Vaya montón de mier… pantalones!

Los seminarios de sensibilización transgénero impulsan una ideología sexista disfrazada de progreso.

Las empresas está pagando al activista transgénero Katie Neeves para que organice seminarios internos de concienciación trans para educar al personal sobre lo que significa ser una mujer transgénero.

En la superficie, esto parece mandar un mensaje positivo a los empleados, demostrando un compromiso con la inclusión y la igualdad. Dar voz a las minorías subrepresentadas y marginadas parece ser un intento loable por parte de los empleadores de demostrar una alianza con el grupo LGBTQ.

Pero en realidad, estas sesiones «educativas» están impulsando una ideología homofóbica y sexista disfrazada de progreso y liberalismo. La misoginia es misoginia, incluso si el misógino lleva una blusa de mujer.

Katie Neeves salió del armario como mujer transgénero a la edad de 49 años y lleva tres años afirmando que «vive como mujer» a tiempo completo (se necesita un mínimo de 2 para conseguir el GRC, certificado de cambio de «género» en el Reino Unido, inciso mío). Vivir como mujer, según Neeves, es ponerse una falda corta y botas y que los conductores de camionetas blancas se paren para dejarte cruzar la calle.

Aunque Neeves prefiere pronombres femeninos, este artículo se referirá a Neeves en masculino. Esto no es para ser maleducada, irrespetuosa o cruel con Neeves, sino para resaltar que el comportamiento que Neeves muestra al dirigir estos seminarios de concienciación trans es típico de un hombre parafílico de mediana edad.

Los pronombres pueden actuar como rohypnol. Se pueden usar para engañar a las mujeres, bajar las defensas de las mujeres, empujar los límites de las mujeres y engañar a las mujeres para que se sientan cómodas y relajadas. Los pronombres pueden animar a las mujeres a comportarse de la manera en que lo harían con otras mujeres en lugar de ser cautelosas y precavidas como lo harían con los hombres.

El sitio web de Neeves dice: «Ofrezco una visión muy personal, poderosa y auténtica de lo que es ser transgénero en el Reino Unido» y ha impartido capacitación a muchas organizaciones, incluidas Deutche Telekom, Virgin Media y Zurich Insurance.

Neeves recientemente impartió un seminario web a una gran corporación con sede en Londres como parte del mes de la historia LGBT. El evento fue anunciado como una sesión informativa y entretenida dirigida por un «embajador trans inspirador».

Es presuntuoso asumir que toda la comunidad transgénero se siente cómoda con Neeves representándolos. Neeves se ha dado a sí mismo el nombre comercial «Cool2btrans» (ser trans es cool), que es exactamente el tipo de nombre que cabe esperar de un hombre mediocre de 52 años con fetiches sexuales.

En el minuto seis de la sesión, Neeves ya está rememorando sentimientos de excitación, vergüenza y humillación después de haber sido pillado usando la ropa interior de su hermana. Habla de usar en secreto la ropa de miembros de la familia y novias hasta bien entrados los 20 años. El derecho de macho es arrogante y descarado, el consentimiento violado de las mujeres, irrelevante.

Es difícil pensar en un momento apropiado para hablar de bragas a una audiencia llena de extraños, especialmente cuando están en el trabajo, sin embargo, Neeves se las arregla para soltar la palabra alegremente a cada oportunidad. Habla de usar bragas de mujer en una primera cita, con los ojos parcialmente cerrados, los labios fruncidos con la euforia. Es incómodo de ver, y el comportamiento de Neeves sugiere que la incomodidad de la audiencia es en gran medida su intención.

Si un hombre con pintas de hombre impartiera un seminario profesional en el que hablara lascivamente sobre usar la ropa interior de su hermana sin su consentimiento, sería tildado de pervertido y rápidamente escoltado fuera del edificio.

Neeves se identifica como mujer y por lo tanto tiene a su público agarrado por los cojones. Neeves afirma ser parte de una minoría oprimida y marginada. Sentirse incómoda al ver a Neeves riendo mientras relata la vergüenza y la humillación de usar en secreto la ropa de su hermana es ser intolerante y transfóbica. Ser una buena aliada es apoyar a todas las personas LGBTQ, y Neeves sugiere que usar la ropa interior de tu hermana es el rito de iniciación de una mujer transgénero. Pero no lo es. De verdad que no lo es. Es invasivo. Es una violación de la confianza. Está en la frontera del abuso sexual.

En las propias palabras de Neeves: «Me gustó tanto, tanto. Pero luego esos sentimientos placenteros fueron rápidamente superados por sentimientos de culpa, vergüenza y autodesprecio porque lo que estaba haciendo estaba mal. Era sucio. Era picante».

Está claro que el hecho de usar la ropa interior de su hermana era estimulante y excitante para Neeves. La sugerencia sexual está ahí, sin decir nunca que se estaba masturbando.

Los empleadores tienen el deber de velar por sus empleadas, muchas de las cuales habrán sufrido violencia sexual. Esperar que las mujeres asistan a un seminario donde un hombre está relatando lo que parece una excitación sexual ilícita es irresponsable e inapropiado, envía el mensaje de que el consentimiento de las mujeres no es ni importante ni relevante.

