otros, pero un acierto en cuanto a estética, tamaño y comodidad.

Conferencias

Asistí a Los Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres, presentada por Mara Ricoy Olariaga, donde tuve el placer de conocer y escuchar a Ascensión Gómez López, que me emocionó, me enfureció y me hizo reír y pensar (y que da unos abrazos excelentes, 9’5). Emma Milne, Elaine Miller, Sohier Elneil, Ágnes Geréb y Anna Zobnina, cada una en su especialidad, una maravilla. Ágnes dijo algo que no sé cómo interpretar, pero que entendí como que no estaba a favor del aborto, pero puede ser su inglés o mis entendederas.

Vaishnavi Sundar hace películas muy duras pero con sensibilidad, no necesita morbo para hacernos entender lo que quiere decir. Es magnífica, no tengo otra palabra. Está intentando recaudar fondos para acabar su último proyecto, una película sobre las mujeres e hijas-os de esos hombres con fetiches y una querencia desmedida al porno que dicen ser trans. Os dejo el enlace aquí, por si queréis ayudar. También podéis comprar merch, un porcentaje va para el proyecto. Por experiencia os digo que sus camisetas son estupendas.

Cathy Devine, Selina Todd, Lisa Mackenzie y Alice Sullivan excelentes en el panel de Influenciar Políticas y Opiniones. Cada una tiene una historia diferente, pero tan parecida en lo que a los daños del generismo se refiere.

Annie George leyó parte de su última obra de teatro y pasé toda la actuación con piel de gallina. Jenny Lindsay es poeta, escritora y actriz, y es increíble. Lee sus poemas de una forma que te engancha, fue cancelada por terf y jura mucho, me fascina. Fue una pena que Magi Gibson y Sonia Douglas no pudieran asistir, tengo debilidad por ambas. Por cierto, las tres últimas y nuestra Mara aparecen en esta maravilla de libro: un recopilatorio de poesías feministas.

El domingo a las 11 de la mañana tuvimos la aparición estelar de JK Rowling, en el escenario hablando con Julie Bindel y Claire Heuchan. El panel de soft terfs, vaya. Puede que JK haya conseguido el mayor número de peaktrans del mundo, no me sorprendería nada que así fuera, pero no entiendo que siga hablando de «mujeres trans», como si tal cosa existiera, y sabiendo mejor que nadie la importancia del lenguaje. Cito textualmente: «Siento una profunda simpatía por las mujeres trans que han sufrido violencia masculina. Quiero que las personas trans estén seguras. No quiero que las mujeres y las niñas estén menos seguras». Ese discurso, de la terfa más famosa del mundo, hace mucho daño al feminismo y no entiendo que no lo entienda. ¿Cómo puede decir, en la conferencia feminista más importante del planeta, que hay un tipo de mujeres que son hombres con fetiches? Tampoco estoy de acuerdo con las dos primeras partes de su famosa cita «Vístete como quieras. Llámate como quieras. Acuéstate con cualquier adulto que te acepte. Vive tu mejor vida en paz y seguridad. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar su trabajo por afirmar que el sexo es real?». No quiero ser cansina, lo explico aquí más o menos.

Estoy respirando el mismo aire que @jk_rowling , lo que nos convierte en íntimas, atmosféricamente hablando.#FiLiA2023 pic.twitter.com/MB9xiGmv5a

— NuriaSalagre (@SalagreEnSuiza) October 15, 2023

Julie Bindel cree en el trutrans, esa criatura mitológica que consiguió cambiar de sexo, y nunca olvidaré la entrevista que le hizo Paris Lees, transo, a la sazón: «¿Las mujeres que salen con mujeres trans, son lesbianas?». A lo que el dechado de feminismo y periodista responde: «Sí».

Y el nombramiento de Claire Heuchan como fideicomisaria de FiliA generó muchísimas críticas, la mía entre ellas: es una mujer con un don indudable, el de dividir a las feministas. Me parece que causa discordia, y no digo cosas así de mujeres a la ligera.

Por cierto, se nos pidió que no grabáramos, fotos sí, video no. Pensé, mujer de poca fe que soy, ya veremos cuántas grabaciones salen más tarde y, para mi sorpresa, aún no he visto ninguna. Éramos unas 1.000 mujeres, todas con un móvil, y ninguna grabó a JK Rowling, me quito el sombrero.

Comida

Como voluntaria de FiliA, comes más bocadillos de pan blandengue que un británico sin tostadora, así que me prometí regalarme un plato especial cuando el barullo de la conferencia se acabara: Fish & Chips, porque una es elegante y entiende de comida étnica. Si estáis en Glasgow, evitad el Blue Lagoon a toda costa, es aún peor que el Fish & Chips que me metí entre pecho y espalda en el Wetherspoon’s de Cardiff con Ana Julia al acabar FiliA 2022.

Recomiendo, en cambio, el del aeropuerto. Estoy empezando a pensar que tengo una fijación mala con la fritanga.

