Una prisionera ha descrito su terrible experiencia a manos de un «transgénero» que abusó sexualmente de reclusas durante su reino de terror de 3 meses en una cárcel para mujeres.
Renunciando a su anonimato en una entrevista con The Mail on Sunday, Cheryle Kempton es la primera víctima en hablar con la esperanza de poder evitar que otras mujeres tengan que padecer un destino similar.
Y en un relato impactante, Cheryle, de 45 años, revela que fue una de las cuatro víctimas del depredador sexual Karen White, quien fue enviado a la cárcel a pesar de no haberse operando ni recibido tratamiento hormonal.
White, de 56 años, fue enviado a HMP New Hall, que alberga a 360 mujeres, a pesar de ser un pedófilo convicto en prisión preventiva por lesiones corporales graves, violaciones múltiples y otros delitos sexuales contra mujeres.
Anoche, Cheryle le dijo al Ministerio de Seguridad: «Esto nunca debe permitirse que vuelva a suceder. Independientemente de lo que la gente haya hecho, la prisión debe ser un espacio seguro».
Ella cree que White, nacido Stephen Wood, fingió ser transgénero con el único propósito de acosar a mujeres vulnerables y se aprovechó de la nueva legislación que permite a hombres que «viven como mujeres» cumplir condena en prisiones femeninas.
«Tenía privilegios especiales para comprar maquillaje en ciertos sitios como Asos (empresa británica online de moda y cosméticos) y se le permitió usar Internet para comprar pelucas», dijo Cheryle. «Nunca se nos permitió a nosotras eso, entonces, ¿por qué a «ella»?»
Bajo nuevas normas, los jueces ahora deben considerar obligar a las presuntas víctimas de delitos sexuales a referirse a los acusados transgénero por el género que desean, así como mantener sus nombres anteriores en secreto.
Las decisiones sobre dónde poner a los reclusos como White son tomadas inicialmente por una junta local de casos transgénero compuesta por gerentes de prisiones y psicólogos. En este caso, los crímenes anteriores de White no fueron tomados en cuenta.
Cheryle dice que nunca olvidará la cálida tarde de septiembre de 2017 cuando White caminó por el patio de ejercicios en la cárcel cerca de Wakefield, West Yorkshire, y le preguntó si podía pedir prestado un poco de aceite para su cigarrillo electrónico.
A ninguna de las mujeres se les avisó de que White era un hombre que se identificaba como mujer. Con su 1’82 m, le saca una cabeza a sus compañeras de prisión que le preguntaron por qué llevaba una peluca larga rubia barata y ropa «desaliñada». White se negó a entablar conversación, simplemente respondió: «Soy una mujer».
Cheryle dijo: «Siempre venía con maquillaje completo, pero no se aplicaba la base correctamente. Todas estábamos un poco sorprendidas por lo grande que era. Le di el aceite de vapear y tuvimos una charla de cinco minutos acerca de por qué estaba allí. No quería encajar, era solo un disfraz, un acto. Tampoco hablaba como una mujer. Su voz era muy, muy profunda y machuna. Si quisieras ser mujer, tratarías de hacer la voz más suave, pero a «ella» no le importaba».
En ese momento, Cheryle, que quedó atrapada en un ciclo de delitos debido a su adicción a las drogas, estaba casi a la mitad de una sentencia por robo.
Después de su primer encuentro, se le dio la tarea de ser mentora de White en el taller de costura.
Al principio, los dos entablaron una amistad, pero a los tres días, cuando estaban solos en el taller, White exigió toscamente que Cheryle, madre de dos hijos, realizara un acto sexual.
«Solo dije: ‘Pensé que eras una mujer’, a lo que «ella» respondió: ‘Sí, pero todavía tengo pene'», recordó Cheryle. «Luego me dijo que funcionaría si no tomaba las pastillas [hormonas] durante seis semanas».
White luego se jactó de que estaba escondiendo el medicamento entre su encía y el labio para dar la ilusión de que lo estaba tomando. Se cree que el delincuente sexual ha estado en terapia hormonal que reduciría su testosterona y su deseo sexual, lo que hace casi imposible que se excite. Sin embargo, si se suspende el medicamento, el cuerpo comenzará a producirlo naturalmente nuevamente.
White luego se acercó descaradamente y manoseó el seno izquierdo de Cheryle, antes de decir que se había sometido a implantes de pecho.
«Fue repugnante. Yo llevaba un sujetador acolchado y «ella» quería sentirlo», dijo Cheryle. «Lo apretó con fuerza, y dijo: ‘Oh, mira, no son reales’. Le dije que no me tocara’.
