El proyecto de exponer a criaturas de tan solo tres y cuatro años a temas relacionados con la sexualidad y el género ha cobrado impulso en los últimos años. Una y otra vez, los empresarios de identidad de género declaran que nunca es demasiado pronto para hablar con la infancia sobre estos temas. Interpretan continuamente el comportamiento de las criaturas a través del prisma de una narrativa adulta. Quieren «educar», es decir, adoctrinar, a los niños pequeños para que interpreten sus sentimientos de acuerdo con lo que se describe como una perspectiva «inclusiva» y «de género fluido».
Los fanáticos de la identidad de género están constantemente atacando a los niños con propaganda que se disfraza de investigación desinteresada. La organización de apoyo al colectivo LGBT Stonewall llega hasta insistir en que la evidencia muestra «que los niños de tan solo dos años reconocen su identidad trans». Al impulsar esta investigación fantasiosa, Stonewall espera transformar la forma en que las guarderías socializan a los niños pequeños.
Stonewall se queja de que «muchas guarderías y escuelas enseñan una comprensión binaria del género preasignado». Afirma que «la educación inclusiva y afirmativa LGBTQ es crucial para el bienestar de todos los jóvenes». En otras palabras, se opone a que una guardería trate a los que están a su cuidado como niños y niñas. El objetivo de Stonewall es abolir la antigua práctica de tratar a los niños de acuerdo con su sexo biológico, en favor de asignarles el estatus de entidades neutrales y no binarias.
En el universo paralelo habitado por Stonewall, los niños pequeños están ocupados cultivando su identidad trans. En épocas anteriores, lo absurdo de representar a niños de dos años de esta manera provocaría incredulidad y burla. Sin embargo, sectores de la sociedad contemporánea se han tragado la propaganda de género. Muchos en posiciones de autoridad parecen haber perdido de vista la distinción entre la infancia y la edad adulta.
El proyecto de separar a los niños de su sexo biológico es promovido agresivamente por proyectos como Drag Queen Story Hour, que está dirigido a niños de primaria y actualmente está de gira por bibliotecas del Reino Unido. El objetivo de estas sesiones no es tanto cultivar el amor por la lectura como promover el dogma del transgenerismo.
El movimiento Drag Queen Story Hour comenzó en Estados Unidos en 2015. Su objetivo es promover los «referentes queer» y la «fluidez de género de la infancia». Según el fundador de la versión británica de este movimiento, las historias que cuentan los drag queens «celebran la diversidad que se encuentra entre los seres humanos, y la presentación de estas historias es una celebración de las comunidades que han sido históricamente marginadas y que han visto sus voces silenciadas históricamente».
Los partidarios del movimiento argumentan que las «actuaciones son muy similares a las pantomimas, excepto que están explícitamente centradas en la alfabetización y apoyan la inclusión en las comunidades y el interés en la lectura». Pero la única similitud que tienen estas actuaciones con las pantomimas es que en ambas participa un hombre disfrazado de mujer. A diferencia de Drag Queen Story Hour, las pantomimas no tienen otro motivo que el de entretener a la audiencia. Tampoco las pantomimas son explícitamente adultas y de naturaleza sexual, como suelen ser los espectáculos de drag. La pantomima es un formato que está enteramente dedicado al entretenimiento. Drag Queen Story Hour, por el contrario, tiene como objetivo comunicar un mensaje político.
Los defensores de Drag Queen Story Hour saben que muchos padres son reacios a exponer a sus hijos a estos activistas políticos disfrazados de cuentacuentos. En las últimas semanas, ha habido numerosas protestas en las bibliotecas que celebran estos eventos por parte de padres y otros adultos preocupados. En respuesta a estas protestas, los partidarios de Drag Queen Story Hour han adoptado esta táctica de desviar cualquier preocupación, pretendiendo (aquí artículo traducido al español) que estas actuaciones son como pantomimas.
Recientemente, el organismo nacional Libraries Connected organizó un seminario web para que el personal de la biblioteca compartiera consejos sobre la «gestión de eventos polémicos». A los más de 100 bibliotecarios que participaron en este seminario web se les dijo cómo manejar a los padres enojados preocupados por la sexualización de sus hijos a través de eventos drag. Según se informa, uno de los ponentes sugirió que los padres y los manifestantes podrían ser engañados si el término drag queen fuera reemplazado por dama de pantomima. El bibliotecario en cuestión, de Cheshire West y Chester, dijo en el seminario web que «siempre hemos dicho dama de pantomima porque no queremos manifestantes a las puertas».
Si grupos de padres no hubieran protestado contra Drag Queen Story Hour en las últimas semanas, su campaña de adoctrinamiento habría pasado desapercibida en el Reino Unido. Incluso ahora, la mayoría de la gente no es consciente de lo que está sucediendo en las bibliotecas y en algunas escuelas. Por eso es tan importante que el público se entere de lo que está en juego.
Si continuamos alentando a la infancia a cultivar su identidad de género, los condenaremos a una vida de confusión y a un estado de crisis de identidad permanente. Los padres deben tener el coraje de defender a sus hijos y protegerlos de estos empresarios de género. Necesitamos enviarles un mensaje: dejad a los niños en paz y dejad que los niños sean niños.