Algunas madres muy valientes han entrado en el campo de batalla de la industria del género, donde el complejo tecnomédico (TCM) se ha entrecruzado con la educación queer, creando identidades sexuales sintéticas que están siendo comercializadas en introducidas a la fuerza en la vida de los niños estadounidenses por las grandes empresas y los multimillonarios.
Moms For Liberty (MFL), una organización sin ánimo de lucro de madres con la misión de organizar, educar y empoderar a los padres para defender sus derechos en todos los niveles de gobierno, se enfrenta a la corporación Disney.
El silencio inicial de Disney sobre el proyecto de ley de Florida (HB 1557), promulgado en marzo por el gobernador DeSantis, parece no haber sentado bien a los empleados y fans que protestaron por el apoyo desganado de Disney a los LGBTQI +. El proyecto de ley de Derechos de los Padres en la Educación prohíbe a los profesores de Florida enseñar sobre orientación sexual o «identidad de género» desde la guardería hasta el tercer grado (8 y 9 años). «Identidad de género» es un eufemismo para los sexos manufacturados o sintéticos que se venden como nuevas identidades por el complejo industrial médico. La gente está empezando a notar que esto ya no se trata de derechos humanos como pretende el LGBTQI +, que ahora sirve de tapadera para el complejo tecnomédico. El proyecto de ley HB 1557 ofrece una disposición que permite a los padres presentar una demanda si alegan que las escuelas o los profesores han estado instruyendo a los niños sobre estas identidades construidas corporativamente.
Disney rápidamente dio un paso al frente y se disculpó con LGBTQI + Inc. y ofreció $ 5 millones en restitución a la Campaña de Derechos Humanos (HRC) por su infracción. El HRC declaró que rechazaría el dinero, «hasta que lo veamos cimentar su compromiso público y trabajar con defensores LGBTQ + para garantizar que las propuestas peligrosas, como el proyecto de ley Don’t Say Gay o Trans de Florida, no se conviertan en leyes, y si lo hacen, trabajen para erradicarlas». Esto repite las amenazas de LGBTQ + (tapadera del complejo tecnomédico) contra Carolina del Norte en 2016, cuando el estado quería optar por no participar en la aceptación de baños públicos unisex que apoyarían a las personas con identidades sexuales sintéticas recién acuñadas conjuradas por la cirugía plástica y las hormonas sexuales incorrectas. Carolina del Norte se vio obligada a llegar a un compromiso con LGBTQI + debido a la enorme amenaza económica y corporativa que representaban para el estado. Esa falta de resolución ahora está llegando de nuevo y la Unión Americana de Libertades Civiles se ha fortalecido con millones de dólares de fondos de fortunas médicas para ayudar a que aquellos con identidades de tecnología médica, se impongan.
Básicamente, la reciente adición a los currículos de la escuela primaria para enseñar a los niños sobre las identidades corporativas basadas en la orientación sexual (LGB) y ahora, las identidades sexuales sintéticas («identidades de género») creadas por el TMC (aquí el artículo en español) para expandir los mercados de identidad sexual, no les está gustando a los padres. La ira de los padres, que ya están casi al límite debido a la sexualización de sus hijos, los hace transformarse en activistas políticos, con lemas como el de Moms for Liberty: «No soy co-padre con el gobierno».
Disney ha declarado que pararía todas las donaciones políticas en Florida y prometería millones de dólares a causas LGBTQ + en oposición a la legislación, como lo hicieron con HRC, como si no lo hubieran hecho ya (más sobre esto en un momento).
MFL estaba particularmente indignado por la amenaza de Disney de que la ley fuera derogada por la legislatura o anulada en los tribunales. Disney también se comprometió a apoyar a las organizaciones nacionales y estatales para lograr ese objetivo. La cofundadora de Mother’s For Liberty, Tiffany Justice, planea boicotear a la compañía y trabajar para conseguir el mayor número de puestos de la junta escolar que pueda en Florida para hacer retroceder a Disney.
La segunda cofundadora de MFL, Tina Descovich, parece decidida a que su organización gane contra Disney. En un informe reciente en Epoch Times, señaló que MFL tiene 80,000 miembros en 181 secciones en 34 estados de todo el país. «Estas madres podrían llegar a ser un enemigo financiero y político formidable para «el lugar más feliz de la tierra»», dijo. De hecho, se ha sabido ya que Disney ha recibido un golpe de $ 34 mil millones de dólares con el aumento de los boicots de los padres a los productos, películas, parques temáticos y espectáculos de Disney, y ha perdido sus privilegios de autogobierno, gracias al gobernador DeSantis.