Cheryle dice que un oficial de prisiones le pidió que presentara una queja formal sobre White, pero se negó y ahora se arrepiente. «En aquel momento la verdad es que no le di mucha importancia», dijo. «Pensé que estaba a salvo y ella solo estaba probando suerte. No la miré en ese momento y pensé: ‘¿Está aquí para aprovecharse de las mujeres?’ ‘
Sin embargo, Cheryle no tuvo dudas sobre las intenciones de White quince días después cuando se apretó contra ella mientras hacía cola para el baño del taller.
«»Ella» me empujó por detrás y pude sentir que estaba excitada», dijo Cheryle. «Me enfureció. «Ella» me susurraba: ‘Sabes que lo quieres’. ‘
Al día siguiente, White agarró la mano de Cheryle y se la puso en la entrepierna. «Ella me agarró del brazo con tanta fuerza, sin decir una palabra. Me congelé ya que estaba en estado de shock, pero luego me enfurecí y agarré un par de tijeras.
«Tuvieron que sacarme de allí a rastras y «ella» lo negó. Durante esa fracción de segundo «ella» tuvo poder sobre mí y estoy furiosa conmigo misma por permitir eso, ya que no soy ese tipo de persona. Solo pensé: ‘Monstruo asqueroso’. ‘
Poco después, Cheryle descubrió que White había agredido sexualmente a otra reclusa.
«Karen había tratado de violar a una reclusa con la que se había hecho amiga, y otra prisionera había entrado y lo había visto y logró sacarla», recordó.
«Habían entablado una amistad y ella [la víctima] pensó que había sentimientos reales ya que era vulnerable. Me dijo que pensaba que Karen era buena. Cuando te están haciendo grooming así, no crees que están abusando de ti.
«Karen la atrajo comprándole cosas. «Ella» sabía exactamente lo que estaba haciendo. Fue entonces cuando Karen fue puesta en aislamiento».
Fue en este punto que Cheryle decidió hacer una queja formal y descubrió que otras habían tenido experiencias similares.
White fue trasladado apresuradamente a HMP Armley, una prisión exclusivamente masculina en Leeds, mientras la policía investigaba.
No todas en la cárcel de New Hall sabían que White había nacido hombre, lo que provocó un escándalo entre las reclusas a medida que se corría la voz.
«Sentimos que habían protegido a Karen en vez de a nosotras», dijo Cheryle. «Todas las mujeres en prisión son vulnerables».
White hizo que incluso las criminales más endurecidas se sintieran incómodas con sus insinuaciones sexuales, que al principio disfrazaba de «bromas».
«Todas sus conversaciones eran sobre sexo», recordó Cheryle. «Me sentía vulnerable e incómoda en su presencia. Y todas nos sentimos así, incluso las más duras de entre nosotras.
«Tenía un cuerpo varonil. Es solo la naturaleza humana que los hombres son más fuertes que nosotros. Y todos sabíamos que Karen era más fuerte que nosotros. Si nos coge, nos domina».
Por lo menos se exigía que White se duchara solo. También tenía una celda individual y no se le permitía compartir.
Pronto surgió una rima entre los reclusos: «Cuidado con White, ella te va a asustar».
Pero, para Cheryle, esa rima frivolizaba una situación espantosa: «Karen White fingió ser transgénero para abusar de las mujeres y las autoridades le permitieron agredirnos y aprovecharse de nosotras».
Las declaraciones de Cheryle forman parte del caso del Servicio de la Fiscalía de la Corona contra White, donde admitió dos agresiones sexuales a prisioneras en el Tribunal de la Corona de Leeds en octubre de 2018.
Un juez, que describió a White como un «depredador», ordenó que los dos cargos restantes, incluido el asalto a Cheryle, quedaran en el expediente. White también fue condenado por herir y violar a otras dos mujeres fuera de la cárcel.
El fiscal Chris Dunn lo describió como «una supuesta mujer transgénero» que usó su «persona transgénero para ponerse en contacto con personas vulnerables» de las que luego podría abusar. El Ministerio de Justicia se disculpó por trasladar a White a New Hall, diciendo que su historial anterior de ofensas no había sido tenido en cuenta.
A pesar del escándalo, recientemente se han hecho revisiones al «manual judicial de igualdad», una guía oficial de 540 páginas para jueces, que da instrucciones para referirse a los violadores por el género que han elegido para sí mismos.
Cheryle dijo: «No les importan las víctimas. ¿No deberían ser ellas los que tienen la palabra de cómo llamar a su atacante? Si la persona es capaz de penetrarte, entonces es un hombre».
White, de Manchester, ahora cumple cadena perpetua en HMP Wakefield, que alberga a 750 de los hombres más peligrosos de Gran Bretaña.