Si Neeves fuera realmente una mujer por dentro, sea lo que sea que eso signifique, usar ropa interior de mujer debería haberse sentido normal, rutinario y aburrido para él. Los intentos de Neeves de coquetería femenina y las repetidas referencias a la ropa interior revelan lo excitante y pícara que considera que es la feminidad.

Una nunca escucha historias de hombres transgénero que les roban los calzoncillos a sus hermanos y se los ponen en secreto. Robar la ropa interior de los miembros cercanos de la familia parece ser una preocupación de aquellos nacidos varones, o como Neeves nos instruye firmemente en su seminario, aquellos «hombres asignados al nacer».

El sitio web de Neeves afirma: «No estoy asociado con ningún grupo de campaña y no tengo una agenda oculta», sin embargo, en la sesión describe a la Alianza LGB, una organización benéfica creada para lesbianas, gays y bisexuales, como un «grupo de odio transfóbico». La agenda está a la vista.

Neeves afirma que el sexo no es binario, todos estamos en un espectro, y lo más preocupante es que todos estamos siendo «forzados» a adherirnos a un sistema que apoya el sexo binario regresivo. En otras palabras, los derechos y protecciones de las mujeres basados en el sexo deben ser eliminados.

Katie Neeves parece ajustarse a los criterios de tener la tipología de transexualismo de Ray Blanchard, autoginefilia (AGP). Blanchard propuso que muchas mujeres trans de transición tardía se vieron impulsados a ello por una parafilia extrema caracterizada por un interés erótico en sí mismo como mujer.

Los AGP suelen sentirse atraídos sexualmente por las mujeres. Neeves se describe a sí mismo como lesbiane. Para estos es más probable que hagan la transición tarde y que hayan sido convencionalmente masculinos en su presentación (apariencia) hasta ese momento. Neeves se presentó como un hombre llamado Martin hasta la edad de 49 años. Se ha casado dos veces y ha engendrado un hijo.

Es importante enfatizar que no todas las mujeres transgénero tienen AGP y no hay nada inherentemente pervertido en ser transgénero. Da la casualidad de que Katie Neeves es transgénero y se jacta del comportamiento de un pervertido. Los dos no deben confundirse.

Por supuesto, no hay nada de malo en ser un pervertido en la privacidad de tu propio hogar, siempre y cuando todos los involucrados sean adultos que consientan.

Hay mucho de malo en ser un pervertido y afirmar en un seminario profesional que sus perversiones deben tener prioridad sobre los derechos y protecciones basados en el sexo de las mujeres.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo es que en 2022 los hombres con parafilia son elogiados como si fueran una minoría oprimida mientras que las mujeres ya no tienen derecho a ser atendidas por mujeres después de ser violadas? ¿Que a los hombres como Neeves que se jactan de usar en secreto la ropa interior de su hermana se les permite asistir a las sesiones de recuperación para las sobrevivientes de abuso sexual infantil femenino, para sentirse validado como mujer?

«¡Ajá, nos quieres separados pero iguales, nazi!?», es la respuesta habitual de los activistas trans. Es un argumento convincente. Nadie quiere estar en el lado equivocado de la historia. Activistas como Neeves afirman que la segregación sexual es tan regresiva como la segregación racial, que es una forma inteligente de asustar a las personas para que apoyen la autoidentificación y entonen el cántico de «las mujeres trans son mujeres».

¿Cómo ha sucedido esto?

Stonewall tiene mucho por lo que responder. Stonewall podría haber centrado los esfuerzos en la lucha contra la discriminación o en los servicios especializados para las personas transgénero, pero en su lugar se ha arrinconado a sí misma al desestimar los derechos y las necesidades de las personas lesbianas, gays y bisexuales para hacer lobbing para eliminar los derechos de las mujeres.

Linda Riley, la editora de Diva Magazine (históricamente una revista para mujeres lesbianas y bisexuales) también tiene mucho por lo que responder. La revista Diva tiene una columna escrita por un hombre AGP que escribe libremente sobre excitarse sexualmente al ponerse la ropa interior usada de su hermana.

Katie Neeves es un miembro activo de la comunidad en línea de Diva Magazine (por supuesto) y probablemente se habrá sentido tranquilizado al leer la columna del AGP de que las lesbianas y las mujeres bisexuales apoyan los AGP. El foro en línea es controlado por activistas trans y cualquier mujer que saque los pies del plato y cuestione la ideología es bloqueada.

Neeves afirma que solo quiere existir en paz. Quiere usar ropa de mujer en paz. Usar baños públicos de mujeres en paz. Todas estas necesidades son válidas y razonables. Las empresas deben apoyar el derecho de Neeves a ponerse lo que le plazca. Sería progresivo para los empleadores alentar a su personal a ponerse lo que quieran para trabajar sin que nadie se dé cuenta o le importe, aunque sospecho que en el caso de Neeves le gusta que lo noten.

Es mucho más difícil apoyar la definición de mujer de Neeves. Neeve afirma que «el género es el sexo de tu cerebro» y que el sexo biológico ni importa ni existe. Las mujeres dicen !y una mierda!

Así como los blancos no pueden definir la opresión racial, los hombres no pueden definir la opresión femenina. Katie Neeves puede robar toda la ropa interior que le dé la gana. Puede quedarse con la ropa, las botas, los silbidos y los hombres en furgonetas blancas. Pero la feminidad no es suya.

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