Cotilleo

El sábado por la tarde, después de la manifestación contra la explotación reproductiva, volvimos al local para la fiesta. Dejemos clara una cosa: no me gustan las fiestas, huyo de ellas como de la peste. Pero como mi espíritu solidario no tiene parangón a este lado de los Alpes, me ofrecí para quedarme en el mostrador de recepción para que las otras pudieran ir. Me salió rana la jugada, porque la corriente a la que llevaba expuesta ya dos días me había paralizado los músculos de los hombros y de la mitad de la espalda y del extranjero. Me mandaron, con viento fresco (!) a buscar a alguna voluntaria que me diera un masaje. La encontré en dos minutos, B, a la que había conocido el día anterior y a la que le había traducido algunos artículos. Nos acomodamos en uno de los arcos fuera de la discoteca, donde la música no era demasiado alta, con otras mujeres hablando en grupitos. Cuando empezaba a flaquear, apareció una espontánea que tomó las riendas, y entre las dos, por fin pude mover la cabeza.
Pero a lo que iba, al final del masaje, aparece Aja a saludar a B. Venía de la fiesta privada de JK Rowling. Resulta que invitó a las delegadas de la clase, como son conocidas, a una fiesta paralela. Y qué queréis que os diga, no me gustó, me pareció poco elegante. Anda que no tiene dinero para montarse un guateque cuando le dé la gana, mandarles el billete de avión y reservarles un hotel, si quiere. Pero hacerlo al mismo tiempo que la fiesta para todas, dejó claro que todas somos iguales, pero algunas son más iguales que otras.

Y no incluyo a Aja en las delegadas ni soft tefs, que sigo su activismo, y para prueba, el hecho de que allí estaba, cuando creo que la fiesta chez JK aún no se había acabado.

Compras

Camisetas. Camisetas por un tubo. Todas terfas. Y libros, tantos como me cupieron en la mochila, que no quise facturar maleta. De hecho, contentísima con el autografiado de Hibo Wardere, quién por cierto, da abrazos de 10, sorry Ascensión.

Compañía

Conocí a muchas mujeres, algunas de casualidad en el hotel. Una alemana en el ascensor con el nuevo libro de JK, nos miramos, nos arremangamos el jersey para enseñarnos el brazalete de FiliA y nos guiñamos el ojo.

Sally es una profesora universitaria del sur de Inglaterra con la que compartí dos desayunos de hotel. Dice que ahora que su hija pequeña ya está en la uni, puede dejar su trabajo y dedicarse al activismo y por fin respirar, porque no podía hablar del tema por miedo a que la despidieran.

Mi amiga suiza, que todavía está en el armario terf por miedo a perder su trabajo, y es madre soltera de adolescente, no se lo puede permitir. Sus amigas alemanas están fuera, por lo menos, pero una está embarazada de una niña y tiene miedo del futuro que le espera.

Por cierto, el hotel venía con transo, porque Escocia. Un chico de pelo largo, con faldas y a lo loco, que parece que se está dejando crecer las tetas, según la mirada incisiva de Ms Lovefield, que es una degenerada y le mira el escote a los hombres.

Contingente español

Lo mejor fue conocerlas a ellas. Me encanta la cuenta de Ms Lovefield desde siempre, pero no sabía nada de ella, menos mal que oyó que yo iba y me mandó un mensaje. Por pura casualidad, habíamos escogido el mismo hotel, éramos incluso vecinas de piso, así que nos vimos bastante. Es de esas mujeres con las que encuentras una afinidad inmediata y con las que puedes hablar horas y horas.

Si necesitáis a alguien con una mente super clara, Nor es vuestra mujer. Qué placer hablar con ella de política y qué inteligencia más aguda e incisiva. Espero volver a verla.

Por fin conocí a Cristina, Ana y Elena. Hablamos de cosas serias, pero también nos reimos un montón, disfruté tanto de su pasión, inteligencia y sentido del humor.

Pongo a Raquel Rosario aquí porque, aunque no es española, la lengua nos une. Comimos juntas, y tiene el don de convertir la narración de una reunión de trabajo en una telenovela entera.

Colección de fotos

Empazando con Liane, Sheila Jeffreys, Hibo Wardere, Vaishnavi Sundar, dr Em y Aja. El día que le limpie la lente al teléfono, os vais a enterar.

Cosas de hombres

Este es el paisaje desde la ventana de la habitación de mi hotel. Un hombre en calzoncillos azul marino con rebordes blancos se levantó, abrió las cortinas, se desperezó y se espatarró en la silla. Cuando volví de desayunar se conoce que se había dado una ducha, porque los gayumbos eran diferentes. Demostró la misma querencia al vodevil picaresco de antes, porque se escondía detrás de la cortina y hacía amagos de cerrarla, para luego exhibirse en toda su magnificencia. Ah, esa libertad de saber que aunque salgas ligerillo de ropa, ninguna mujer te va a acosar o violar.

Cómo es Glasgow?

Pues, primeras y últimas impresiones, muy sucio. Vale que vivo en Suiza, pero mi Galicia natal tampoco está así, ni de lejos. Volé a Edimburgo y cogí un autobús para ir a Glasgow, las cunetas de la autopista me dejaron estupefacta. Lo poco que vi de la ciudad está cubierto de caca de paloma, hay comida y basura por todos lados, baches, agujeros mal parcheados en las aceras. Un olor frecuente a marihuana, ya sé que esto es algo personal, pero es que el Eau de Porro no me gusta nada.

Pero. La arquitectura te quita la respiración, y la gente es súper amable. Da la impresión de ser una ciudad olvidada por su gobierno, y es una pena, porque puede ser, y es a trozos, preciosa.

Consideraciones

De FiliA, además de energía e inspiración, camisetas y libros, traje un catarro. No esperéis un milagro literario.

Seguro que no os habéis dado cuenta de que todos los apartados empiezan por Co. No sé ni para qué me molesto, de verdad.

Y lo último: Haceos un favor y pasad más tiempo con mujeres. Son la hostia.