Las reclusas que llaman a los presos transgénero por el pronombre equivocado podrían ser castigadas con tiempo añadido a su sentencia, ha advertido el Gobierno (británico).
Referirse deliberadamente a una mujer trans como «él» puede ser una violación de la regla penitenciaria de «usar palabras o comportamientos amenazantes, abusivos o insultantes» y podría ser llevado ante un Juez Independiente, que tiene el poder de otorgar días adicionales.
La amenaza alimentará un debate sobre la política de mantener a los presos transgénero en las cárceles de mujeres. En 2019 había 34 «mujeres transgénero» que todavía eran legalmente hombres detenidos en las 12 prisiones de mujeres en Inglaterra y Gales.
El Ministro de Justicia Lord Wolfson de Tredegar avisó de la posibilidad de castigo: «Los incidentes en los que un prisionero usa pronombres incorrectos con otro prisionero se considerarán caso por caso, según la política de Procedimientos de Disciplina y las Reglas de la Prisión
«Los presos a veces pueden cometer un error de buena fe en relación con los pronombres y tomar medidas disciplinarias generalmente no sería apropiado en esas circunstancias.
Sin embargo, si un funcionario considera apropiado denunciar a un preso, puede aplicarse la norma contra el «uso de palabras o comportamientos amenazantes, abusivos o insultantes» –regla 51(20) de la prisión–.
«El juez sopesará cada incidente individualmente. La política estipula que un delito motivado por la(s) característica(s) protegida(s) de otra persona en virtud de la Ley de Igualdad de 2010 es un factor agravante y puede merecer la remisión a un Juez Independiente».
Las directrices oficiales establecen que es normalmente el gobernador de prisiones quien sopesa los casos disciplinarios, y solo se remiten a un juez independiente cuando existe la posibilidad de que se agreguen días a la sentencia, que es el castigo más severo disponible.
Bajo la política del Servicio Penitenciario, cualquier preso que haya cambiado legalmente su género, y se le haya otorgado un Certificado de Reconocimiento de Género (GRC) para probarlo, será enviado automáticamente a una cárcel apropiada para su nuevo género. Un preso que se identifica como del sexo opuesto, pero no tiene un GRC, irá a una prisión según su antiguo género legalmente reconocido, pero luego puede moverse entre los estados masculinos y femeninos después de una evaluación caso por caso. Este verano, el Tribunal Superior confirmó la política, desestimando la demanda de una prisionera que decía que eso la ponía en una situación de riesgo al tener que compartir cárcel con prisioneros que eran hombres biológicos.
Lord Wolfson agregó: «El Ministerio de Justicia y el Servicio de Prisiones y Libertad Condicional de Su Majestad están comprometidos a promover la igualdad, eliminar la discriminación, el acoso y la victimización (incluso aquella basada en la religión o las creencias de alguien o su cambio de género, según se define en las secciones 7 y 10 de la Ley de Igualdad de 2010). Así nos aseguramos de que todos los presos son tratados de manera justa y de forma que se respeten sus derechos, y los animamos a actuar con respeto y consideración hacia los demás».