Varios líderes de otros estados han respondido a la noticia y han invitado a la compañía a trasladar Disney World a sus estados. Esto refleja la forma en que las corporaciones y Big Tech intervinieron para arrasar Carolina del Norte por su oposición a la deconstrucción de los límites sexuales y la protección de las mujeres y los niños en los baños públicos.
El gobernador Jared Polis de Colorado dijo que los legisladores en su estado «no se entrometen en asuntos de compañías», básicamente entrometiéndose en los asuntos de las compañías al hacerlo, y un juez en el condado de Fort Bend, Texas, dijo que Disney podría «visitar el condado de Fort Bend como su próximo destino mientras se enfrenta a ataques de los extremistas políticos modernos», como el gobernador de Florida», sin reconocer su propio extremismo político al apoyar las identidades sexuales sintéticas como si fueran reales.
Si bien admiro la ferocidad con la que Mother’s For Liberty está expresando su desdén por la arrogancia de Disney y su compromiso para lograr que Disney deje de sexualizar a sus hijos, me pregunto si son conscientes de a qué se enfrentan y cuánto de este tira y afloja entre Disney y Florida es teatro político.
Disney es un conglomerado masivo, mundial y multimedia, con un valor de 140 mil millones de $, no solo un parque temático. Poseen cientos de plataformas mediáticas, incluido el 50% de la participación en tres plataformas compartidas con Hearst Corporation, otro conglomerado de medios enorme que comercializa la ideología de género (identidades sexuales sintéticas).
Disney también posee otras compañías, como Steamboat Ventures, una compañía de capital de riesgo que invierte en algunas de las principales startups de la Web. Poseen docenas de compañías de propiedades diversas desde Aulani hasta Puerto Cañaveral, Florida. Disney compró tanta tierra en 1967 que se le concedió la gobernación (recientemente revocada por el gobernador DeSantis) de su propia jurisdicción y distrito fiscal especial en Florida, dando a la corporación un nivel de control sin precedentes.
Más importante aún son las inversiones de Disney en el complejo tecno-médico, donde las identidades sexuales sintéticas (identidades de género) se manifiestan con fines de lucro, a través de una ideología enmarcada por el ahora masivamente poderoso LGBTQ +. Disney se comprometió a donar más de $ 100 millones en 2018 para financiar hospitales infantiles en los Estados Unidos y el mundo. Varios de ellos tienen clínicas de género, incluido el Hospital de Niños de Filadelfia, que abrió un par de años después de la donación de Disney; Blank Children’s Hospital en Des Moines, Iowa; Texas Children’s Hospital, con innumerables filiales en todo Estados Unidos; y el Hospital de Niños de Los Ángeles. Disney ha financiado un portal médico en línea que ofrece servicios de género en muchos lugares de los Estados Unidos, incluidos Delaware, Pensilvania y Florida.
El LGBTQI + es un Goliat del marketing con un valor de $ 3.7 billones. ¿Es esta una guerra que se pueda ganar? Quiero creer que lo es, pero a menos que la gente en Estados Unidos despierte al hecho de que no viven en una democracia, sino lo que el periodista independiente Iain Davis se inclina a describir como una tecnocracia, no tenemos ninguna esperanza. Una tecnocracia es una red global de accionistas. Davis escribe que los estados no son la fuerza impulsora detrás de la actual reestructuración de los gobiernos globales. «Las narrativas geopolíticas que se nos dan son a menudo superficiales», dice, y aquellos que lideran las rápidas transformaciones actuales en nuestras sociedades no tienen lealtad a ningún estado nación, solo a su propia red globalista y a sus aspiraciones colectivas.
Los mayores inversores institucionales (accionistas) en Disney son Black Rock y Vanguard Group (Vanguard Group también es propiedad de Black Rock), que están fuertemente involucrados en la narrativa de «identidad de género» de cabezas equivocadas en cuerpos equivocados y poseen la mayor parte de muchos de los otros conglomerados y corporaciones que impulsan la ideología de género. BlackRock es una gran corporación multinacional. Gestiona fondos de inversión para clientes por un total de 9,5 billones de dólares.
Quiero creer que Moms For Liberty puede llevar a cabo su promesa de refrenar el control de Disney, pero la Junta Militar LGBTQ +, puesto que están vinculadas al mercado estadounidense y al TMC, es un enemigo muy poderoso. Black Rock se vislumbra aún más grande y más maníacamente dictatorial. Tal vez Moms For Liberty y otras facciones de la sociedad, organizadas y preparadas contra la creciente tiranía de los inversores globales y las multinacionales, sea nuestra única esperanza.
