Los anteriores intentos de los políticos de adoptar un término legal han sido tachados de afrenta a la libertad de expresión
Los laboristas están considerando adoptar una polémica definición de islamofobia, a pesar de las advertencias de que podría perjudicar la libertad de expresión, según revela The Telegraph.
El primer ministro, Sir Keir Starmer, y su viceprimera ministra, Angela Rayner, están sopesando una «serie de opiniones» sobre la conveniencia de introducir una descripción consensuada de los prejuicios antimusulmanes.
Una definición de islamofobia no sería jurídicamente vinculante, pero se instaría a las organizaciones a adoptarla de forma similar a la definición de antisemitismo aceptada bajo el mandato de Theresa May en 2016.
Los activistas dicen que el concepto debe codificarse claramente en medio del aumento de los prejuicios hacia los musulmanes, incluidos los ataques dirigidos a mezquitas tras los asesinatos de Southport (artículo en español) la semana pasada.
Los críticos temen que pueda equivaler a una «ley contra la blasfemia» y los conservadores de alto rango han insistido en que no debe permitirse que reprima las críticas legítimas al islam.
En la oposición, los laboristas apoyaron la adopción de una definición de islamofobia, elaborada por el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos (APPG) sobre los Musulmanes Británicos, cuando Wes Streeting -actual Secretario de Sanidad- era su presidente.
La definición establece: «La islamofobia tiene sus raíces en el racismo y es un tipo de racismo que tiene como víctima las expresiones de musulmanidad o la percepción de la musulmanidad».
El departamento de la Sra Rayner, el Ministerio de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local, afirmó su compromiso de luchar contra todas las formas de odio, «incluida la islamofobia».
A la pregunta de si adoptará una definición práctica, respondió «Tendremos en cuenta una serie de puntos de vista y esbozaremos las actualizaciones sobre la posición del Gobierno en relación con esto a su debido tiempo».
La definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, aceptada en 2016, es utilizada por fuerzas policiales, jueces y empresas privadas.
Los laboristas ya han aceptado internamente la definición del APPG sobre los musulmanes británicos.
También cuenta con el respaldo de los liberaldemócratas -aunque se opusieron los tories en el Gobierno-.
«Ley contra la blasfemia por la puerta de atrás»
Lord Pickles, ex secretario de Comunidades, declaró a The Telegraph: «Una definición del odio antimusulmán o islamofobia es una muy buena idea y todo el mundo está de acuerdo en que debería hacerse».
«El problema es que no hay nada que sea realmente satisfactorio. Muchos ministros han empezado con la buena intención de hacerlo y se han encontrado completamente atascados con consecuencias inesperadas e impredecibles».
«No creo que sea imposible hacerlo, pero sí creo que será bastante difícil; sobre todo, no hay que precipitarse».
Bob Blackman, presidente del Comité 1922, dijo que hay que proteger la libertad de criticar la religión.
«Soy muy partidario de decir que hay que ilegalizar el odio antimusulmán. Existe el problema de no querer llegar a un punto en el que exista la llamada ley contra la blasfemia».
«Siempre hemos dicho que debe haber una definición de odio antimusulmán. La crítica legítima a una religión no debe considerarse fuera de la ley».
En febrero, Kemi Badenoch, secretaria de Comunidades en la oposición, dijo que el término «odio antimusulmán» era más apropiado tanto para la libertad religiosa como para la libertad de criticar la religión.
En respuesta a la redacción aceptada por los laboristas, la Sra. Badenoch añadió: «La definición de ‘islamofobia’ [que utilizan] crea una ley contra la blasfemia por la puerta de atrás si se adopta».
Insistió en que la expresión «odio antimusulmán» es «más precisa y refleja mejor la legislación británica».
También se ha criticado que la definición de islamofobia propuesta es tan amplia que sería difícil aplicarla en la práctica.
Neil Basu, un ex jefe antiterrorista del Reino Unido, advirtió en 2019 que «corre el riesgo de cerrar el debate» sobre el Islam y podría permitir a los sospechosos de terrorismo «impugnar legalmente la investigación» y socavar las leyes antiterroristas «sobre la base de que son ‘islamofóbicas'».
Los activistas laicos también afirman que una ley de este tipo confundiría la discriminación de los musulmanes con la crítica general a la teología islámica.
Downing Street declinó hacer comentarios.
2 respuestas
Otra vez el neolenguaje y la todofobia. Ya han conseguido colocar sexo/género como términos equivalentes en las instituciones; antisemitismo en sentido restrictivo aplicado al sionismo; ahora la crítica a cualquier religión,incluido el islamismo, es también fobia.
Han declarado la guerra a la inteligencia y al pensamiento crítico.
Lo has definido bien. Me espantan estos tiempos.